El papa Ratzinger ha publicado un nuevo libro y nos vende la burra… y el buey.
Como buen conocedor del marketing a gran escala, no olvidemos que es la gran figura de la iglesia Católica, desea promocionar su libro inspirando titulares en todos los medios. Titulares que abran la curiosidad de los católicos de toda la vida que, diga lo que diga, le seguirán incondicionalmente y también hay que entender que ha de hacer guiños de pose a los descreídos para poder así vender más. Que es lo que le importa.
No es que diga nada destacable. ¿Qué va a contar un Papa hablando de religión? Pues nada nuevo. ¿Y cómo vender algo que no es novedoso? Pues especulando estupideces sobre las estupideces sin sentido. Es decir, cosas que los creyentes entiendan fácilmente.
El libro La infancia de Jesús
En esta ocasión lanza al mercado el libro La infancia de Jesús. ¿Y qué nos dice? Que la típica imagen navideña en la que imaginamos el Portal de Belén con su mula y su buey, pues que no es real. Como podéis comprobar, los papas cuando escriben libros aportan grandes ideas que revolucionan el mundo.
Pero da igual. Diga lo que diga semejante personaje se convierte, por arte del Birlibirloque, en «Palabra de Dios». Da igual lo que diga este prohombre. Al fin y al cabo ¿qué va a decir un Papa? Lo mismo que pueda decir alguien que especula con historias inventadas. Lo mismo que pudiera decir cualquiera que no ha vivido una historia. Lo mismo que pudiera relatar alguien que opina de lo que dicen lo que dijeron que dijo el que dijo que le habían dicho que dijo Jesús.
Lo que dice no tiene ninguna trascendencia pero rompe la ilusión de los niños. ¿La mula y el buey seguirán estando en los belenes navideños? ¿Los puestos de Navidad de la Plaza Mayor sufrirán un descenso en la ventas en figuras animales? La Biblia no dice nada de si había o no mulas y bueyes. ¿Se pondrán ahora pastores? Este Papa, como todos los cristianos que ha habido en el mundo sólo habla especulando. Ni siquiera los cuatro evangelistas tuvieron el más mínimo encuentro con Jesucristo. Así que si estos prohombres no escribieron que hubo acompañantes animales en el alumbramiento, el Papa asegurará que no existieron.
El insigne Papa se atreve a poner en tela de juicio incluso al mismísimo San Agustín. Resulta que tan ilustre figura cristiana dijo que la virgen María hizo voto de virginidad y se comprometió con José para que la protegiera. Y el papa sale al quite para decir que eso era imposible porque, en aquella época, un judío no podía hacer tales votos. ¡Qué aporte más importante al devenir de la historia!

Aunque ya lo es. El Papa lo hará oficial. Este será el futuro portal de Belén.
Con esa misma lógica, pero en sentido contrario, el Papa defenderá que la virgen era virgen porque dijeron otros que era virgen. Y la verdad es que en aquellas épocas sí que había la costumbre de poner una virgen en cualquier religión que se apreciara así que en este marketing cristiano no se debe descuidar tan importante cuestión. Así que la virgen lo fue Y punto. Esa lógica es aplastante y, como gran erudito y sabio, utilizará la lógica de lo ilógico para seguir con sus arengas de púlpito. La única licencia a lo comprobable es el decir que la estrella que guió a esos sabios no era una estrella sino la explosión de una Supernova. ¡Leche! ¿Y cómo sabe este personaje que eso era una Supernova, que explotan y que ocurrió en aquél tiempo?
Pues es curioso que lo único que dijera con certeza de que exista se lo debe a los astrónomos. Ufffff. ¿Van a dejar la historia bíblica a ese grupo de ateos amorales que son los científicos e investigadores? Malo, malo.
Todo esto me recuerda al grupo de frikis del Señor de los Anillos. Unos fans se reúnen, leen y releen una historia que nunca ocurrió atribuyendo propiedades, diálogos y acciones a personajes que nunca existieron. Se limitan a aplicarles costumbres y usos de la época y dan como hechos ciertos. ¡Incluso se han inventado un lenguaje y escritura élfico !
La noticia ha sido una bomba en Twiteer y se podían leer algunos interesantes:
@lozanoirene: La mula y el buey son falsos, pero el parto virginal es verdadero. Y yo que hubiera pensado justo lo contrario…
@Carlossnx: De la virginidad de María no hay duda, pero lo del buey y la mula era una locura.
@Tadreker: El Vaticano reconoce que no había ni burro ni buey en el portal. Dentro de poco le dará la razón a los ateos y dirá que no había ni dios.
@DominacionAtea: Gracias a la aportación de Ratzinger ya hemos encontrado sentido a toda la biblia. Lo que no nos cuadraba a los ateos era lo de la mula.
@TuristaEnTuPelo: El Papa dice que en Belén no había mula ni buey. Se le ha olvidado decir que virgen sólo era el niño.
@Martinrockets: El papa dice que no había ni mula ni buey en el portal de Belén, pero palomas que preñan si que había, sí sí.
@aykrmela: Entonces sí había palomas folladoras, ángeles voladores, alimentos mágicos y zombies… pero no mula y buey. Obvio.
El drama está ahí. La única nota realmente lógica que se planteaba al observar el Portal de Belén se derrumba. Los niños preguntaban:
- ¿Para qué están ahí el buey y la mula?
- Para dar calor
- ¿No tiene frío el niño estando así, medio desnudo?
- No, porque para eso están el buey y la burra.
¡Lo entendíamos! ¡Era lógico! Pensar que un portal abierto en pleno 25 de Diciembre, por la noche, hiciera un frío de coj… Ahí, el crío en pelota picada (vaya padres más descuidados) tuviera frío. Y entendiendo de que en aquellos tiempos no hubiera radiadores, suelos radiantes, estufas de gas o braseros eléctricos nuestras mentes de niños, y no tan niños entendieran que el buey y la mula eran imprescindibles.
Ahora toca abrigarle. A partir de ahora, en los puestos de la plaza da Mayor de Madrid se venderán figuras con plumas, guantes, edredón y los padres santos estarán frotándose las manos… Es algo que se me hace duro de pensar… Posiblemente no hacía falta buey (para eso estaba José) y tampoco burro (para eso está la burrada de la virginidad)
