Darfur, sur de Sudán. Marzo de 1993. El fotógrafo sudafricano Kevin Carter visita la región para hacer un reportaje sobre el movimiento rebelde en la región. Sin embargo, al encontrarse con los horrores del hambre, comienza a retratar a sus víctimas. En un momento determinado observa a una niña y a un buitre a una distancia observándola. Ve que tiene la foto que esperaba pero estima que debe esperar para ver si en la escena hay algún cambio más impactante, como que el buitre abriera sus alas o algo similar. Espera durante unos 20 minutos, pero nada.
Esta foto apareció publicada en el New York Times, levantando una oleada de preocupación por la suerte de la niña. Lógico. Es una foto que no pasa desapercibida y, por su temática, da pie a todo juicio de valor. ¿Debió ayudar a la niña? ¿Es lícito aprovecharse del sufrimiento de una niña y de su posibles últimos momentos para sacar un provecho periodístico? ¿Qué clase de moral tiene ese periodista?
El juicio de valor que puedo realizar yo es simple:
Yo ayudaría a la niña sin duda. Mi moral no me permite dejar a una niña en esas condiciones.

Kevin Carter tuvo moral para sentir culpa. Y Dios ¿cuándo se suicidará?
Sin embargo, si entramos más en detalles que no se ven a simple vista quizá podamos ver los hechos de otra forma, sin que deje de pensar que es una conducta poco ética la de Kevin Carter. Cabe destacar que este periodista nació en Suráfrica. No en Nueva York, ni en París, ni en ninguna otra ciudad tan alejadas de desiertos de muerte. Era periodista y concretamente era fotógrafo, su herramienta de trabajo era la cámara y con ella su forma de denunciar y expresar lo que desea transmitir. Kevin estaba rodeado de muerte y la niña solo representó una víctima más de una guerra, de una zona del mundo cruel en su naturaleza.
Es fácil para mí, sentado en un ordenador con una taza de café humeante a mi lado, enjuiciar a todo el mundo… seguro que hay entes que pudieran ser mucho más justos que yo, ¿jueces? ¿políticos? ¿filósofos? y ¿porqué no dios?
Calificamos a un fotógrafo por lo que hizo y por lo que dejó de hacer. Es como si, con su inacción determinó el futuro de esa niña de la manera más cruel: sufriendo hasta su muerte, acabando en las entrañas de carroñeros. ¿PORQUÉ DIOS NO HIZO NADA?
Y Kevin Carter no era Dios
Resulta que hay un ente que es omnipotente e infinitamente bondadoso y no hace nada por esa niña. Y no pasa nada… Este ente continúa teniendo todos los valores supuestos a pesar de que él, si quisiera, podría haber salvado no solo a esa niña, sino a todos los niños que sufrían en esos momentos.
Sin embargo, Kevin Carter fue «perseguido» por no haber actuado. Él reconoció su inacción y, aunque argumentó razones a su favor, pudo más su sentimiento de culpabilidad y…. un mes después se suicidó.
¿Cuando se suicidará Dios?

Por que culpas a Dios cuando él le ha enseñado a ayudar y amar al projimo como a uno mismo. Kevin Carter tuvo la oportunidad de cumplir esa enseñanza y no lo hizo. Deja de culpar a Dios por el mal del hombre.