La imagen de cabecera de la entrada corresponde a una escena de la película basada en la obra teatral Heredarás el viento (Inherit the wind, 1960). Aunque los nombres están cambiados, los hechos y los protagonistas históricos (con algunas pequeñas libertades artísticas) están allí. Stanley Kramer logra uno de los mejores dramas legales que se hayan visto en cine, intensa, dinámica, mordaz, de brillantes diálogos, es uno de los máximos enfrentamientos entre fanatismo religioso y la ciencia, entre dogmatismo y razón. Y sin dudas los picos del film se encuentran en los enfrentamientos entre los dos abogados, el defensor interpretado por Spancer Tracy y el fiscal fundamentalista interpretado por Fredric March, que logran un duelo interpretativo sencillamente colosal y transforman en antológicas cada una de las escenas donde comparten pantalla. Una obra maestra imperdible, no solo para los que entienden que la evolución es ciencia y el creacionismo fantasía, sino para todo aquel que sepa disfrutar del buen cine.
Eso de la teoría de la evolución no tiene ningún sentido. ¿Cómo puede ser que una persona afroamericana y una blanca salgan del mismo sitio? Nuestra piel es completamente diferente.
La declaración forma parte de un reportaje que la BBC realizó en 1996. Este ciudadano era un joven de 16 o 17 años durante una clase de ciencias en un instituto estadounidense localizado en Dayton, Tennessee. Este no es un sitio elegido al azar ya que hace 85 años, el profesor de biología John Scopes fue llevado a juicio por enseñar la Teoría de la Evolución a sus alumnos. Otro alumno decía en el mismo reportaje:
Dios nos puso aquí, y luego colocó a todos los animales y las plantas para ayudarnos a sobrevivir.
Por lo que se ve, en esta pequeña ciudad, las cosas no han cambiado mucho desde 1925, y a juzgar por las recientes encuestas en Estados Unidos ya que, según USA Today, dos terceras partes de los ciudadanos estadounidenses creen que la teoría creacionista «es definitiva o probablemente correcta».
El juicio al profesor John Scopes es uno de los grandes acontecimientos de la historia judicial estadounidense. Se le denominó Juicio al mono. Miles de curiosos, alrededor de doscientos periodistas, banderas adornando las calles, puestos de limonada y hasta chimpancés disfrazados con trajes de etiqueta, convirtieron este juicio en un gran carnaval. En realidad, John Scopes fue un arma publicitaria en las manos de dos grandes asociaciones, la ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles, por sus siglas en inglés) y los Fundamentalistas Cristianos, quienes terminaron siendo los protagonistas de este evento. La defensa corrió a cargo de Clarence Darrow, un abogado de «izquierda» que había tenido un notable éxito defendiendo a huelguistas, líderes sindicales y anarquistas. Entre sus características, también se encuentra que era ateo y demócrata.
El 10 de julio de 1925, en el palacio de justicia del Condado Rhea, quedó atestado de personas, casi un millar acudieron a presenciarlo, alrededor de 300 quedaron de pie. El juez John T. Raulston que presidió el juicio, propuso mover el juicio a una tienda de campaña, donde sentar a 20.000 personas. El juez, un conservador cristiano que ansiaba publicidad, se mantuvo flanqueado por dos policías, quienes estuvieron manipulando dos enormes ventiladores, con el fin de mantener al aire circulando. El jurado compuesto de doce ciudadanos (10 granjeros, y once de los miembros asistían al templo), fue designado de inmediato. El procedimiento de apertura del juicio, contra las objeciones de Darrow, fue una oración. El juicio se aplazó durante el fin de semana y el domingo, William Jennings Bryan pronunció el sermón en el templo Metodista de Dayton y aprovechó la ocasión para atacar la estrategia de la defensa en el caso Scopes. Mientras Bryan hablaba, el Juez Raulston y toda su familia escuchaba con atención… y en primera fila.
En el primer día del juicio, la defensa trató de anular el procedimiento por motivos constitucionales, tanto estatales como federales. El objetivo de la defensa no era la absolución de John Scopes, sino obtener una declaración emitida por un tribunal superior, aboliendo leyes que prohibieran la enseñanza de la evolución (Este objetivos no se llevaría a cabo hasta 43 años después, en el caso de Epperson vs. Arkansas). Como era de esperarse, el Juez Raulston denegó la petición de la defensa.
