Si no os habéis puesto a leer la Biblia creo que es hora de que os pongáis a ello. Desde luego que hay grandes enseñanzas en sus párrafos pero también hay una cruda realidad: Es un libro cruel, sanguinario, despreciable. Desde la primera sangre derramada por Abel a manos de su hermano Caín
Caín dijo a su hermano Abel: «Salgamos al campo.» Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.
- Génesis 4:8
No hay página de esta «historia negra novelada» del pueblo elegido por Dios, en la que no se refleje esta obsesión por el exterminio del otro, «no elegido». El dios que «escogió» al pueblo de Israel para que lo guiara por el desierto es un dios celoso, codicioso, falible, y sobre todo, cruel y vengativo. Consecuencia de estas «nobles virtudes», Yahvéh no puede vivir sin el exterminio, la sangre y la muerte de los que no le sirven.
La raíz «exterm-inar» se invoca hasta 173 veces en la Biblia. ¿Este libro es la palabra de Dios?. Este interrogante está esperando una respuesta sensata, y racional. Siento curiosidad de cómo un libro así puede ser utilizado como referente, de ahí mi intención de ayudar a pensar a los creyentes quese puedan definir como racionales y no se queden en meros juguetes de la imaginación, de la manipulación y de la mentira. Desde luego, sé que es bastante inútil mi empeño, pero creo que siempre es necesario alzar la voz para que la Humanidad llegue algún día a merecer el calificativo de racional.
Si hacemos un recorrido por esta novela negra, podemos comprobar que están teñidas de color rojo sangre. El mayor genocidio de la historia lo ejecuta Yahvéh al mandar el diluvio, que destruyó toda vida sobre la Tierra, excepto una pequeña parte de los animales creados y a la familia de Noé
Y murieron todos los seres que se mueven sobre la tierra, así las aves como el ganado y las bestias, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles y las aves del cielo; fueron borrados de la tierra. Solamente quedó Noé y los que con él estaban en el arca. Y permanecieron las aguas ciento cincuenta días sobre la tierra.
- Génesis 7:21-24
Le sigue en crueldad divina la orden de ocupar la tierra prometida, expulsando de sus territorios a los pueblos que ocupaban entonces la tierra de Canaán, comprendida entre el Nilo y el Eúfrates
Aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: —A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates: la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los heteos, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
- Génesis 15:18-21
Yahvéh ofrece a su pueblo elegido un pacto de sangre, en señal de la alianza: la circuncisión
Éste es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado. Circuncidaréis la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado por dinero a cualquier extranjero que no sea de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu casa y el comprado por tu dinero, de modo que mi pacto esté en vuestra carne por pacto perpetuo. El incircunciso, aquel a quien no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por haber violado mi pacto.
- Génesis 17:10-14
Había que «meter a codazos» a los elegidos para ocupar esa tierra prometida, porque se supone que el dios creador tiene no sólo el poder sino el supremo derecho de privilegiar a los suyos como dueño y señor de todas las tierras. Pero la expulsión de sus casas no fue suficiente. Obligó a destruir las ciudades, comenzando por Sodoma y Gomorra:
Entonces Jehová hizo llover desde los cielos azufre y fuego sobre Sodoma y sobre Gomorra; y destruyó las ciudades y toda aquella llanura, con todos los habitantes de aquellas ciudades y el fruto de la tierra.
