La verdadera historia de Sansón
Seguro que habéis oído hablar de Sansón y su fuerza descomunal, nos imaginamos su empuje en el templo entre dos columnas con sus largas melenas ya que su fuerza residía en su densidad capilar, pero ¿Alguna vez habéis oído algo más de Sansón? Esta es una de las historietas de la Biblia que nos enseñaban en las escuelas, en su día lo hacían, y que nos quieren dar a entender la valentía y el arrojo que tenían esos santos varones por estar influidos por ese Dios sublime. Esas historias serían la crème de la crème. ¿Pero habéis leído toda esa historia totalmente o solo os habéis conformado con lo que os decían? Pues vamos a por ello:
Descendió Sansón a Timnat y vio allí a una mujer de las hijas de los filisteos.Regresó entonces y lo contó a su padre y a su madre, diciendo:-He visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer.Su padre y su madre le dijeron:-¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos?
Es cierto, el pene es la diferencia.
Sansón respondió a su padre:-Tómame esta por mujer, porque ella me agrada.Su padre y su madre no sabían que esto venía de Jehová, porque él buscaba ocasión contra los filisteos, pues en aquel tiempo los filisteos dominaban sobre Israel.
Jehová, ya estaba tramando para poder comenzar una guerra. He de reconocer que era un experto en preparar todo para matar. ¡Qué dicha es el tener un Dios tan bondadoso!
Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat. Cuando llegaron a las viñas de Timnat, un león joven vino rugiendo hacia él.
Entonces el espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en sus manos. Él no contó ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.Descendió, pues, y habló con la mujer; y ella agradó a Sansón.Al volver después de algunos días para tomarla, se apartó del camino para ver el cuerpo muerto del león; y vio que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas y un panal de miel.
Es decir, ¿estaba ahí el león muerto y pegado a su cuerpo un panal de abejas con miel?. A ver por dónde sale esto.
Tomándolo en sus manos, fue comiéndose la miel por el camino. Cuando alcanzó a su padre y a su madre, les dio también a ellos para que comieran, pero no les reveló que aquella miel la había tomado del cuerpo del león.
¡Los grandes secretos que los hijos guardan a los padres!
Fue, pues, su padre adonde estaba la mujer, y Sansón hizo allí un banquete, porque así solían hacer los jóvenes.
Aconteció que cuando los filisteos lo vieron, tomaron treinta compañeros para que estuvieran con él.
A estos treinta dijo Sansón:
-Yo os propondré ahora un enigma; si en los siete días del banquete me lo explicáis y descifráis, yo os daré treinta vestidos de lino y treinta vestidos de fiesta.
Pero si no me lo podéis descifrar, entonces vosotros me daréis a mí los treinta vestidos de lino y los vestidos de fiesta.
Ellos respondieron:
-Propón tu enigma y lo oiremos.
Él les dijo:
-Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura.
Ellos no pudieron descifrar el enigma en tres días.
Al séptimo día dijeron a la mujer de Sansón:
«Induce a tu marido a que nos explique este enigma, para que no te quememos a ti y a la casa de tu padre. ¿Acaso nos habéis llamado aquí para despojarnos?»
¡¡¡Menudas amistades!!!
Lloró la mujer de Sansón en presencia de él, y dijo:
-Solamente me aborreces, no me amas, pues no me explicas el enigma que propusiste a los hijos de mi pueblo.
Él respondió:
-Ni a mi padre ni a mi madre lo he explicado, ¿y te lo había de explicar a ti?
Aquella mujer lloró en presencia de Sansón los siete días que duró el banquete, pero al séptimo día él se lo declaró, porque ella lo presionaba, y la mujer se lo contó a los hijos de su pueblo.
Al séptimo día, antes que el sol se pusiera, los de la ciudad le dijeron:
-¿Qué cosa es más dulce que la miel?¿Y qué cosa es más fuerte que el león?
Sansón les respondió:
-Si no araseis con mi novilla, nunca habríais descubierto mi enigma.
El espíritu de Jehová vino sobre él; descendió Sansón a Ascalón y mató a treinta hombres de ellos y, tomando sus despojos, pagó con las vestiduras a los que habían explicado el enigma.