Las declaraciones de apertura fueron retratadas como una batalla titánica entre El Bien y el Mal o La Verdad contra la Ignorancia. Bryan afirmaba que «Si la evolución gana, el cristianismo desaparece», contra esto, Darrow respondía que «No es Scope el que está en juicio, sino la civilización, además de abrir las puertas a un reino de intolerancia sin precedentes desde la Edad Media».
En el séptimo día del juicio, el Juez Raulston cuestionó si tenía más evidencias que presentar. Lo que siguió a esa pregunta, el New York Times lo describió como «La más sorprendente escena en una corte en la historia anglosajona». Como respuesta, solicitaron la presencia de William James Bryan, dado su perfil como experto en la Biblia. Bryan asintió, estipulando que entonces el tendría la oportunidad de interrogar a los abogados de la defensa. Bryan, ignorando las preocupaciones de sus colegas, tomó asiento en el banquillo de los testigos y comenzó a abanicarse.
Darrow comenzó el interrogatorio con una pregunta discreta: «Usted ha estudiado considerablemente la Biblia ¿no es así Sr. Bryan?» a lo cual contestó: «Si, lo he hecho. He estudiado la Biblia por casi cincuenta años» Entonces inició una serie de preguntas diseñadas para minar una interpretación literal de la Biblia. Bryan fue interrogado acerca de una ballena que se tragó a Jonás, Josúe haciendo que el Sol se detuviera, Noé y el diluvio, la tentación de Adán en el Jardín del Edén, y la creación, de acuerdo al Génesis. Después de que, inicialmente BryanDarrow, como aquella de si los seis días de la creación descritos en el Génesis, eran de 24 horas, Bryan respondió: «Mi impresión es de que se trata de periodos».
Bryan, quien inició su testimonio en forma calmada, poco a poco la fue perdiendo, debido al persistente bombardeo que le sometió Darrow. Hubo un momento, en que un ya exasperado Bryan dijo: «Yo no pienso en cosas que no quiero pensar», a lo cual Darrow preguntó: «¿Usted piensa acerca de las cosas que usted piensa?» Bryan respondió, con la desdeñosa risa de los espectadores «Bueno, en ocasiones». La batalla entre ambos continuó, Bryan acusó a Darrow de «Calumniar contra la Biblia». Después indicó que no contestaría más preguntas impertinentes porque «Quería que el mundo supiera que este hombre, que no cree en Dios, estaba tratando de utilizar una corte en Tennessee…» Darrow lo interrumpió para decir «Objeto su declaración y sus tontas ideas que ningún cristiano inteligente en la Tierra cree». Después de este arrebato, el Juez Raulston levantó la sesión. Al día siguiente, el Juez le indicó a Bryan que no retornara al estrado y que su declaración se eliminaría de los registros.
La confrontación fue reportada por la prensa como una derrota para Bryan. «Como una leyenda, Bryan fue destruido por su testimonio ese día». Su desempeño fue descrito como «un golpe digno de un guerrero borracho». Darrow sin embargo, tampoco escapó del critica y fue tachado como un «cínico anti-religioso».
«Bryan era la voz del movimiento antievolucionista», explica Larson. «Su traspié en el estrado fue un golpe de relaciones públicas para los evolucionistas», añade. Pero de poco sirvió ese golpe. Después de ocho días de juicio y nueve minutos de deliberación, Scopes fue declarado culpable. Se le impuso una multa de 100 dólares, que fue finalmente revocada por un error técnico del juez.
Y la palabra evolución desapareció de los libros de ciencias durante casi 40 añosScopes se libró, pero el juicio del mono lo ganó el creacionismo. En sólo dos años, 13 estados aprobaron alguna ley antievolucionista. Se fundó la Información Pública en la Universidad Bryan. Este centro fue inaugurado en Dayton en 1930 para honrar la figura de William Jennings Bryan. Su lema es Cristo sobre todo.
«Bryan no se oponía a la enseñanza de las teorías darwinistas, sólo a que se enseñaran como un hecho», asegura Davis. Así es como se enseña, a día de hoy, la ciencia en Bryan. Davis explica que sus alumnos terminan los estudios «comprendiendo la teoría de la evolución, así como la de la creación».
