Nueva entrada dedicada a los católicos. ¡Es que son una fuente constante de inspiración!
Continuando leyendo el libro del Monseñor Songy, católico insigne, contestando a preguntas relacionadas con la literalidad bíblica.
¿Nos da la Biblia historias reales o sólo historias?
Respuesta
La Biblia no es un libro de historia, y que por tanto es seguro que no todos los hechos o personas mencionadas en la Biblia son históricamente verídicas en todos sus detalles. La Biblia es la Palabra revelada de Dios, escrita por hombres en su propio estilo y lenguaje. Los escritores de la Biblia usaron parte de historia, parte de fábulas, parte de costumbres tribales, parte de mitos y algunos personajes mitológicos como medio para traernos a nosotros su propia fe en Dios, y sus creencias sobre la humanidad y sobre las relaciones entre Dios y los hombres.
Al hacer esto no se preocupan de distinguir a qué categoría correspondía un pasaje o persona en concreto; simplemente no era su intención. Solamente los estudiosos de las Escrituras y los expertos en Historia pueden empezar a separar en la Biblia los hechos de la ficción, y ninguno de nosotros debería intentarlo a menos que tengamos la experiencia suficiente en estos dos campos.
La doctrina firme de la Iglesia es que la Biblia sólo contiene verdades y ninguna falsedad. Así que, aunque algunos de los pasajes o personajes de la Biblia no sean históricamente exactos, el mensaje o la Palabra de Dios que el autor pretendía hacernos llegar es absolutamente cierto y exacto. Cuando leemos la Biblia, lo que debemos buscar es este mensaje o Palabra de Dios que hay detrás o dentro de las palabras humanas de la Biblia.
En otras palabras nosotros, la gente ordinaria, no deberíamos preocuparnos mucho por intentar determinar qué es y qué no es históricamente exacto en la Biblia. Para nuestra comprensión de la Biblia no es de trascendental importancia si la edad de Abrahán fue recogida con exactitud o si Moisés realmente cambió el agua por vino en Caná. Lo que nos debe preocupar es cuál es el mensaje que estos pasajes tratan de acercarnos, lo que Dios nos está revelando a través de estos pasajes.
Por cierto, creo que los mejores escrituristas de hoy dirían que la edad de Abrahán y la separación del Mar Rojo tal cual se cuentan en la Biblia no son históricamente exactas, y algunos considerarán de historicidad dudosa el milagro de la conversión del agua en vino.
Aunque la discusión de los diversos pasajes de la Biblia por un grupo de cristianos sin la formación necesaria puede ser muy útil y recomendable, también puede ser muy peligrosa si el grupo no tiene cuidado de buscar un guía cuando aparezcan las dificultades.
¡Sencillamente impresionante!
Vayamos por partes que aquí hay para dar y tomar.
Hay muchas cosas de las que dice que es absolutamente cierto. La Biblia tiene más de fábula que de realidad. No sé que van a pensar de él otros católicos y no digamos los llamados cristianos. Me gustaría ver una discusión de este sacerdote con estos grupos.
Pero bueno. En definitiva coincidimos en ver a la Biblia como un libro de historias, mitos y fábulas. Lo que ya cambia en la interpretación. Este sacerdote dice que la doctrina de la Iglesia contiene verdades y ninguna falsedad ya que el mensaje es el mismo: el mensaje de Dios.
Aquí entramos en el quid de la cuestión. La Iglesia es una auténtica maestra en utilizar el lenguaje. Por supuesto, para conseguir su propósitos. Nos dice que esos escritores escribían historias míticas y que los eruditos posteriores son los que han dado forma a todo ellos y… ¡TACHÁN! La doctrina de la Iglesia Católica.
Desde siempre nos han dicho que creamos en la serpiente, en Adán y Eva, en Jesús caminando por la aguas, etc… Estas historias en otros tiempos se daban a ser entendidas como sobrenaturales y divinas. Hoy en día todas estas historias se caen por su peso. Así que la Iglesia, de vez en cuando, se inventa un Concilio Vaticano que sirven para que cuando ya hay muchas cosas que hacen que no se sostenga lo que dicen, ven la necesidad de decir algo distinto y se pasan el tiempo intentando casar lo antiguo con lo nuevo.
