Los videntes actúan en España a sus anchas ya que es el único país europeo que permite emitir sin restricciones estos espacios que cobran por las llamadas telefónicas.
Hay movimientos oficiales como el Consejo audiovisual andaluz que reclama a Industria y a los grupos del Congreso una reforma legal para proteger a colectivos vulnerables y frenar a los timadores. Porque la gente que llama a esos programas son gente vulnerable, no conscientes del engaño que sufren.
Que quiten todos los programas de videncia. Lo estamos pasando muy mal con una hermana mía de 37 años que está siendo timada por una vidente y está dándole todo su dinero. Sabemos que le entregó 2.000 euros y también han llegado facturas muy altas del número 806.
Testimonios similares son muy normales por parte de familiares, raramente por las propias víctimas que no son conscientes del engaño.
Los familiares de esta víctima de la vidente echadora de cartas en una televisión local acudieron, como muchas otras, a buscar ayuda al Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA), donde se muestran preocupados por la absoluta impunidad del fenómeno contra el que llevan luchando varios años. Su último intento: una petición al Ministerio de Industria y a los grupos del Congreso para que modifiquen la Ley Audiovisual, que acaba de cumplir tres años, y que ha dejado a los timadores de los astros en un limbo legal del que están sacando buena tajada a costa de los espectadores más vulnerables.
Videntes en las emisoras
Las noches televisivas están plagadas de echadores de cartas, videntes del futuro y conversadores con muertos. Es curioso que a los productos «milagro» que se ofertan en algunas cadenas ya se les ha comenzado a poner coto en los últimos meses, enviando requerimientos desde el Ministerio de Industria a televisiones como MTV, 13TV e INTERECONOMÍA para que dejen de lucrarse con engañabobos. Pero los astrólogos que proliferan en otras emisoras de televisión como CUATRO, LAS SEXTA y sus filiales pequeñas cuentan con una ventaja: un gran agujero de la Ley General de Comunicación Audiovisual de marzo de 2010 que les permite deslizarse dentro de nuestras casas como un show más.
Yo tendría dudas en prohibir los productos que se venden en esos programas pero no tendría ninguna duda de hacerlo con los videntes «engañabobos» que aparecen en los programas esotéricos.
La presidenta de la CAA, Emelina Fernández Soriano critica esta situación absurda:
Deberían ser considerados los videntes, cuando menos televenta, aunque por su propia naturaleza la inmensa mayoría deberían estar prohibidos. Al considerarse un programa de entretenimiento y no un espacio de televenta, no tienen ni las restricciones, ni los límites, ni las sanciones que les deberían corresponder.
España es el único país de su entorno que permite esta situación: en toda Europa existe un marco legal específico con el que prohibir estos espacios, y o bien se restringen al tipificarlos como televenta, o bien se prohíben directamente (como es el caso de Rumanía y Bélgica o Ecuador en América).
Al fin y al cabo, los videntes venden un producto a cambio del dinero que los espectadores gastan al teléfono, pero que además es un engaño dirigido a los más frágiles.
En los programas de tarot o adivinación del futuro se estaría produciendo…
* Una comunicación audiovisual de ofertas directas al público con miras al suministro de bienes o la prestación de servicios.
Según una sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas respecto de los espacios denominados Call TV, programas en los que se ofrece al público un determinado servicio al que se accede a través de números de teléfono de tarificación adicional.
Ahí está la clave: no es lo mismo, aunque sean ideas absurdas, el Iker Jimenez avisando de la llegada de los marcianos que un adivino dando consejos a cambio de dinero. Los exagerados precios de esas llamadas suponen una transacción a cambio de un servicio: y si se considerase una venta, sus días estarían contados.
En ese caso, se tendrían que someter a la normativa específica de la televenta, con límites horarios y lo que es más importante: sin ventas fraudulentas.
Así, todos estos videntes incurrirían en su mayor parte en un supuesto de publicidad ilícita, al tratarse de comunicaciones comerciales engañosas por falsedad y confusión de lo ofrecido, según la Ley de Competencia Desleal y la Ley General de Publicidad.
A ver si son capaces de demostrar las propiedades de su producto
Así ironiza Fernández Soriano. Además, en España ya hoy son ilegales la publicidad y la televenta que inciten a la violencia o a comportamientos antisociales, que apelen al miedo o a la superstición.
Esta petición para endurecer la regulación llegó a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI) hace meses, y se supone que desde entonces lo están estudiando. Actualmente, la ley muestra que
Los prestadores del servicio de comunicación audiovisual tendrán responsabilidad subsidiaria sobre los fraudes que se puedan producir a través de estos programas.
Pero desde la SETSI se limitan a insistir en que
Los programas de tarot y videncia, en los canales de TDT que operan a nivel nacional, actualmente no vulneran la ley.
Y ese es precisamente el objetivo, cambiar una norma que ya se ha retocado cuando ha convenido para facilitar la privatización de las autonómicas.
En su día, el legislador tuvo la poca fortuna de incluir los contenidos de esoterismo y paraciencias en la normativa sólo considerando la protección a los menores, limitando su emisión entre las 22.00 de la noche y las 7.00 horas de la mañana. Se considerarían nocivos para el desarrollo mental de los niños espacios como Cuarto Milenio, en Cuatro, o Más allá de la vida, en Telecinco. Pero no se tuvo en cuenta las engañifas con contraprestación económica vía telefónica.
El Consejo andaluz llevó ante la Fiscalía estos programas, pero no prosperó. Eso sí, en el ámbito de sus competencias ha metido mano a los canales que los emitían vulnerando los horarios que tienen prohibidos: el CAA sancionó con 300.001 euros al CANAL 10 y con 135.000 euros a METROPOLITAN TV por emitir programas de videntes en horario de protección infantil. Pero en Andalucía tienen claro que los niños no son sus únicas víctimas.
La proliferación de programas de esoterismo supone una alarma importante, porque estamos recibiendo una gran cantidad de testimonios de colectivos vulnerables que están siendo engañados para realizar llamadas de tarificación adicional que suponen mucho dinero para ancianos o gente con poca cultura.
Parece increíble que, al final, como única forma de meter mano a estos programas es por el hecho de considerarlo o no un productos de consumo que se adquiere y se paga y no se atienda a consideraciones de engaño. Entiendo que se podrían poner dudas al elegir dónde está la línea que determina cuándo es engaño o no, aunque desde mi punto de vista estos videntes engañas desde el minuto 1 hasta que desaparecen.
Comprendo que es difícil legislar por convencimientos ya que muchos curas estarían en la cárcel. Todos por timadores y muchos por pedófilos, además.
