Estos días se ha estado hablando de la petición de permiso, de una asociación atea, para realizar una «Procesión atea» el Jueves 21 de Abril, siendo este día, para los católicos, el famoso Jueves Santo. Al escuchar la propuesta no me llegó a convencer ya que me parecía que no es necesario hacer ese acto justamente en estas fechas copadas por celebraciones católicas. Eso sí, he de matizar todas estas cuestiones.
Los organizadores son La Asamblea Vecinal Playa de Lavapiés y la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores. En resumidas cuentas diré, que ha habido mucho revuelo, cosa que se puede prever sin ser un clarividente. Y tras negar la Delegación del Gobierno el permiso ahora toca una serie de trámites administrativos y jurídicos que, me aburren soberanamente, y no voy a entrar en ello.
El motivo de esta entrada es mostrar mi opinión sobre esta convocatoria.
Soy ateo, desde que nací, a pesar de que mis padres y mi entorno nunca lo ha sido. Y, como indiqué en mi entrada anterior Los ateos podemos hablar de religión, expreso sin ningún género de dudas de que los ateos no nos hemos de quedar callados, quietos o exponer sin tapujos nuestras ideas y, a la vez, intentar evidenciar la realidad del divino placebo.
Pero no. Estas no son formas. Los ateos somos librepensadores, racionales y hemos de divulgar nuestros conocimientos pero ¿cómo?
En León, en el Viernes Santo, desde hace unos años se celebra también una fiesta con procesión digamos, curiosa. Es El entierro de Genarín. En esta ocasión se aprovecha un acontecimiento ocurrido en esa ciudad para promover una fiesta donde se bebe y se disfruta olvidando las procesiones tradicionales de esos días.
Lo que no se puede hacer, es hacer una «procesión atea» justo un Jueves Santo y que en la convocatoria unos de sus organizadores, por muy ateo que sea es un descabezado, y sólo promueve odio y malas palabras hacia la Iglesia Católica y la usurpación de las calles de esta. Incluso se refieren a acontecimientos tristes ocurridos antes y durante la Guerra Civil española con la quema de Iglesias.
Así no, señores, así no. Y soy partidario de que salgamos a la calle, hagamos convocatorias culturales y festivas, manifestaciones, actos públicos en la calle, etc… pero no hay que llevar odio en la boca. ¡Cómo no van a creer los creyentes de que los ateos seamos unos inmorales!
Coincido con muchos que las calles es de todos y que no debe ocurrir que la Semana Santa se «reserve» a la exhibición católica pero soy partidario de que sepamos dar para recibir. Que si digo esto, no quiere decir que al ver a los muñecos en los pasos no deje de ver muñecos ridículos vestidos de lujo.
Pero claro. Los que ahora defienden el espacio que sienten suyo por estar muchos años haciéndolos en las mismas fechas, no son capaces de ver la viga en su ojo. Por ejemplo:
Estos días también se ha hablado mucho sobre las agresiones y la visita de unas chicas que se desnudaron en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid. Podría considerarse que esto es también una agresión moral hacia los católicos pero aunque sí es cierto que se tenía la intención de molestar, de llamar la atención y de plasmar rabia, en este caso, estoy a favor de este acto. ¿Por qué? Porque ¿Qué leches hace una capilla en una Universidad pública?. La Iglesia Católica y los católicos han de respetar también los lugares públícos. El que ellos crean lo que crean no es garantía de que ellos tengan la razón. Han de bajarse del carro y han de acostumbrarse de que tienen que abandonar y dejar de hacer cosas que hasta ahora lo daban por hecho. Pero es que todo lo ven como agresiones cuando realmente es CIUDADANÍA. A ver si se hacen las víctimas siempre, se les da bien, y no son capaces de «recapacitar» de que lo suyo no es lo único
Lo dicho. Hemos de movernos y no parar en dar a conocer nuestras ideas porque sabemos que tenemos razón, pero hemos de hacerlo con cabeza ¡que es fácil!
La procesión atea ¿Tiene la intención de ser ofensiva o simplemente llamar la atención?