Lo dicho. La sociedad hace cambiar a la Iglesia y esta se ha de actualizar. Aún así, las contradicciones son evidentes. Pero sigamos con esta otra pregunta.
¿Es cierto el relato de la Biblia sobre la infancia de Cristo?
Respuesta
Ni el dogma de la Inmaculada Concepción ni ninguna otra doctrina de la Iglesia depende de la exactitud histórica de ninguna parte de la Biblia. No quiero decir que dude de la validez o exactitud del texto mismo como parte verdadera de la Biblia; tampoco dudo que el texto represente exactamente la Palabra inspirada de Dios tal cual era la intención del autor o los autores. Todo lo que digo es que la intención de los autores de las Escrituras y de la inspiración divina no era escribir hechos históricos, y que por tanto no podemos depender de que los datos históricos o hechos relatados en la Biblia sean historias exactas.
Si la narración del Evangelio de Lucas sobre la infancia de Jesús no es históricamente exacta, si los acontecimientos de la concepción, nacimiento e infancia de Jesucristo no ocurrieron exactamente como allí se cuentan (y evidentemente no ocurrieron así), esto no tendría efecto sobre el dogma de la Inmaculada Concepción. Ese pasaje de Lucas sobre la infancia respalda la Inmaculada Concepción tanto como lo haría si fuera rigurosamente histórico. Lucas 1:28 expresa la fe de la comunidad cristiana primitiva en que María era llena de gracia. No estoy completamente seguro de lo que significaba esta expresión exactamente para ellos. De lo que sí estoy seguro es de que el magisterio de la Iglesia, al definir el dogma de la Inmaculada Concepción en 1854, usó este pasaje como apoyo del dogma. Al hacer esto, nuestro Papa y obispos nos estaban interpretando oficialmente dicho pasaje, y nos estaban diciendo que la fe de la Iglesia primitiva en que María estaba llena de gracia implica que desde el primer momento de su existencia, y a lo largo de su vida como ser humano, ella estuvo completamente libre de pecado.
Lo mismo se puede decir del pasaje que menciona el Génesis 3:15, que también fue citado en apoyo del dogma de la Inmaculada Concepción. El relato del Génesis sobre la creación y los primeros días de la existencia humana no puede considerarse históricamente exacto. Es solamente una historia utilizada para representarnos la Palabra o revelación de Dios. La falta de exactitud histórica no le quita nada a ese texto como parte válida y exacta de la Biblia. Más aún, la falta de exactitud histórica lo deja tan válido para apoyar la enseñanza de la Iglesia sobre la Inmaculada Concepción como lo sería si hubiese sido históricamente exacto.
Vamos al tajo.
Vamos a tratar el tema que nos ocupa de que, la Biblia sirve como inspiración para hacer dogmas de como son las cosas, aunque sepamos que las cosas no son como las escribe la Biblia.
Analicemos. Utiliza estos versículos que parecen que son los inspiradores de la famosa Inmaculada Concepción.
Al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Entrando el ángel a donde ella estaba, dijo: –¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.- Lucas 1:26-28
Así que, según el Sr. Songy nos dice lo siguiente: La Biblia nos dice algo sobre que María era virgen estando casada con José (no quiero ser malo, de verdad) No veo que diga que Dios no la desvirgara pero digamos que sí, que continúa virgen con el vientre lleno, ya me cuesta algo más indagar en esas palabras el porqué deducen que será virgen el resto de su vida, a pesar que se mencionan supuestos hermanos. Pero aún así, admitimos pulpo. Y creemos el dogma virginal.
Pero ahora va este cura y nos dice que no hagamos caso a lo que dice la Biblia porque son historias… ¿Pero no era esa historia tomada literalmente lo que sirvió para dar como consecuencia el dogma tan adorado en la Iglesia Católica del no realizado desvirgamiento?