- Génesis 19:24-25
Así, el pueblo elegido, aleccionado para el combate, se apodera de la capital de los madianitas, matándolos a todos, «conforme había mandado Yahvéh a Moisés», pero éste los recrimina porque habían desobedecido a Yahvéh, al dejar con vida a las mujeres, que fueron asesinadas en número de 32.000
Pelearon contra Madián como Jehová lo mandó a Moisés, y mataron a todos los hombres. Además de estas víctimas, mataron también a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba: cinco reyes de Madián. También mataron a espada a Balaam hijo de Beor. Los hijos de Israel se llevaron cautivas a las mujeres de los madianitas con sus niños, y les arrebataron todas sus bestias, todos sus ganados y bienes. 10 Incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones. Tomaron todo el despojo y todo el botín, tanto de hombres como de bestias, y llevaron los cautivos, el botín y los despojos ante Moisés, ante el sacerdote Eleazar y ante la congregación de los hijos de Israel, al campamento en los llanos de Moab, que están junto al Jordán, frente a Jericó. Salieron Moisés y el sacerdote Eleazar, y todos los príncipes de la congregación, a recibirlos fuera del campamento. Pero Moisés se enojó contra los capitanes del ejército, contra los jefes de millares y de centenas que volvían de la guerra. Les dijo Moisés: «¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres? Ellas, por consejo de Balaam, fueron causa de que los hijos de Israel pecaran contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, y por eso hubo mortandad en la congregación de Jehová. Matad, pues, ahora a todos los niños varones; matad también a toda mujer que haya tenido relaciones carnales con un hombre. Pero dejaréis con vida a todas las niñas entre las mujeres que no hayan conocido hombre.
- Números 31:7-18
Después de cruzar el Jordán, continúa el Deuteronomio confirmando el progreso de la ignominia…
Pero Jehová, nuestro Dios, nos lo entregó y lo derrotamos a él, a sus hijos y a todo su pueblo. Tomamos entonces todas sus ciudades y las destinamos al exterminio: hombres, mujeres y niños, sin dejar a nadie con vida. Solamente tomamos para nosotros los ganados y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.
- Deuteronomio 2:33-35
La orden más explícita es aquella que dice:
Destruirás a todos los pueblos que Jehová, tu Dios, te entrega. No tendrás piedad de ellos ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo.
- Deuteronomio 7:16
Las hordas de Yahvéh no quieren prisioneros, sólo la condena a muerte a quienes se resistían a abandonar sus casas y tierras. Yahvéh es “un terrorista”.
Nada hay en sus malvadas órdenes que recuerden a un creador amante de sus criaturas, sino la codicia criminal de un pueblo que despoja de la vida y haciendas a los legítimos pueblos vecinos, condenados al exilio y a la muerte por el dios de los israelitas mediante el terror y la crueldad. Lo que relatan las páginas del Antiguo Testamento es la historia de unos líderes sanguinarios que no dudan en usar la espada para asentarse en un territorio, inventando un dios terrible que amenaza continuamente para influir a un fanático pueblo que busca desesperadamente un suelo propio, apropiándose del contrario mediante el derramamiento de sangre. No existió Yahvéh más que en la imaginación de quienes lo inventaron, prolongando durante generaciones la creencia popular en un ser divino que reunía todos los atributos infames de sus propios creadores, sobre todo la crueldad, la codicia y la sed de sangre. Los líderes espirituales de ese pueblo, aunque fuesen inventados también por los escribas posteriores, sólo pretendían la obediencia ciega a sus órdenes, creando la figura de un Yahvéh inventado para favorecer mediante el temor a su venganza, el sometimiento del pueblo, la conquista de una tierra ajena y el odio a los no circuncidados, que mantenía el señuelo de un pueblo elegido. Toda una estrategia política, implacable en su crueldad, de los fundadores de Israel.
Para conseguir la cohesión de ese pueblo nada mejor que defender la idea de un dios único, exclusivo, incompatible con otros dioses y otros pueblos idólatras, el gran engaño inmisericorde:
Si te incita tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciéndote en secreto: “Vayamos y sirvamos a dioses ajenos”, que ni tú ni tus padres conocisteis, —los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella—, no consentirás con él ni le prestarás oído, tu ojo no lo compadecerá, no le tendrás misericordia ni lo encubrirás, sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo. Lo apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová, tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, para que todo Israel lo sepa y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a ésta.