Es decir, el espíritu de Dios vino sobre él y mató a 30 inocentes para desvestirles y así pagar la apuesta perdida. ¡No me lo puedo creer!. Que un dios omnipotente que todo lo puede, un dios infinitamente bondadoso, todo amor, hace esta matanza y aún así pueden seguir creyendo en este librote lleno de fábulas crueles? ¿Dónde está el afán crítico de la humanidad para no haber quemado este cuento de neuróticos?
Después, encendido de enojo, regresó a la casa de su padre.Su mujer fue dada a un compañero al que Sansón había tratado como amigo.- Jueces 14:1-20
Otro maravilloso ejemplo moral y que explica perfectamente donde se ha asentado la moral cristiana.
Aconteció después de algún tiempo, en los días de la siega del trigo, que Sansón visitó a su mujer con un cabrito. Al llegar dijo:
-Entraré para ver a mi mujer en la alcoba.
Pero el padre de ella no lo dejó entrar, sino que le dijo:
-Pensé que la aborrecías, y la di a tu compañero. Pero su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, pues, en lugar de la mayor.
De nuevo, el lugar de la mujer en este librote es el de pura moneda de cambio. Si se imprimiera algún libro donde se trate así a la mujer su escritor sería perseguido mediáticamente y, sin embargo, como está escrito en el librote placebista pues, como mucho, se hace ignorar en los púlpitos para no avergonzarse de estas enseñanzas. ¿Cuando se dará un golpe en la mesa y decir que la humanidad no se merece esto?
Entonces le dijo Sansón:
-Sin culpa seré esta vez respecto de los filisteos, si les hago mal.
Fue Sansón y cazó trescientas zorras, tomó antorchas, juntó cola con cola y puso una antorcha entre cada dos colas.
Después, encendiendo las antorchas, soltó las zorras en los sembrados de los filisteos y quemó las mieses amontonadas y en pie, y las viñas y olivares.
Los ecologistas y los defensores de los animales estarían contentísimos.
Los filisteos preguntaron:-¿Quién hizo esto?Les contestaron:-Sansón, el yerno del timnateo, porque le quitó su mujer y la dio a su compañero.Vinieron luego los filisteos y los quemaron a ella y a su padre.
¡¡¡ Más muertos, sí señor !!!
Entonces Sansón les dijo:-Ya que esto habéis hecho, juro que no descansaré hasta que me haya vengado de vosotros.Y los hirió de tal manera que hizo estragos entre ellos. Después se fue a vivir a la cueva de la peña de Etam.- Jueces 15:1-8
A partir de ahora el elegido de Dios se desenvuelve perfectamente entre burdeles. Ya vamos a adentrarnos en la historia más conocida, pero, ¿conocíais todas las particularidades que le llevaron a Sansón entre las dos columnas?
Fue Sansón a Gaza y vio allí a una prostituta y se llegó a ella.
Cuando les dijeron a los de Gaza: «Sansón ha venido acá», lo rodearon y acecharon durante toda la noche a la puerta de la ciudad. Se mantuvieron callados toda aquella noche, diciéndose: «Cuando aclare el día, entonces lo mataremos».
Pero Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó y, tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.
Se levanta de la cama y arranca las puertas para echarse al monte. Este tío está un poco falto de neuronas y lo confirmaremos algo después.
Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer llamada Dalila, que vivía en el valle de Sorec.
Fueron a visitarla los príncipes de los filisteos y le dijeron:
-Engáñalo y descubre en qué consiste su gran fuerza y cómo podríamos vencerlo. Así podremos atarlo y dominarlo, y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata.
Entonces Dalila dijo a Sansón:
-Yo te ruego que me digas en qué consiste tu gran fuerza y cómo hay que atarte para que seas dominado.
Sansón le respondió:
-Si me atan con siete mimbres verdes que aún no estén secos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres.
Los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban secos, y ella lo ató con ellos.
Como ya había situado hombres al acecho en el aposento, Dalila le gritó:
«¡Sansón, los filisteos sobre ti!»