Continuamos con las preguntas-respuestas a nuestro cura.
¿Puede confundirnos el leer la Biblia literalmente?
Respuesta
Muchos interpretan la Biblia de forma literal y no es bueno. La interpretación literal o fundamentalista de la Biblia puede tener consecuencias desastrosas.
No hace falta ser un erudito de las Escrituras. Al contrario, creo que la Biblia es un libro para la gente normal como uno de los medios por los que la revelación de Dios viene a nosotros. Pero cuando la gente normal intenta interpretar la intención que tenían los autores de la Biblia para beneficio de los demás, puede errar bastante. O incluso es posible un error mayor cuando suponemos que debemos aplicarnos a nosotros mismos una interpretación literal (palabra por palabra) de los textos bíblicos.
Un poco de estudio nos ayudará a utilizar la Biblia como libro de inspiración en nuestra oración diaria. Para permitir que la Palabra de Dios salga de los textos bíblicos, escritos por los humanos bajo la inspiración de Dios, es muy útil saber qué es lo que pretendían los autores. Si vamos a usar la Biblia como otro punto de contacto con Dios, lleno de amor y creador, necesitamos comprender mejor la Biblia como pretendía Aquél cuya Palabra se revela en ella. Para usar la Biblia de esta forma no se requiere una educación formal especial, aunque, con toda seguridad, tal educación hará que la Biblia se convierta para nosotros con mayor eficacia en aquello que de verdad puede llegar a ser.
¿Te imaginas que te doy un libro de historia y te dijera: «Léelo pero no lo interpretes literalmente»?
¿Te imaginas que te doy un libro de matemáticas y te dijera: «¡Vamos! caso lo que se dice caso, lo mínimo»?
¿Te imaginas que te doy un libro de ciencia y te dijera: «De lo que leáis ahí tenedlo en cuenta pero no te preocupes que yo te lo explico»?
¿Te imaginas que te doy un libro de filosofía y te dijera: «Lo que digan estos, lo dicen pero hay que leerlos en su conjunto para sacar una idea de lo que dicen»?
Creo que no os imagináis esto. Si uno escribe algo es, precisamente, para que la gente interprete lo que uno escribe, y no que no le hagamos caso que lo real es lo que interpreten unas personas 2.000 años más tarde. ¿Nos toma por tontos?
Por supuesto que la Biblia es un conjunto de leyendas y mitos y solo es eso: Leyendas y mitos.
¿Os imaginais, además, que este libro está inspirado por Dios y lo hace todo tan confuso? ¿A qué juega el supuesto Dios?
Seguimos con una preguntita.
¿Cómo se hizo la Biblia católica?
Respuesta
Es casi imposible referirse a un solo libro como Biblia, o Biblia católica, o Biblia judía. Por otra parte, existen hoy día no pocos libros que pueden ser en verdad denominados «la Biblia», aunque probablemente ninguno sea una reproducción exacta, ni siquiera una traducción exacta, de los escritos originales que componen la Biblia. Tampoco podemos estar absolutamente seguros de que todos los escritos inspirados de la historia de la humanidad estén contenidos en alguna de estas biblias.
Segundo, debemos recordar siempre que con lo que tratamos en nuestras biblias actuales es con traducciones y copias de las obras originales. Hoy no se conoce ningún original del texto completo. Es más, la mayoría de nuestras versiones de la Biblia en inglés no son traducciones de la lengua original en que fue escrita, sino que fueron traducidas a partir de copias de traducciones de la lengua original.
Aunque tuviéramos los manuscritos originales, debemos darnos cuenta de que la mayor parte de lo que hay escrito en el Antiguo Testamento fueron historias recordadas y pasadas de generación en generación durante cientos de años. Debemos suponer que cada generación añadió su propio giro para adaptarse a las necesidades de su cultura y su época.
También en el Nuevo Testamento lo que tenemos son historias recordadas y recontadas sobre los hechos que ocurrieron durante la vida de Jesús y en las primeras comunidades cristianas, incluyendo las enseñanzas de los apóstoles y los discípulos de Jesús.