- Deuteronomio 13:6-11
Al llegar la horda israelita, guiada por Josué, a la ciudad de Jericó, continúa impasible el escriba:
Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas y los asnos
- Josué 6:21
El propio Josué vapuleó al rey de Jerusalén y a otros cuatro reyes de la zona,
Conquistó, pues, Josué toda la región de las montañas, el Neguev, los llanos y las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar nada; todo lo que tenía vida lo exterminó, como Jehová, Dios de Israel, se lo había mandado.
- Josué 10:40
El general Joab “exterminó a todos los varones idumeos”
Jehová suscitó un adversario a Salomón: Hadad, el edomita, de sangre real, que estaba en Edom. Porque cuando David estaba en Edom, Joab, el general del ejército, al subir a enterrar los muertos, mató a todos los hombres de Edom (porque seis meses se quedó allí Joab, con todos los israelitas, hasta acabar con todo el sexo masculino en Edom).
- 1 Reyes 11:14-16
El ángel exterminador de Yahvéh dio muerte a 185.000 asirios
Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, todo era cadáveres.
- Isaías 37:36
Y el pueblo se enorgullecía de haber hecho 100.000 bajas al ejército sirio
Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros, y al séptimo día se dio la batalla. Los hijos de Israel mataron de los sirios en un solo día a cien mil hombres de a pie. Los demás huyeron a la ciudad de Afec, pero el muro cayó sobre los veintisiete mil hombres que habían quedado.
- 1 Reyes 20:29-30
Los asesinatos masivos se suceden sin tregua en este libro devoto que es para muchos el Antiguo Testamento (Sagrada Escritura).
Conquistada ya la tierra prometida, continúa la sangre dominando la narración bíblica, aunque fuese sangre de los propios israelitas, ahora por su infidelidad y olvido del celoso Yahvéh, que los castiga sin compasión.
Así que guardaréis el sábado, porque santo es para vosotros; el que lo profane, de cierto morirá. Cualquier persona que haga alguna obra en él, será eliminada de su pueblo.
- Éxodo 31:14
Y su venganza es terrible cuando sus elegidos adoran un becerro de oro. En este caso ordena a sus fieles de la tribu de Leví (sacerdotes)…
—Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel:
«Que cada uno se ciña su espada, regrese al campamento y vaya de puerta en puerta matando cada uno a su hermano, a su amigo y a su pariente.»Los hijos de Leví hicieron conforme a lo dicho por Moisés, y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres.
- Éxodo 32:27-28
En otra ocasión ordena a Moisés ahorcar a los apóstatas…
Jehová dijo a Moisés:
Toma a todos los príncipes del pueblo y ahórcalos ante Jehová a plena luz del día, para que el ardor de la ira de Jehová se aparte de Israel.
Moisés dijo a los jueces de Israel:«Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor.»
- Números 25:4-5
Y cuando se inclinan para adorar al dios Sol, ordena el castigo:
A los otros dijo, oyéndolo yo: «Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no miren con piedad vuestros ojos, no tengáis compasión. Matad a viejos, a jóvenes y a vírgenes, a niños y a mujeres, hasta que no quede ninguno. Pero a todo aquel sobre el cual esté la señal, no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario.
Comenzaron, pues, desde los hombres ancianos que estaban delante del Templo. Les dijo: «Contaminad la casa, llenad los atrios de muertos y salid.» Y salieron a matar en la ciudad.
- Ezequiel 9:5-7
Para concluir con este oráculo inhumano:
Di: «Así dice Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán como estiércol sobre la faz del campo, como manojos tras el segador, y no hay quien los recoja.»
- Jeremías 9:22
La Guerra Santa ordenada por Yahvéh y llevada a cabo por los elegidos según estas Sagradas Escrituras, no pertenece a la historia, sino al reino de la fantasía literaria. Aunque tuviera una base histórica son tantas las equivocaciones, las contradicciones, las exageraciones intencionadas, las visiones nocturnas, los inverosímiles hechos narrados que confirman que casi todo lo escrito es un conjunto de invenciones interesadas. Como son imaginarias las enormes cifras de muertos en combate o asesinados, ordenados por Yahvéh:
Yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo, al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo.
