Imaginaros que tenéis un negocio. Y que este negocio es una librería. ¿Ok? ¿Ya estáis en esa situación? Pues sigamos.
Es evidente que una librería ha de guardar un orden. He de aprovechar el espacio para poder exponer convenientemente el máximo número de libros de una forma atractiva a sus clientes. Lo que deseo es vender, que mis libros entren por los ojos a los clientes, que no tengan que mover muchos ejemplares para poder encontrar aquellos libros actuales, atractivos o interesantes que pudiera comprar.
Librerías y libreros
La mayoría de los clientes ya no entran en una librería con la idea de un libro, comprar ese libro y salir por la puerta. La mayoría quieren disfrutar de su tiempo en ese lugar, para muchos, mágico. Entran en la librería con o sin una idea concreta pero de una forma de otra desean «husmear» buscar en las portadas ese libro buscado o el que siempre habían deseado encontrar. Para esto, para que los clientes no deambulen por la librería como pato mareado es necesario tener la librería distribuida en un orden determinado.
Los libreros son profesionales. Saben como exponer sus libros porque es así como los clientes entienden qué materia ha de estar al lado de la otra. Pues hay gente que lo que desea es inmiscuirse en la libertad de los libreros sólo para revindicar que sus creencias son más serias que otras, cuando no es así, simplemente.
Ahora, durante este mes de febrero unos 400 voluntarios distribuidos en 32 de las 50 provincias que tiene España, quieren evangelizar las grandes cadenas de librerías para solicitar que los libros religiosos no sean mezclados con los de esoterismo, Nueva era (new age) y los manuales de autoayuda y la espiritualidad alternativa.
Resulta que en un estudio «La Nueva Evangelización en las librerías españolas», hecho por la revista española El Pensador, señala que el 67% librerías en España mezclan los libros cristianos con otros textos contrarios a la religión.
Es curioso que la web de la revista, www.revistaelpensador.com, tan sólo se publicaron siete artículos en Mayo de 2013. Anuncian actividades y no hay ninguna… ¿Cómo pueden ir en bandada a exigir que la religión tenga lugar destacado cuando ni ellos mismos apuestan por sí mismos?
Los resultados indican que un 39% de librerías no venden libros de religión y que 35% tienen más textos de filosofía atea que cristiana. La investigación, realizada el mes de diciembre de 2013, se llevó a cabo en 105 librerías de 17 provincias de España.
Entre sus conclusiones esta revista señala que «en las librerías el fenómeno religioso es tratado de una forma marginal. En particular, el cristianismo aparece diluido como una oferta desvalorada que en nada se diferencia del esoterismo o la magia», por lo que «el discurso del Nuevo Ateísmo, que confunde religión con superstición, queda de alguna manera avalado por la disposición y composición de los libros».
Es por eso que ha reunido a sus lectores que han querido formar parte del grupo «evangelización de librerías», para que a través de cartas y correos electrónicos de sensibilización dirigidos a los directivos de estas grandes cadenas pidan que se les dé a los libros cristianos y de religión un «espacio merecido» sin mezclarlos con otros.
Además hay voluntarios dispuestos a hacer lo mismo en otros países de habla castellana y se espera que más personas en España y el mundo se quieran sumar a esta iniciativa.
En definitiva. Estos prohombres no son conscientes que los libreros venden libros y los libreros tienen libertad de disponer su espacio como creen conveniente para que sus clientes encuentren sus libros con mayor facilidad y, evidentemente, la religión la colocan al lado de otros temas que brindan la superstición como solución de los problemas. ¿Qué quieren que les pongan al lado de Dios Padre?
Evidentemente yo lo pondría al lado de la sección de caza y pesca aunque auguro que a los aficionados cinegéticos no les gustaría tener semejante compañía.
Imagino que también entrarán en las tiendas esotéricas para pedir que retiren las figuras de vírgenes y santos.
