Un buen argumento es el que:
- Se atiene a la cuestión
- Ofrece razones sólidas.
- Está protegido ante refutaciones
Si cumple estas condiciones es bueno y su conclusión debe ser aceptada. Si no las cumple, probablemente es falaz.
1. ¿Se atiene a la cuestión que se debate?
Argumentamos en el seno de una cuestión, a favor o en contra de una de sus alternativas. Por ejemplo: el Jueves habrá eclipse de luna/el jueves no habrá eclipse de luna. Sé lo que defiendo: El Jueves habrá eclipse de Luna; y sé lo que habrá que defender para negarme la razón: el jueves no habrá eclipse de luna. Mi conclusión no puede ir por otros derroteros. Si la cuestión no estuviera clara será preciso concretarla antes de exponer los argumentos:
No se discute si Carlos es prudente o temerario sino si es el responsable del accidente o no lo es. Yo sostengo que no lo es.
Cuando alguien pretende argumentar fuera de la cuestión decimos que incurre en la falacia de eludir la cuestión.
Para recordar los criterios argumentales que exige cada cuestión ver este DIAGRAMA DE ANÁLISIS DE UN DEBATE.
2. ¿Ofrece razones sólidas?
Llamamos sólidas a las razones que sostienen la conclusión de una manera convincente. Para lograrlo, han de ser relevantes, suficientes y aceptables.
A. ¿Son premisas relevantes para lo que se afirma o no tienen nada que ver con ello? Serán relevantes si conducen a la conclusión, si prestan apoyo a la conclusión.
No se debe condenar a este asesino convicto y confeso porque su anciana madre no podría soportar tamaño disgusto.
Para evitar la condena del asesino pudiera ser relevante alegar que no es responsable de sus actos porque está loco. Por el contrario, apelar al dolor de su anciana madre, a que un día saldrá de la cárcel y tomará venganza, a que nos ha hecho un favor porque la víctima era un asesino peligrosísimo… son ejemplos típicos del sofisma patético que es una de las argucias más frecuentes para eludir la cuestión.
Otros ejemplos de premisas irrelevantes son las falacias del ataque personal. (Por ejemplo: No reconozco a este tribunal fascista); de la pista falsa (los problemas de la juventud marginal no se resuelven a golpe de sentencias); la falacia populista (todos los vecinos de su barrio piensan que el acusado es inocente); la falacia genética (no es posible que el hijo de una santa sea un asesino); y todas las falacias del non sequitur en general, es decir, todas aquellas en que la conclusión no se sigue de las premisas:
Todos los mahometanos son infieles
Los budistas son infieles
Luego los budistas son mahometanos.
B. ¿Son premisas que aporten base suficiente para sostener la conclusión?
Esto es muy importante en las generalizaciones, en los argumentos causales y en las pruebas de indicios que no admiten conclusiones válidas con pocos casos o a partir de anécdotas personales.
Cuando los datos no ofrecen apoyo suficiente a la conclusión surgen falacias como la afirmación gratuita, la generalización precipitada o la falsa causa.
En otros casos, por ejemplo en los argumentos morales y en las deliberaciones, es más difícil señalar cuándo un argumento reúne suficiente base para sostener la conclusión porque ninguno lo consigue. No existen premisas que prueben concluyentemente si el aborto es bueno o es malo o si debo estudiar medicina o famacia. En estos casos lo que se procura es acumular muchos argumentos que, por distintos caminos (por distintas razones), abunden en la misma conclusión.
C. ¿Son premisas aceptables o, si es necesario, tengo un respaldo que las sostenga?
Este problema no se plantea cuando nuestros datos son objetivos o indiscutibles, pero esto no es lo frecuente. En la mayor parte de las ocasiones no debatimos con las evidencias en la mano. Ni siquiera es frecuente que aportemos premisas de las que se pueda decir que son verdaderas o falsas. La mayor parte de nuestros debates no se ocupa de la verdad sino de lo justo, lo conveniente, lo preferible, lo probable… Por eso, ya que no suelen ser ciertas, es muy importante que nuestras premisas sean aceptables.
Es aceptable o admisible, cualquier premisa que:
- Ofrezca datos objetivos.
- Exprese un conocimiento común o personal, un testimonio incontrovertido, el informe incontrovertido de un experto.
- Recoja la conclusión de un argumento ya aceptado.
- Pueda probarse, porque cuenta con un respaldo sólido.
Por el contrario, son inaceptables las siguientes premisas:
- Un juicio que esté en contradicción con la evidencia, con otro juicio bien fundado, con una fuente creíble, con nuestro propio conocimiento, o con otras premisas del mismo argumento,
- Un juicio dudoso que no lleve respaldo,
- Un juicio confuso, ambiguo o ininteligible.
- Un juicio idéntico a la conclusión o basado en un supuesto cuestionable.
- Un juicio que olvide alternativas
Con estas premisas inaceptables surgen las falacias de: ambigüedad, petición de principio, composición, continuum, olvido de alternativas, confundir deseo con realidad, etc.
3. ¿Son premisas que suministren un rechazo efectivo a los desafíos razonables al argumento?
Si el argumento se atiene a la cuestión, sus premisas son relevantes, ofrecen apoyo suficiente y son aceptables, el argumento está sólidamente preparado para resistir cualquier crítica. Pese a ello nos pueden atacar por no matizar la conclusión o no señalar las posibles salvedades. Debemos, pues, incluir estos aspectos:
- ¿Es una conclusión segura, probable, posible? ¿Es una afirmación tajante o una mera hipótesis?
- ¿Caben excepciones? ¿Hemos de hacer alguna salvedad referida a la fiabilidad de los respaldos o los cambios en las circunstancias?
De este modo se le obliga al adversario a limitarse a la defensa de su propia posición (si puede).