- Éxodo 33:2
Incluso a los mensajeros de paz, a los que ahorcan en Hebrón…
Entonces David dio una orden a sus servidores, que los mataron, les cortaron las manos y los pies y los colgaron junto al estanque de Hebrón. Luego tomaron la cabeza de Is-boset, y la enterraron en el sepulcro de Abner, en Hebrón.
- 2 Samuel 4:12
No menos imaginarias son las estadísticas del censo ordenado por David, de los “guerreros aptos para manejar la espada”, cuyo número es imposible en un pueblo nómada por unas tierras semi-desérticas. El cómputo final dio un total de 800.000 en las tribus de Israel y 500.000 en las de Judá
Joab entregó entonces el censo del pueblo al rey; había en Israel ochocientos mil hombres fuertes que sacaban espada, y los de Judá eran quinientos mil hombres.
- 2 Samuel 24:9
Nada de esto es cierto y su única intención es engrandecer el poder de Yahvéh tan necesario para tener sometido al ignorante pueblo de Israel.
La esperable misericordia del dios israelita está ausente de sus numerosos mandatos, cuyo incumplimiento siempre merece un castigo. Fijaros la cantidad de barbarie que Yahvéh ampara en cuento a reglas sexuales:
Cuando alguien tome mujer y la desprecie después de haberse llegado a ella, le atribuya faltas que den de qué hablar, y diga: “A esta mujer tomé y, al llegarme a ella, no la hallé virgen”, entonces el padre y la madre de la joven tomarán las señales de su virginidad y las llevarán a los ancianos, a la puerta de la ciudad. El padre de la joven dirá a los ancianos: “Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la menosprecia; ahora le atribuye faltas que dan de qué hablar, diciendo: ‘No he hallado virgen a tu hija.’ Pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija.” Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán, multándolo con cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel. Ella seguirá siendo su mujer, y él no podrá despedirla en toda su vida.
Pero si resulta ser verdad que no se halló virginidad en la joven, entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad hasta que muera, por cuanto cometió una vileza en Israel al prostituirse en casa de su padre. Así extirparás el mal de en medio de ti.
Si alguien es sorprendido acostado con una mujer casada y con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también. Así extirparás el mal de Israel.
Si hay una muchacha virgen comprometida con un hombre, y alguien la halla en la ciudad y se acuesta con ella, los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no pidió socorro en la ciudad, y el hombre, porque humilló a la mujer de su prójimo. Así extirparás el mal de en medio de ti.
Pero si un hombre halla en el campo a la joven desposada, y aquel hombre la fuerza, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella, pero a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa digna de muerte. Este caso es como cuando alguien se levanta contra su prójimo y le quita la vida. Porque él la halló en el campo, y la joven desposada gritó sin que hubiera quien la librara.
Cuando algún hombre halle a una joven virgen que no ha sido desposada, la toma y se acuesta con ella, y son descubiertos, el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata; ella será su mujer, por cuanto la humilló, y no la podrá despedir en toda su vida.
Nadie tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.
- Deuteronomio 22:13-30
Por una simple desobediencia elimina sin compasión a 70.000 de sus “elegidos”, y a quienes se atrevan a darle la espalda:
Pero acontecerá, si no oyes la voz de Jehová, tu Dios, y no procuras cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te ordeno hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones.
Maldito serás tú en la ciudad y maldito en el campo.
Maldita serán tu canasta y tu artesa de amasar.
Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
Maldito serás en tu entrar y maldito en tu salir.
Jehová enviará contra ti la maldición, el quebranto y el asombro en todo cuanto pongas tu mano y hagas, hasta que seas destruido y perezcas muy pronto a causa de la maldad de las obras por las cuales me habrás dejado. Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te haga desaparecer de la tierra a la cual vas a entrar para tomarla en posesión. Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo, que te perseguirán hasta que perezcas.
