¿Qué es la moral?
La moral son las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en concordancia con la sociedad y consigo mismo. Tiene un sentido contrario frente al de inmoral (contrario) y amoral (sin). La existencia de acciones y actividades susceptibles de valoración moral se fundamenta en el ser humano como sujeto de actos voluntarios. Por tanto, la moral se relaciona con el estudio de la libertad y abarca la acción del hombre en todas sus manifestaciones.
La palabra moral tiene su origen en el término latino mores, cuyo significado es costumbre. Moralis (< latín mos = griego «costumbre»). Por lo tanto no acarrea el concepto de malo o de bueno. Son, entonces, las costumbres las que son virtuosas o perniciosas. Las morales, pues hay muchas y diferentes, se diferencian de la ética o filosofía moral en que ésta última reflexiona racionalmente sobre las morales con la finalidad de encontrar principios racionales que determinen las acciones éticamente correctas y las acciones éticamente incorrectas, es decir, busca principios absolutos o universales, independientes de la moral de cada cultura.
Los antiguos romanos concedían a las mores maiorum («costumbres de los mayores», las costumbres de sus ancestros fijadas en una serie continuada de precedentes judiciales) una importancia capital en la vida jurídica, a tal grado que durante más de dos siglos (aproximadamente hasta el siglo II a. c.) fue la principal entre las fuentes del Derecho. Su vigencia perdura a través de la codificación de dichos precedentes en un texto que llega hasta nosotros como la Ley de las XII Tablas, elaborado alrededor del 450 a.c.
Los conceptos y creencias sobre moralidad son generalizados y codificados en una cultura o grupo y sirven para regular el comportamiento de sus miembros. La conformidad con dichas codificaciones es también conocida como moral y la civilización depende del uso generalizado de la moral para su existencia.
Una idea muy generalizada entre los creyentes, concretamente entre los cristianos es que los límites morales provienen de Jesús. ¿Ridículo? Sí. Pero eso no es óbice para que lo piensen. Al fin y al cabo ya creen en algo ridículo.
