En una entrada anterior me referí a la Procesión atea que se planteó para hacerlas discurrir por las calles de Madrid durante la Semana Santa y la Delegación del Gobierno no autorizó. Como podéis comprobar en esa entrada no era partidario de organizar ese acto. No creía que fuera la mejor forma de proceder para exponer nuestras razones poniendo a la defensiva a los creyentes.
Otra cosa muy distinta eran los motivos que la Delegación de Gobierno ponía para impedir que se realizara: Orden público ante el «elevado» riesgo a que se produjeran altercados… y una evidente «ofensa» hacia el sentimiento religioso de los creyentes. Pero en lo que más se ponía énfasis era en la convicción que tenían, por informes de la policía, de que podrían ocurrir altercados en la vía, y de ahí la decisión de no autorizarla.
Bien. No se celebró en esas fechas. Se celebraron posteriormente y no pasó nada.
Bueno, pues ahora nos encontramos con un acontecimiento deportivo, en concreto con la Copa del Rey de Fútbol en la que se enfrentaban el Athletic Club de Bilbao y el Fútbol Club Barcelona.
Es bien sabido la controversia que ha habido en España sobre los previsibles silbidos y la correspondiente reacción que se debiera o no realizar ante estas ofensas. Pero hubo otro acontecimiento que este evento deportivo produjo de una forma indirecta. Y fue la marcha o concentración fascista para ese mismo día y con el propósito de coincidir justo el día en el que las dos aficiones de comunidades separatistas estarían juntas y con la intención de silbar e insultar a los símbolos nacionales de España.
Ahora una prueba concurso:
¡Adivina cual!
Adivina cuál de las dos opciones es, a priori, más peligrosa:
- A) Marcha de ateos y librepensadores por diversas calles de Madrid en Semana Santa.
- B) Manifestación ultraderechista y nazi en defensa de España tres horas antes del inicio de la Copa de Rey con aficionados vascos y catalanes dispuestos a insultar y silbar lo que «sabe» a España.
Bueno. La respuesta es obvia, pero parece que para la Delegación del Gobierno, en este caso, el informe policial en el que no aconsejaba este acto por seguridad ciudadana no era a tener en cuenta.
Mi pregunta es obvia y pertinente. ¿Qué determinó el que la procesión atea fuera negada y aceptada la de los nazis? Si la respuesta es la peligrosidad, evidentemente esta manifestación nazi es marcadamente más peligrosa. Descartada esta respuesta habría que indagar del porqué realmente fue prohibida la menos peligrosa. Como segunda pregunta que me haría sería la segunda excusa que se marcó la Delegación del Gobierno para prohibir ese acto ateo: que podían herir sensibilidades.
Bueno. Efectivamente, todos aquellos creyentes que vea en una procesión un grupo de ateos diciendo que Dios no existe se pueden sentir «ofendidos», pero no entiendo el porqué no dice este organismo oficial si el ver banderas anticonstitucionales, símbolos nazis e incluso en el lado de los aficionados del fútbol el que piten e insulten al himno nacional, imagino que también hiere sensibilidades. Pero ni una manifestación ni el partido se prohibieron. Entonces ¿por qué se prohibió la manifestación atea y no la manifestación nazi?
Ahora viene al pelo la frase que don Quijote dijo a Sancho: «Con la iglesia hemos topado»
Evidentemente, cuando el sentimiento es religioso parece tener la etiqueta de intocable y ese sentimiento no se puede «menear» y cualquier otra cosa es libertad de expresión, pero decir que Dios no existe «hiere sensibilidades»
Manifestaciones en Madrid. P’a meá y no echar gota.