Los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y de hierro la tierra que está debajo de ti. Dará Jehová como lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas. Jehová te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos y por siete caminos huirás de ellos. Serás el espanto de todos los reinos de la tierra. Tus cadáveres servirán de comida a todas las aves del cielo y a las fieras de la tierra, y no habrá quien las espante.
Jehová te herirá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna y con comezón de que no puedas ser curado. Jehová te herirá con locura, ceguera y turbación de espíritu, y palparás al mediodía como palpa el ciego en la oscuridad. No serás prosperado en tus caminos; no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.
Te desposarás con una mujer y otro hombre dormirá con ella; edificarás una casa y no habitarás en ella; plantarás una viña y no la disfrutarás. Tu buey será matado ante tus propios ojos, y no comerás de él; tu asno será arrebatado en tu presencia, y no te será devuelto; tus ovejas serán entregadas a tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate. Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; tus ojos lo verán, y desfallecerán tras ellos todo el día, pero nada podrás hacer. El fruto de tu tierra y de todo tu trabajo lo comerá un pueblo que no conociste, y no serás sino oprimido y quebrantado todos los días. Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos. Te herirá Jehová con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.
Jehová os llevará, a ti y al rey que hayas puesto sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres conocíais, y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra. Serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla en todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová. Sacarás mucha semilla al campo y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá. Plantarás viñas y labrarás, pero no beberás vino ni recogerás uvas, porque el gusano se las comerá. Tendrás olivos en todo tu territorio, pero no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se caerá. Hijos e hijas engendrarás, y no serán para ti, porque irán en cautiverio. Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán consumidos por la langosta. El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo. Él te prestará a ti y tú no le prestarás a él; él estará a la cabeza y tú a la zaga.
Vendrán sobre ti todas estas maldiciones, te perseguirán y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová, tu Dios, para guardar los mandamientos y los estatutos que él te mandó. Y serán sobre ti y tu descendencia como una señal y un prodigio para siempre.
Por cuanto no serviste a Jehová, tu Dios, con alegría y con gozo de corazón, cuando tenías abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviará Jehová contra ti, con hambre, con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas. Él pondrá un yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte. Jehová traerá contra ti una nación venida de lejos, de los confines de la tierra, que volará como águila, una nación cuya lengua no entiendas; gente fiera de rostro, que no tendrá respeto del anciano ni perdonará al niño. Ella se comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.
Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan en toda tu tierra los muros altos y fortificados en que tú confías. Sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová, tu Dios, te haya dado. Comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová, tu Dios, te dio, en medio del sitio y el apuro con que te angustiará tu enemigo. El hombre más amable y delicado entre los tuyos mirará con malos ojos a su hermano, a la mujer de su corazón y al resto de los hijos que le queden, para no compartir con ellos la carne de sus hijos, que él se comerá, por no haberle quedado nada en medio del asedio y la angustia a que te reducirá tu enemigo en todas tus ciudades. La más amable y delicada entre vosotros, de tan pura delicadeza y ternura que nunca intentaría sentar sobre la tierra la planta de su pie, mirará con malos ojos al marido de su corazón, a su hijo, a su hija, y por carecer de todo, se ocultará para comer la placenta que sale de entre sus pies y a los hijos que dé a luz, en medio del asedio y la angustia a que te reducirá tu enemigo en tus ciudades.
Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta Ley que están escritas en este libro, temiendo a ese nombre glorioso y temible de Jehová, tu Dios, 59 entonces Jehová aumentará terriblemente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, enfermedades malignas y duraderas, y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta Ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido. Y quedaréis sólo unos pocos, en lugar de haber sido tan numerosos como las estrellas del cielo, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová, tu Dios. Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros. Seréis arrancados de sobre la tierra a la que vais a entrar para tomarla en posesión. Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo, y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo, pues allí te dará Jehová un corazón temeroso, languidez de ojos y tristeza de alma. Tendrás la vida como algo que pende delante de ti, estarás temeroso de noche y de día y no tendrás seguridad de tu vida. Por la mañana dirás: “¡Quién diera que fuera la tarde!”, y a la tarde dirás: “¡Quién diera que fuera la mañana!”, por el miedo que amedrentará tu corazón y por lo que verán tus ojos. Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: “Nunca más volverás”, y allí seréis vendidos a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, y no habrá quien os compre.