Creo que la mayor parte de la gente piensa que hay más en la vida de lo que podemos ver, sentir o medir. No me sorprende que rechacen un pronunciamiento dogmático científico que asegura que sólo lo natural es real.La enseñanza del darwinismo sigue siendo un tema a debate en EEUU. Un reciente artículo de USA Today revela que 1,5 millones de alumnos en el país estudia ciencias con libros que no mencionan la evolución. Una película británica sobre Darwin no ha encontrado distribuidor en EEUU, después de que fuera criticada ferozmente por webs cristianas. Y un estudio realizado en mayo por la Universidad de Virginia asegura que el 67% de los estadounidenses es creacionista o cree que Dios dirigió la evolución. Larson cree que la situación «es muy parecida a la de 1920. La religión es, para mucha gente, simplemente más importante, significativa y creíble que la ciencia».- Davis
Un nuevo juicio se debatió en Pensilvania. Se enjuició si en las escuelas estadounidenses debe enseñarse una idea religiosa sobre el origen de la vida como alternativa a la de Charles Darwin. Aún hoy se divide hoy a sectores de la sociedad en este país. El asunto fue llevado a los tribunales por ocho familias opuestas a que una posición, que ni siquiera tiene carácter de teoría, llamada Diseño Inteligente sea impartida en las escuelas. La misma sugiere que la diversidad de la vida, fue creada por un «diseñador inteligente», lo cual contradice la teoría darwiniana, que afirma que la diversidad de especies en el mundo es resultado de un proceso evolutivo. Esta cuestión saca a la palestra el peso de la religión en la sociedad norteamericana, donde una encuesta realizada el año pasado reveló que la mayoría de la población piensa que la vida fue creada por un ser supremo.
Pese a que científicos de todo el país se oponen con razones fundamentadas a esa idea, el propio presidente George W. Bush es partidario de la misma. La polémica surgió a raíz de una campaña de activistas quienes lograron que en una escuela primaria del distrito de Dover, Pensilvania, se impartiera el concepto de Diseño Inteligente. Antes de cada clase de biología, los maestros están obligados a enseñar que la teoría de Darwin «no es un hecho» y que en la misma existen lagunas, lo cual indignó a la comunidad científica. Por esa razón, las ocho familias que llevaron el caso a los tribunales, argumentan que el distrito escolar promueve la visión religiosa de la creación, lo cual en su opinión, viola la separación entre la iglesia y el estado.
En opinión de los científicos, la solución del problema resulta esencial para que la enseñanza de esa posición anticientífica sea eliminada en las escuelas. Esta es la primera vez que un tribunal federal dictaminaría si el Diseño Inteligente es religión o ciencia. Eugenie Scott, director ejecutivo del Centro Nacional de Educación de Ciencias (quien apoya el actual modelo de enseñanza de la evolución), dijo que la demanda de Pensilvania
es probablemente la situación judicial más importante de la creación y la evolución en los últimos 18 años tendrá un impacto importante en la educación pública.
Los proponentes del Diseño Inteligente no dicen en el tribunal que quieren remplazar la ciencia con la religión. Pero sus ponencias, estrategias, discursos y discusiones internas dejan en claro que esa es su meta.
El Diseño Inteligente efectivamente es una nueva versión del creacionismo: la idea de que el mundo se puede explicar con la lectura literal de la Biblia, sin necesidad de ciencia. El Diseño Inteligente no repite las ridiculeces del creacionismo, como que la Tierra solo tiene unos pocos miles de años o que el mundo fue creado en siete días. Por el contrario, afirma que es científico. Reconoce que la vida es muy compleja y diversa, pero luego dice que viene de una fuerza «inteligente». Sus adeptos no siempre dicen que esa «fuerza inteligente» es dios; ¡a veces dicen que puede ser un extraterrestre! Pero los impulsores del movimiento de Diseño Inteligente son los fundamentalistas cristianos… y es claro que de noche no le rezan a hombrecillos verdes de otro planeta.
Phillip Johnson, padre y estrella del Diseño Inteligente, ideó y escribió la Estrategia de la cuña para atacar la evolución y fomentar el Diseño Inteligente a fin de afirmar la realidad de dios. Johnson sostiene que el objetivo de «cambiar el debate de creacionismo versus evolución, a Dios versus la inexistencia de Dios» es llevar a «la verdad de la Biblia» y después a «la cuestión del pecado» y «por último a Jesús».
