En la Biblia, Jehová habló a Moisés y le dijo:
Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguien se descarría y le es infiel, y alguien cohabita con ella sin que su marido lo haya visto, por haberse ella mancillado ocultamente, ni haya ningún testigo contra ella ni ella haya sido sorprendida en el acto; si viene sobre él un espíritu de celos y siente celos de su mujer, habiéndose ella mancillado; o bien, si viene sobre él un espíritu de celos y siente celos de su mujer, aunque ella no se haya mancillado, entonces el marido llevará su mujer al sacerdote, y con ella presentará su ofrenda, la décima parte de harina de cebada. No derramará sobre ella aceite ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado.
El sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová.
Luego echará el sacerdote un poco de agua santa en un vaso de barro, y tomando del polvo que haya en el suelo del Tabernáculo, lo mezclará con el agua.
Asimismo el sacerdote hará que la mujer se mantenga en pie delante de Jehová, descubrirá la cabeza de la mujer y pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de celos. El sacerdote sostendrá en sus manos las aguas amargas que acarrean maldición.
Entonces el sacerdote le tomará juramento y le dirá: «Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido ni te has mancillado, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición; pero si te has descarriado de tu marido y te has mancillado, y ha cohabitado contigo alguien que no sea tu marido (el sacerdote proferirá sobre la mujer este juramento de maldición, y le dirá): Que Jehová te haga objeto de maldición y execración en medio de tu pueblo, y haga Jehová que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche, que estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo». Y la mujer dirá: «Amén, amén».
El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro y las borrará con las aguas amargas. Dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición, y las aguas que obran maldición entrarán en ella para provocarle amargura.Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda de los celos, la mecerá en presencia de Jehová y la ofrecerá delante del altar.El sacerdote tomará un puñado de la ofrenda en memoria de ella y lo quemará sobre el altar.Después que el sacerdote le haya dado a beber las aguas a la mujer, si esta es impura y ha sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para provocarle amargura, su vientre se hinchará, caerá su muslo y la mujer será objeto de maldición en medio de su pueblo.
Pero si la mujer no es impura, sino que está limpia, será libre y será fecunda.
Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometa infidelidad contra su marido y se mancille, o cuando del marido se apodere un espíritu de celos y sienta celos de su mujer: entonces la presentará delante de Jehová, y el sacerdote hará con ella como manda esta ley.El hombre quedará libre de culpa y la mujer cargará con su pecado.
- Números 5:11-31
Conociendo a los creyentes comenzar con ese grabado de unas brujas en un aquelarre preparando un brebaje y continuar con estos versículos de la Biblia, seguro es sacrilegio o, como mínimo, una falta de rigor o de respeto…
¿Pero han leído bien estos versículos? Incluso la prosa está enfatizada de forma que no tiene nada que envidiar con cualquier película que podamos ver de conjuros y brujería.
Y es que los creyentes creen que están por encima de todo y que lo suyo es «lo verdadero». ¡Engañados están con su placebo!
Primero voy a introducir aquí el término Ordalía. Según la RAE:
Prueba ritual usada en la antigüedad para establecer la certeza, principalmente con fines jurídicos, y una de cuyas formas es el juicio de Dios.
Pues la ordalía se practicaba ya desde épocas ancestrales y, dentro de nuestra memoria histórica, alcanza su máximo apogeo durante la Inquisición. Simplemente era poner alguna prueba, normalmente relacionada con el fuego, donde se ponía como reto el resistir sin heridas la quemaduras de un hierro candente y, si la prueba era superada era por intervención divina…
En estos versículos, mediante ritos mágicos, se realiza una ordalía.
Independientemente del método, lo que transciende de esto es el papel tan secundario que tiene la mujer en la moral de Dios. ¿Cabe alguna duda de que en esa «agua amarga» habría algún tipo de hierba tóxica que provocara el mal en la mujer? Seguramente el marido ya habría dado pruebas para que fueran convenientemente puestas en ese mejunje para que fuera condenada.
Continuaremos con otra serie de versículos, de nuevo, para retratar a este Dios bondadoso y justo.
María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado, pues él había tomado una mujer cusita.Decían: «¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?» Y lo oyó Jehová.Moisés era un hombre muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: «Salid vosotros tres al Tabernáculo de reunión».Y salieron ellos tres.
Entonces Jehová descendió en la columna de la nube y se puso a la puerta del Tabernáculo. Llamó a Aarón y a María, y se acercaron ambos.
Y Jehová les dijo: «Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros un profeta de Jehová, me apareceré a él en visión, en sueños le hablaré.
No así con mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa.
Cara a cara hablaré con él, claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?»
Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; luego se fue.
Tan pronto la nube se apartó del Tabernáculo, María se llenó de lepra, y tenía la piel blanca como la nieve. Cuando Aarón miró a María y vio que estaba leprosa,dijo a Moisés: «¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado, porque locamente hemos actuado y hemos pecado.
No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre tiene ya medio consumida su carne».
Entonces Moisés clamó a Jehová diciendo: «Te ruego, Dios, que la sanes ahora».
Respondió Jehová a Moisés: «Si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría durante siete días? Sea expulsada, pues, fuera del campamento durante siete días, y después volverá a la congregación»».
Así María fue expulsada del campamento durante siete días, y el pueblo no siguió adelante hasta que se reunió María con ellos.
- Números 12:1-15
¿Sobre quién cae la ira de Dios? Sobre la mujer. ¿Casualidad? No. Misoginia de este Dios justo y bondadoso.