- Deuteronomio 28:15-68
O en el levítico:
Pero si no me escucháis ni cumplís todos estos mandamientos, si despreciáis mis preceptos y vuestra alma menosprecia mis estatutos, si no ponéis en práctica todos mis mandamientos e invalidáis mi pacto, yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma. Sembraréis en vano vuestra semilla, pues vuestros enemigos la comerán. Pondré mi rostro contra vosotros y seréis heridos delante de vuestros enemigos. Los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.
Si aun con estas cosas no me escucháis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. Quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro y vuestra tierra como bronce. Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no producirá nada y los árboles del campo no darán su fruto.
Si continuáis oponiéndoos a mí, y no me queréis oír, yo enviaré sobre vosotros siete veces más plagas por vuestros pecados. Enviaré también contra vosotros fieras salvajes que os arrebaten vuestros hijos, destruyan vuestro ganado y os reduzcan en número, de modo que vuestros caminos queden desiertos.
Si con estas cosas no os corregís, sino que continuáis oponiéndoos a mí, yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto, y si buscáis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros y seréis entregados en manos del enemigo.
Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres todo vuestro pan en un horno, y os lo devolverán tan bien medido que comeréis y no os saciaréis.
Si aun con esto no me escucháis, sino que continuáis oponiéndoos a mí, yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aun siete veces por vuestros pecados. Comeréis la carne de vuestros hijos y comeréis la carne de vuestras hijas. Destruiré vuestros lugares altos, derribaré vuestras imágenes, pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará. Dejaré desiertas vuestras ciudades, asolaré vuestros santuarios y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.
Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella habiten. A vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré la espada en pos de vosotros. Vuestra tierra quedará asolada y desiertas vuestras ciudades. Entonces la tierra gozará sus días de reposo durante todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo. Durante todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella.
A los que queden de vosotros, les infundiré tal cobardía en sus corazones, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los hará huir como se huye ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga, y no podréis resistir en presencia de vuestros enemigos. Pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. Y los que queden de vosotros, se consumirán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad, y se consumirán junto con sus padres por la iniquidad de ellos.
- Levítico 26:14-39
Los asesinatos se suceden sin descanso para complacer a Yahvéh:
Jehová quebrantó a Sísara, dispersando delante de Barac, a filo de espada, todos sus carros y a todo su ejército. El mismo Sísara descendió del carro y huyó a pie, pero Barac siguió a los carros y al ejército hasta Haroset-goim. Aquel día, todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno.
- Jueces 4:15-16
No malgastaré mi tiempo contigo —respondió Joab.
Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón, quien estaba aún vivo en medio de la encina. Luego diez jóvenes escuderos de Joab rodearon a Absalón, lo hirieron y acabaron de matarlo. Entonces Joab tocó la trompeta, y el pueblo dejó de perseguir a Israel, porque Joab detuvo al pueblo. Tomando después a Absalón, lo echaron en un gran hoyo en el bosque y levantaron sobre él un montón muy grande de piedras; y todo Israel huyó, cada uno a su tienda.
- 2 Samuel 18:14-17
Y todos ellos son alabados en la Biblia como ejemplos de fidelidad a Yahvéh. Sin embargo, protege a David, el rey “pecador”, que compra a la joven Mical, hija de Saúl, por cien prepucios de filisteos
Saúl les dijo:
—Decid así a David:
«El rey no desea la dote, sino cien prepucios de filisteos, para vengarse de los enemigos del rey.»