Él rompió los mimbres como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.
Entonces Dalila dijo a Sansón:
-Tú me has engañado, me has dicho mentiras. Descúbreme, ahora, te ruego, cómo hay que atarte.
Él le respondió:
-Si me atan fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan usado, yo me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres.
Dalila tomó cuerdas nuevas, lo ató con ellas y gritó:
«¡Sansón, los filisteos sobre ti!».
Otra vez los espías estaban en el aposento, pero él las rompió con sus brazos como un hilo.
Dalila dijo a Sansón:
-Hasta ahora me has engañado, y me has mentido. Descúbreme, pues, ahora, cómo hay que atarte.
Él entonces le indicó:
-Entretejiendo siete guedejas de mi cabeza con hilo de tejer y asegurándolas con la estaca.
Ella las aseguró con la estaca, y luego gritó:
«¡Sansón, los filisteos sobre ti!»
Estamos abordando una historia de los mejores guiones surrealistas Por un lado el imbécil de Sansón que una y otra vez no cae en que Dalila es una traicionera. Pudiera ser que digáis que al fin y, al cabo, se estaba burlando y que no era tan tonto. Eso creéis pero no es así. Y eso lo veréis a continuación.
Por otro lado, no entiendo el afán de engañar de Dalila a Sansón y la llamada a los filisteos. Pero ¿porqué grita alertando a Sansón del ataque de los filisteos?
Despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar junto con la tela.
Dalila se lamentó:
-¿Cómo dices: «Yo te amo», cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza.
Y aconteció que, presionándolo ella cada día con sus palabras e importunándole, el alma de Sansón fue reducida a mortal angustia.
Le descubrió, pues, todo su corazón y le dijo:
-Nunca a mi cabeza llegó navaja, porque soy nazareo para Dios desde el vientre de mi madre. Si soy rapado, mi fuerza se apartará de mí, me debilitaré y seré como todos los hombres.
Este hombre o era idiota o estaba encoñado, o ambas cosas.
Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo:
«Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón».
Los principales de los filisteos vinieron a ella trayendo en sus manos el dinero.
Hizo ella que Sansón se durmiera sobre sus rodillas y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza. Entonces comenzó ella a afligirlo, pues su fuerza se había apartado de él.
Y gritó de nuevo:
«¡Sansón, los filisteos sobre ti!»
Sansón despertó de su sueño y pensó:
«Esta vez me escaparé como las otras».
Pero no sabía que Jehová ya se había apartado de él.
Jehová viene y va como una veleta. ¿Quién se fía de semejante?
Enseguida los filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos, lo llevaron a Gaza y lo ataron con cadenas para que trabajara en el molino de la cárcel.
Pero el cabello de su cabeza comenzó a crecer después que fue rapado.
Dalila sin muchas luces. Sansón tonto del culo y los filisteos sin neuronas. ¿Pero no les había dicho Dalila que la fuerza residía en su pelo?¿Y no saben que el pelo crece?¿Y no saben que se puede cortar?
Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón, su dios, y para alegrarse. Y decían:
«Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo».
Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo:
«Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, al destructor de nuestra tierra, el cual ha dado muerte a muchos de entre nosotros».
Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron:
«Traed a Sansón para que nos divierta»Trajeron de la cárcel a Sansón y les sirvió de juguete. Luego lo pusieron entre las columnas.
Entonces Sansón dijo al joven que lo guiaba de la mano:
«Acércame y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me apoye sobre ellas».
La casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los filisteos estaban allí. En el piso alto había como tres mil hombres y mujeres que estaban mirando el escarnio de Sansón.
La verdad es que montaron una buena, como una macrofiesta o algo así.
Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo:
«Señor Jehová, acuérdate ahora de mí y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos».
Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra.
¿Os estais dando cuenta de esto?
Y gritó Sansón:»¡Muera yo con los filisteos!»Después se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.
- Jueces 16:1-30
Por fin Dios había logrado su objetivo: más muertos. Y esta vez se menciona que las estadísticas asesinas de Sansón se habían superado a sí mismas. ¡Enhorabuena Jehová, eres lo que no hay!
