No puede ser que un creador todopoderoso y bondadoso consienta el castigo constante que para sus creaciones es el ataque de innumerables agentes infecciosos. La muerte o las tremendas secuelas producidas por estas enfermedades solo podrían entenderse si sustituimos el calificativo «todopoderso» por el de «chapuzas». Aunque el que mejor le calificaría sería el que …