Pero Saúl pensaba hacer caer a David en manos de los filisteos. Cuando sus siervos comunicaron a David estas palabras, pareció bien a los ojos de David la cosa de ser yerno del rey. Y antes que el plazo se cumpliera, se levantó David, se fue con su gente y mató a doscientos hombres de los filisteos. Trajo David los prepucios de ellos y los entregó todos al rey, a fin de hacerse yerno del rey. Entonces Saúl le dio a su hija Mical por mujer.
- 1 Samuel 18:25-27
en una de las más escandalosas páginas bíblicas, que no impiden venerarlo como el rey más importante de Israel, sólo por la construcción del templo de Jerusalén. El “dios único” charla con Satán y se permite toda clase de maldades, alabadas siempre por los escribas bíblicos.
Dijo Jehová a Satanás:
—¿De dónde vienes?
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—De rodear la tierra y andar por ella.
Jehová dijo a Satanás:
—¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—¿Acaso teme Job a Dios de balde?¿No le has rodeado de tu protección, a él y a su casa y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que posee, y verás si no blasfema contra ti en tu propia presencia.
Dijo Jehová a Satanás:
—Todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él.
- Job 1:7-12
Nunca aparece el amor, como no sea en el Cantar de los cantares, verdadero himno amoroso y sensual en honor de la Sulamita, amada de Dios y símbolo de Israel. Pero el amor aquí cantado es un amor muy humano, en todas sus facetas: la magia del enamoramiento, la pasión por el amado ausente, el éxtasis de la unión. Nada que ver con el amor de un Creador hacia sus criaturas, que no exige amor sino obediencia. Las palabras de Dios contenidas en el Antiguo Testamento emanan de una mente muy humana, reflejan la estrategia política de unos líderes, profetas y reyes judíos, que no tenían más obsesión que el establecimiento de este pueblo de esclavos en una tierra propia. Para lo cual crearon un dios que los sometiera por temor a la muerte, que los estimulara con una alianza y un pacto de exclusividad que todos sus descendientes han creído y difundido con una fe irracional.
Me moriré sin comprender el que creo mayor enigma de la historia. ¿Cómo es posible que sobre estas páginas ensangrentadas y carcomidas por el horror de una conducta malvada se hayan sustentado durante miles de años y por millones de seres humanos las religiones bíblicas? ¿Cómo es posible que, a lo largo de siglos, tantas personas inteligentes y sabias hayan podido hacer compatibles la ciencia y la fe en un dios tan execrable y en unas páginas rebosantes de sangre? Más aún, ¿cómo es posible que la Iglesia Católica las haya aceptado como la base de su credo, sin mencionar jamás a Yahvéh, pero leyendo sus palabras en los actos litúrgicos?.
Es cierto que el cristianismo ha sabido escoger las palabras de Dios más aceptables, pero nunca ha condenado las otras «palabras de Dios» que rechaza cualquier persona de sana moral. El Antiguo Testamento no se pudo leer en español hasta que murió el rey Carlos III, que autorizó su traducción a un padre escolapio, preceptor de sus hijos. Aún así, han pasado casi tres siglos y los hispanos seguimos sin enfrentarnos al problema de la veracidad y la bondad de la Biblia. La razón nunca podrá vivir en buena armonía con la fe, cristiana o musulmana. Sólo la razón nos hará humanos, es decir, libres.

Deuteronomio 28 (15-68) debe ser uno de los pasajes más despreciables de la biblia…
Hola Mari
Deuteronomio, Levítico, Jueces como los más destacados por la concentración de odio y acciones de genocidio. Pero toda la Biblia está salpicada de actos que, desde luego, no podrían considerarse que pudieran ser inspirados por un ser bondadoso. Incluso en Nuevo Testamento tiene actos de venganza y odio.
Saludos Mari y gracias por participar. Y te recuerdo que, si lo deseas, puedes escribir en el blog como colaboradora.
