Casualmente, a través del Facebook, cayó en mis manos una noticia «interesante» en la que los seguidores se apuntaban apoyando la iniciativa.
Como he comentado en repetidas veces en el blog, no solo trato de asuntos concernientes a placebos religiosos. Todo lo que es superstición también es placebo y, como en este caso, se materializa en un negocio donde vende frasquitos de agua.
Recibí esta sorprendente convocatoria:
Amada Tribu:
Sumemos Intención y desde donde nos encontremos el 31 de Marzo, celebremos una ceremonia, solos o en compañía. en nuestras casas o a cielo abierto, en lugares públicos o privados.
Juntos! Por la Vida!
La oración sugerida:
«Agua de la Planta Nuclear Fukushima, lo sentimos mucho por haberte causado este sufrimiento. Por favor perdónanos. Te damos gracias, y te amamos.»
Muy estimados y queridos amigos,
Me permito enviarles este llamado del Dr. Emoto para
realizar una ceremonia de Agua para Japón el próximo 31 de Marzo.
Favor de retransmitirselo a su gente. Les adjunto también
el segundo voletín de HADO del Dr. Emoto.
Tokyo, Japón, a 27 de Marzo de 2011
A todas las personas del mundo:
¡Por favor manden sus oraciones de Amor y Gratitud al agua de la Planta Nuclear de Fukushima, Japón!
Después de sufrir el gran terremoto de la magnitud 9 y por efectos devastadores del Tsunami, más de 10,000 personas aún están desaparecidas hasta ahora… aunque ya pasaron 16 días desde el día del desastre. Lo que hace peor en este momento es que el agua de los reactores de la Planta Nuclear de Fukushima empezaron a la fuga contaminando el océano, la atrmósfera y las moléculas de agua que se encuentran en zonas aledañas.
La sabiduría humana no ha sido capaz de resolver el problema, y está tratando solamente enfriar materiales radiactivos que existen dentro de los reactores echando agua fría con mangueras.
¿Realmente no hay otra cosa que podemos hacer?
Yo digo que sí. Durante más de 20 años de investigación sobre las tecnologías de medir Hado y de fotografiar los cristales de agua, he sido incontables veces el testigo de que el agua se transforma en positivo cuando recibe la vibración pura de oraciones de seres humanos no importa cuán lejos estén esas personas.
El verdadero significado de la fórmula de Energía de Albert Einstein, E=MC2 es: Energía = el número de personas multiplicada por cuadrado de sus consciencias.
Llegó el momento de practicarlo. Vamos a unirnos nuestra consciencia para llevar a cabo una ceremonia de oración para el agua como ciudadano de la Tierra. Les pido a todos ustedes, no solamente en Japón, sino en alrededor del mundo, que por favor nos ayuden a superar esta crisis de nuestro planeta Tierra.
Nombre de la ceremonia:
«Vamos a enviar nuestros pensamientos de Amor y Gratitud a todo el agua que existe en la Plantas Nuclear de Fukushima».
Fecha y hora: Jueves 31 de Marzo de 2011, a las 12:00 del día en la hora local.
Vamos a pronunciar la siguiente frase:
«El agua de la Planta Nuclear Fukushima, lo sentimos mucho por haberte causado este sufrimiento. Por favor perdónanos. Te damos gracias, y te amamos».
Pueden decir a voz alta o en silencio. Repiten 3 veces juntando las palmas de sus manos ofreciendo su sincera oración.
Les agradezco de mi corazón. Con amor y gratitud
Masaru Emoto
Mensajero de Agua
Ante semejante convocatoria ya mis «antenas» antiplacebo captaron que semejante mensaje es, como mínimo, sospechoso. El que alguien convoque a oraciones para arreglar algo encendía mis luces de alarma y es que, aunque la oración se disfrace de amor a la naturaleza como un ente benefactor es religión y superstición.
De esta forma me dispuse a investigar.
El personaje en cuestión es el que firma el comunicado anterior: Masaru Emoto.
¿Quién es Masaru Emoto?
Se le denomina Doctor y, efectivamente, es doctor, pero no de biología ni psicología es doctor en Relaciones Internacionales. Es evidente la gran conexión científica que existe con la química del agua.
Según el Sr. Emoto el pensamiento humano, las palabras, la música, las etiquetas en los envases, influyen sobre el agua y cambia a mejor. Si el agua lo hace, nosotros que somos en un 80% agua deberíamos comportarnos igual. La prueba que aporta es la superior belleza de los cristales de hielo extraídos de agua «tratada» frente a la baja belleza de los de agua «no tratada» en sus experimentos. Los creyentes en el Sr. Emoto aceptan que mentalmente o por la palabra se puede influir en la estructura o propiedades del agua. Y que dicha influencia positiva pasaría del agua al cuerpo humano al ingerirla.
La ciencia no ve ningún mecanismo para que esto suceda, no ha recibido ninguna prueba científica a favor, pero sí múltiples en contra, y por tanto considera esa afirmación como falsa.
Según Emoto, dos envases de cristal iguales, conteniendo arroz o agua de una misma procedencia, a los que se le escriban la palabra «paz»,»gracias» o «guerra»,»idiota» en su exterior se comportarán al cabo de un tiempo de manera distinta. En el agua los cristales de hielo obtenidos del bote «bien tratado» serán bellos y los cristales del bote «mal tratado» serán feos.
La teoría de Masaru Emoto, no ha podido ser demostrada fuera de su laboratorio. Masaru dice que al querer ser demostrada, los pensamientos del experimentador malograrían el experimento, ya que el agua notaría esta intención «negativa» y se vería anulada, saliendo como resultado lo que esperaría el experimentador.
Aunque, hay una manera de realizar el experimento sin alterar las muestras, y es el llamado experimento de doble ciego.
Así por ejemplo, un científico podría analizar un cristal de agua sin saber a que mensaje ha sido expuesto, etc. Pero como el propio Emoto ha señalado, no ha conseguido reproducir idénticos cristales expuestos a la influencia del mismo mensaje.
Por lo tanto los métodos de Emoto que no han sido del todo aclarados por él y la imposibilidad de ser algo demostrable y medible científicamente, ya que hasta ahora ningún científico a podido reproducir lo que postula Emoto, han hecho de esta teoría un posibles fraude.
El fin comercial de Emoto: el agua tratada con su sistema se comercializa a precio desorbitante, con aparentes propiedades curativas.
La incredulidad de la teoría que nos ocupa ha llegado a tales límites, que James Randi, ha ofrecido a Masaru Emoto, la recompensa de un millón de dólares si sus resultados se pueden reproducir en un laboratorio con los métodos de doble ciego, los únicos que asegurarían la no influencia por parte de los científicos en el resultado.
Randi no ha sabido nada de él.
