Libertad es la capacidad del ser humano de obrar o no obrar, de hacer una cosa o de hacer otra, a lo largo de su vida por lo que es responsable de sus actos. Históricamente, en especial desde las Revoluciones burguesas del siglo XVIII y XIX, la libertad suele estar muy unida a los conceptos de justicia e igualdad.
El estado de libertad define la situación, circunstancias o condiciones de quien no es esclavo, ni sujeto, ni impedido al deseo de otros de forma coercitiva. En otras palabras, aquello que permite al hombre decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también responsable de sus actos
No. No he cambiado la voluntad que mueve este blog. No es un blog político y sigue siendo antiplacebo. Pero me he sentido obligado comenzar esta entrada con la definición de libertad. Esa libertad de la que tanto se habla pero que se desea esconder cuando existen intereses por medio. Esa libertad incómoda. Esa libertad que cuesta tanto alcanzar y tan poco desprestigiar y banalizar. Esa libertad tan difícil de entender por creyentes que dicen respetar al resto de confesiones.
He subrayado la frase en la que define, con algo más de precisión, lo que significa este concepto cuando nos referimos a la relación de unos con otros en una sociedad que deseamos democrática y libre.
Que este concepto sea al que tiende toda sociedad es lo aconsejable pero no quiero ser utópico ya que sabemos donde nos movemos. Incluso en las democracias que consideramos más avanzadas vemos flecos que nos revela que conseguir libertad es un largo camino que no llega a finalizar. Y ahora sí que voy a unir este último comentario con el tema del blog.
¿Por qué el Estado español tiene concedidas prerrogativas a la Iglesia Católica en contra de ese concepto de Libertad e igualdad expuesto al inicio de mi entrada.? ¿La Constitución? ¿Acaso no se está diciendo que está desfasada en multitud de artículos?
En el acto de negociación de partes no se juega con los mismos argumentos y por eso se distorsiona el sentido de igualdad y libertad de los ciudadanos.
La Iglesia Católica enarbola la cantidad de socios-creyentes para imponer su autoridad. Primero he de decir que el número de creyentes en un culto determinado no ha de imponerse a ningún otro ya que los derechos tienen el mismo peso específico para todos ya hubiera una relación de 1.000.000/1. La libertad no se mide con balanzas especulativas. Segundo, el número de católicos no son los que parecen. Los católicos son católicos porque siguen unos ritos y unos caminos marcados por unos dogmas y directrices, si no los siguen son otra cosa. Pero ahora nos encontramos con un tipo de «católicos» que hacen que la Iglesia presuma de ellos y, a la vez, cada cual entienda su forma de entender el catolicismo digamos de una forma personal. Lo más normal es que cuando a algunos de estos creyentes, al preguntarles digan: «Sí, creo en Dios… pero no en los curas ni en la Iglesia» y me pregunto el motivo por el que la Iglesia los cuenta en sus filas si no tienen nada que ver al no participar como católicos. Y ahí aparece la tradición de bautizar a los críos cuando no pueden decidir, o ir a la comunión porque: «¡cómo no va a hacer la comunión si todos los de su clase van, qué complejo va a tener!» o «Mi niño va a ir de capitán general y mi niña de princesa Kate (que ahora está muy de moda)»
Es decir unos católicos light que bien podrían definirse de católicos de Libros de autoayuda.
Ante esta fuerza tan contundente, la Iglesia aprovecha para influir con todas sus fuerzas en el Estado para que pueda acaparar corrientes de opinión marcadas. Y otorgarse el interés general cuando solo es de parte.
- El aborto se ha de abolir. Cuando la Iglesia dice esto no es para decir a sus filas que no aborten, sino para que el Estado anule las leyes votadas por los representantes de TODOS los españoles. Es decir, la Iglesia desea imponer su moral a TODOS y no solo a sus filas.
- El matrimonio gay ha de abolirse. Porque no dice que los católicos gays no se casen, sino que el Estado no debe permitir que en sus registros civiles aparezcan como tal personas del mismo sexo. (Afortunadamente no se les hace el más mínimo caso, espero que independientemente del signo político del gobierno de turno)
- Células madre no deben utilizarse. Ante su moral pretenden que no se utilice estas células para curar enfermedades, y no solo para los católicos, no. No han de utilizarse aunque no se tenga nada que ver con semejante grupo religioso. Ellos utilizan su libertad, para negar la del resto. ¡Como son los garantes de la moral universal!
- Que el espacio público lo utilice descaradamente por ser la tradición… para los católicos, no para el resto. El que tenga «alquilado» sus espacios eso hace que el resto se considere como provocadores. ¡Qué se habrán creído estos!
- Que utilicen Universidades Públicas para disposición de sus feligreses. ¡Qué insolidarios son el resto! ¡Qué falta de respeto! Si está ahí, pues quien quiera entrar que entre y quien quiera que no lo haga. Un concepto que hace ver muy a las claras que la libertad comienza a partir de sus prerrogativas adquiridas. En esto casos suelen ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
- Que acaparen un lugar en la declaración de Hacienda para que sus feligreses digan lo que tienen que recibir… sin embargo otras confesiones han de ver qué pasa con ellas. ¿Y para qué van a querer dinero el resto de creencias ¡con lo malo que es el vil metal!? ¡Mejor no preguntarles y nosotros lo administramos!
- Que ampare la Constitución los beneficios de la Iglesia Católica. ¡Claro que si! Así que cuando hagan la reforma de los artículos de la misma por quedarse desfasados, ¡que estos no los toquen! porque sería ¡un ataque a los valores católicos en favor de la corriente laicista inmoral!
- Que se utilice emisoras públicas para difundir su moral Católica. Claro que si. Los impuestos están para gastarlos en cosas buenas ¿no? Así que qué mejor que nosotros difundamos con el dinero de todos lo que los viejitos necesitan ver.
- Que se les dice que quiten el crucifijo de las escuelas públicas. ¡Qué daño les hará el cristo! Si apenas se le ve. Es que mira que les hacemos cosas buenas y encima nos atacan por todos los lados. ¡Si hasta queda bonito y todo!
- Que se les recrimina que hagan todo esto… ¡qué insolidarios son estos! con lo buenas personas que somos y les dejamos que protesten y no les matamos como harían otros.
- ¿He de recordar las veces que las religiones desean imponer su voluntad ante los avances científicos?
Los derechos están por encima de las tradiciones. Y los Derechos Fundamentales, por encima de las creencias religiosas que intentan imponer al resto.
Es decir, que aunque exista una mayoría de una creencia, no significa que no se protejan sus «derechos universales». Derechos que los hombres nos hemos dado, a lo largo de la historia, ya que la justicia divina no parece funcionar.
La lógica negociadora de la Iglesia es comprensible:
No me ha hecho falta buscar mucho para encontrar un ejemplo, como muchos tantos. Seguramente para un católico le pasa desapercibido o, simplemente, no le da importancia. En este vídeo se denuncia que algunos colegios concertados religiosos imparten la asignatura de religión obligatoria aunque les está prohibido. Por eso cobran del estado para la enseñanza, no su enseñanza.
¿Tan difícil es de comprender la libertad?
Pista: Dejen el catecismo y lean la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Parece increíble que en pleno siglo XXI se han de seguir defendiendo principios básicos en contra de intereses medievales.