Hola Andrés! Por aquí pasando…
Quiero hacerte una pregunta. Mira, la mayoría de mis amigos (por no decir practicamente todos) son católicos. Cuando comentamos asuntos bíblicos, episodios, versículos horribles (ya sabes) nadie se inmuta! ni siquiera creen en ellos!. Quizá te parezca raro pero esa es mi experiencia (y de veritas que no son pocos son la INMENSA mayoría!). Les pregunto entonces (a ellos) ¿bueno, entonces cómo tomas la biblia, qué es para tí? (ahora sí que puedes empezar a irte de espaldas) me contestan: No te preocupes tanto Mari…sólo es un libro viejo!!!!!!
Sabes Andrés, Hay una gran diferencia entre católicos y evangélicos (no te digo que no hayan católicos fanáticos, de hecho que sí, pero NO son la mayoría ni de asomo) en cambio los evangélicos sí son VERDADERAMENTE fanáticos… Bueno, mi pregunta (pa’ no hacerla tan larga jajaja)es: ¿Es sólo mi experiencia o también te ha pasado a tí?
Hola Mari
Bienvenida de nuevo al blog. Puedes regresar siempre que desees.
Aunque generalizar suele ser un mal recurso a la hora de argumentar hay veces en que no hacerlo es peor aún.
Efectivamente los cristianos evangelicos, testigos de Jehová, adventistas, ect son mas fanáticos que los creyentes católicos. Como casi todo, se puede tener una idea del por qué esto es así sumando varias circunstancias, pero creo que pudieran ser resumidas en dos.
Como sabes, Lutero inició esa gran revolución religiosa debido a lo que consideraba continuos abusos de la Iglesia de la época. Consideraba que debía volver a retomar la esencia y dar marcha atrás para encontrar los valores del cristianismo en la Biblia. Así que la Sola Scriptura fue la única fuente argumentativa y de inspiración cristiana. El catolicismo no solo tiene a la Biblia como texto inspirador, también tiene a la tradición oral y escrita.
¿Qué consecuencias tiene esto?
La Biblia es un texto muy antiguo e inspirador pero al tomarlo como única fuente, por ser la palabra de dios, hace que se extremen las posiciones. Así, por ejemplo, no entienden como recursos literarios sino como realidades las historias contenida en ella. Por esta causa sus interpretaciones son torticeras. Sea cual sea el tema, lo retuercen de forma para que les confirmen que la Biblia estaba en lo cierto. Suelen tener en consideración tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento.
Los católicos, al no tener a la Biblia como único recurso interpretan más a la Biblia como un todo y no entran en cuestiones más concretas y prefieren entender el mensaje bíblico por lo que quiere dar a entender mas que por lo que pueda decir.
Así los cristianos no católicos suelen leer la biblia mientras que los católicos rara vez la leen por motus propio.
Otra causa a considerar para poder entender esa diferencia del grado de fanatismo, también hemos de ver con que la Iglesia católica y la ortodoxa tienen un Papa, una cabeza, una curia que establece ritos e interpretaciones por las que, generalmente, el resto de católicos hacen suyas.
Las otras confesiones no es tan evidente y cada pastor monta su propio show para adherir fieles a su comunidad. Esto provoca que algunos intenten ir un paso mas allá….
Resumiendo. Entiendo a los no católicos en tomar a la Biblia como fuente inspiradora pero el catolicismo creo que tiene una posición mas inteligente porque le hace adaptarse a las circunstancias.
Por eso Mari, los católicos no suelen leer la Biblia (¿Para qué si ya se lo lee comido y masticado el sacerdote de turno?). Cosa que no entiendo porque algo tan importante como fundamento de su fe no tienen el más mínimo interés en saber cómo es ese libro inspirador y los protestantes son mas fanáticos ya que sí la leen y entienden su libro como la verdad en todo, incluso en cuestiones científicas.
Otras religiones también tienen a su libro como verdad absoluta… y así nos va.
Saludos Mari. Y ven las veces que desees
UN DIOS SUMAMENTE SANGUINARIO….EL VIEJO TESTAMENTO