Ahora otra serie de versículos. No lo olvidemos, la Biblia es un libro inspirado por Dios y es una aseveración continuamente defendida por los creyentes placebistas.
Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
«Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una misma madre, las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron acariciados sus pechos virginales.
La mayor se llamaba Ahola, y su hermana, Aholiba. Ambas fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba.
Y Ahola, aun perteneciéndome, cometió fornicación. Se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo.
Se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos.
Y no dejó sus fornicaciones de Egipto, pues muchos se acostaron con ella en su juventud. Ellos acariciaron sus pechos virginales […]
¿Cuando dejan de ser virginales los pechos?
[…] y derramaron sobre ella su lujuria.Por lo cual la entregué en manos de sus amantes, en manos de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado.
Ellos descubrieron su desnudez, tomaron a sus hijos y a sus hijas, y a ella la mataron a espada. Y llegó a ser famosa entre las mujeres a causa del escarmiento que hicieron de ella.
¿Como habrá sido el asesinato de esta mujer? ¿Castigo Divino?
Esto lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella: sus fornicaciones fueron peores que las fornicaciones de su hermana.Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables.
Y vi que se había contaminado, que un mismo camino era el de ambas.
Y aumentó sus fornicaciones, pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, ceñidos por la cintura con talabartes y llevando turbantes de colores en la cabeza, todos ellos con apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento, se enamoró de ellos a primera vista, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos.Así, pues, se unieron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron. Y ella también se contaminó con ellos, pero luego su alma se hastió de ellos.
Así hizo evidentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana.
Incluso multiplicó sus fornicaciones recordando los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto.
Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos y cuyo flujo es como el flujo de los caballos.Así recordaste de nuevo la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios acariciaron tus pechos, los pechos de tu juventud.
Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová, el Señor: «He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y los haré venir contra ti de todos lados.
Los de Babilonia y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y hombres notables, que montan a caballo todos ellos.
Y vendrán rodando contra ti carros y carretas, y una multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti por todos los lados. Yo pondré en sus manos el juicio, y según sus leyes te juzgarán.
Pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor. Te arrancarán la nariz y las orejas, y lo que te quede caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y el resto de ti será consumido por el fuego.
Te despojarán de tus vestidos y te arrebatarán todos los adornos de tu belleza.Y haré cesar de ti tu lujuria y tu fornicación de la tierra de Egipto: no levantarás ya más hacia ellos tus ojos ni nunca más te acordarás de Egipto.
Porque así ha dicho Jehová, el Señor: Yo te entrego en manos de aquellos que aborreciste, en manos de aquellos de los cuales se hastió tu alma, los cuales procederán contigo con odio y tomarán todo el fruto de tu labor; te dejarán desnuda por completo, y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, tu lujuria y tu prostitución.
Estas cosas se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones con las cuales te contaminaste en sus ídolos.
En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su copa en tu mano.
Así ha dicho Jehová, el Señor:
Beberás la gran copa, honda y ancha,de tu hermana, que es de gran capacidad; de ti se mofarán las naciones y se reirán de ti.
Serás llena de embriaguez y de dolor por la copa de soledad y de desolación, por la copa de tu hermana Samaria.
La beberás, pues, hasta agotarla; quebrarás sus tiestos y te desgarrarás los pechos, porque yo he hablado, dice Jehová, el Señor.
Por tanto, así ha dicho Jehová, el Señor: Por cuanto te has olvidado de mí y me has echado a tus espaldas, por eso, lleva tú también tu lujuria y tus fornicaciones.
Y me dijo Jehová: «Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola y a Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones? Porque han adulterado y hay sangre en sus manos. Han fornicado con sus ídolos, y aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar por el fuego, quemándolos.
Aun me hicieron más: contaminaron mi santuario en aquel día y profanaron mis sábados.Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día, para contaminarlo. ¡Y esto lo hicieron en medio de mi Casa!
Además, enviaron en busca de hombres que vinieran de lejos, a los cuales había sido enviado un mensajero, y vinieron. Por amor de ellos te lavaste, te pintaste los ojos y te ataviaste con adornos; te sentaste sobre un suntuoso estrado; fue preparada una mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite.
Y se oyó allí el bullicio de una multitud que se solazaba con ella; y con los hombres de la gente común había sabeos traídos del desierto; y pusieron pulseras en sus manos y bellas coronas sobre sus cabezas.
Y dije respecto de la envejecida en adulterios: «¿Todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos?
Porque vienen a ella como quien viene a una prostituta. Así vienen a Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas».
Por tanto, hombres justos las juzgarán según la ley de las adúlteras y según la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras y hay sangre en sus manos.
Por lo que así ha dicho Jehová, el Señor: «Yo haré subir contra ellas tropas, las entregaré a la turbación y la rapiña. Las turbas las apedrearán y las atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, e incendiarán sus casas. Así haré cesar la lujuria de la tierra; escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestras perversidades.Y sobre vosotras pondrán vuestras perversidades y pagaréis los pecados de vuestra idolatría. Y sabréis que yo soy Jehová, el Señor».
- Ezequiel 23:1-49
Este libro inspirado por Dios la verdad es que tiene de todo. ¿No creéis que se regocija en el pecado? Parece que a Dios le gusta también sentir el cosquilleo y la consiguiente presión con los pantalones. Pero está claro que, hablando de pecado, no hay nada como poner de ejemplo a las mujeres. Y ¿A qué conclusión hemos llegado? Pues que no se puede fornicar con gente que cree en otros dioses? Este Dios ya nos tiene acostumbrado a no admitir el librepensamiento.