Durante los primeros mil quinientos años de la existencia de la cristiandad hubo mucho debate sobre qué libros deberán o no deberían incluirse en la Biblia. Aunque la Iglesia se pronunció varias veces en el curso de esos 1.500 años, para nosotros los católicos no fue hasta el 8 de abril de 1546 (cuando el Concilio de Trento promulgó su decreto titulado en latín De Canonicis Scripturis) cuando tuvimos una definición oficial «definitiva» de la Iglesia de qué libros deberían ser aceptados por los católicos como pertenecientes a la Biblia. Este documento incluyó 45 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento en lo que se llama el «canon» (en el sentido de contenido completo) de la Biblia. El Concilio Vaticano I, a mediados del siglo XIX, volvió a promulgar el decreto de Trento y declaró adicionalmente que el formar parte del canon de la Biblia significa que la Iglesia cree que el libro en cuestión está inspirado.
No obstante, la declaración de que un libro forma parte del canon del Nuevo Testamento no significa que las traducciones que tenemos hoy sean copias absolutamente exactas de los textos originales. Por lo tanto, es posible que cualquier Biblia que elijamos contenga algunos errores técnicos. Seguro que le faltan trozos de algunos escritos originales. Y puede haber textos que todavía no hayan sido descubiertos y que podrían y deberían formar parte de los libros que la Iglesia declaró que formaban la Biblia. Por otra parte, la Iglesia garantiza oficialmente que nuestras versiones de la Biblia actuales contienen la revelación de Dios de forma sustancialmente correcta, completa e inequívoca.
¿Cómo llegaron los protagonistas a tener un canon diferente del nuestro? Es una larga historia, pero citaré un breve pasaje del Jerome Biblical Commentary: «A finales del primer siglo a.c. había en el judaísmo dos cánones, o listas de libros sagrados: una lista palestina más corta, bosquejada por los rabinos de una ciudad llamada Jamnia, y un canon alejandrino más largo, representado por la Septuaginta (la traducción al griego del Antiguo Testamento). La primera comunidad cristiana adoptó el canon alejandrino; pero los reformistas (primeros protestantes), siguiendo una visión minoritaria entre los Padres de la Iglesia, decidieron volver al canon palestino. Los resultados fueron los cánones católico y protestante respectivamente». Lo que usan muchos otros cristianos hoy es el canon protestante que se incluye en la versión de la Biblia del rey Jaime.
No creo que a los que leen la Biblia de forma fundamentalista, sean católicos o protestantes, les importe mucho qué versión de la Biblia están usando. Ya ve, mi querido amigo, que no es el libro en sí mismo lo que provoca el fundamentalismo; lo que marca la diferencia es cómo lo consideramos, leemos o interpretamos.
Por esto ha habido y aún hay muchos católicos fundamentalistas. Espero y rezo para que todos nosotros, los católicos y los otros cristianos, aprendamos a usar la Biblia de forma adecuada, y a través de ella lleguemos a conocer la bella luz de la palabra de Dios contenida en las frágiles y balbuceantemente imperfectas palabras humanas que en ella encontramos.
Lo leo y no lo creo. Bueno, no es algo que no supiera antes pero en boca de un católico y no de un ateo desaprensivo parece como más oficial el sinsentido bíblico.
- Resulta que una serie de escritores inspirados por Dios relatan diversos hechos, historias y mitos.
- Nos el padre Songy que debemos tomárnoslo como eso: historias, leyendas y mitos
- Hechos que no ocurrieron inspiran a «iluminados» para conocer a Dios
- Estos iluminados son los que determinan qué libros configurarán la Biblia
- De estos libros son traducidos de forma diferente
- Los iluminados tras elegir los libros que forman la biblia y elegir la traducción que les conviene sugieren que esa es la palabra de Dios.
¿Quién coj…………… cree que Dios inspiró nada? Leyendo todos estos compadreos alguno cree que una mano divina está tras esto. Inaudito pero cierto.
En fin. Como decía aquél: «Hay gente p’a tó»