El objetivo es convencer de que el darwinismo es intrínsecamente ateo, para así cambiar el debate de creacionismo versus evolución a Dios versus la inexistencia de Dios. De ahí, les hablamos de la verdad de la Biblia, después planteamos la cuestión del pecado y por último los llevamos a Jesús.
El presidente Bush ha refrendado abiertamente el Diseño Inteligente y su programa teocrático. Este año recomendó enseñarlo en las escuelas públicas. Cuando era gobernador de Texas, dijo que a los estudiantes hay que hablarles del creacionismo y la evolución. Bush ha dicho la increíble burrada anticientífica de que «todavía no se sabe» si la teoría de la evolución es correcta. Un aspecto de la estrategia para colar el Diseño Inteligente es fomentar una cosmovisión religiosa y una sociedad guiada por la religión.
Ken Cumming, decano de la escuela de posgrado del Institute for Creation Research (quien cree que la Tierra fue creada hace unos pocos miles de años), atacó una serie sobre la evolución que presentó la cadena de televisión pública PBS diciendo que tenía «mucho en común» con los ataques terroristas del 11 de septiembre:
El público ahora entiende gracias al presidente Bush que ‘estamos en guerra’ con fanáticos religiosos por todo el mundo, pero no se da cuenta de que estamos siendo atacados desde adentro por medio de las escuelas públicas por un movimiento religioso militante llamado darwinistas…- Ken Cumming
Johnson dice en su ponencia «La estrategia de la cuña»:
Las consecuencias sociales del materialismo han sido devastadoras… estamos convencidos de que para eliminar el materialismo, tenemos que cortarlo de raíz. La teoría de Diseño Inteligente promete eliminar el predominio de la cosmovisión materialista y remplazarla con una ciencia que esté en consonancia con las convicciones cristianas y teístas- Phillip Johnson
La evolución es un concepto que se aplica a todas las ciencias: astronomía, química, geología, biología, antropología y demás. Atacar la evolución es atacar buena parte de lo que sabemos del mundo natural, de los conocimientos que hemos acumulado por medio de la aplicación de principios y métodos científicos. Segundo, los ataques creacionistas a la evolución son ataques a la ciencia en sí porque la orientación creacionista distorsiona la manera en que practicamos la ciencia: la ciencia como forma de conocimiento- Dra. Eugenie C. Scott, directora ejecutiva del Centro Nacional de Educación de Ciencias
Los creacionistas de Tierra Joven (quienes creen que la Tierra y el Universo no tienen más de 10.000 años) lograron ciertos éxitos, pero también sufrieron importantes descalabros en varios juicios destacados, como el caso de 1982 conocido como McLean et al vs. Arkansas Board of Education, donde premios Nobel, evolucionistas, filósofos y teólogos prestigiosos dejaron en evidencia del carácter acientífico de las tesis creacionistas y la imposibilidad de equiparar los institutos creacionistas con aquellos que estudian la teoría de la evolución. Los antidarwinistas también perdieron el caso Edwards vs. Aguillard de Louisiana, en 1987, cuando la Corte Suprema declaró que era inconstitucional ordenar la enseñanza de la ciencia antievolucionista en las clases de ciencia.
Durante seis semanas, el tribunal escuchó a diversos testigos de ambas partes en un juicio que ha capturado la atención en todos los lugares de los Estados Unidos donde la controversia continúa. El juez John E. Jones, de Pennsilvania, ha sentenciado que enseñar la teoría del Diseño Inteligente en el distrito escolar de Dover viola la prohibición constitucional de impartir clases de religión en los colegios públicos.
En su dictámen, de 139 páginas, el juez Jones asegura que los proponentes de la teoría del Diseño Inteligente
sólo han tratado de disfrazar bajo una supuesta teoría científica sus creencias religiosas de que Dios creó la vida.
El magistrado ha decidido que, puestos a determinar si el Diseño Inteligente es ciencia o no, la respuesta es que no.
Hemos llegado a la conclusión de que no lo es, y además que el Diseño Inteligente no puede desacoplarse de sus antecedentes creacionistas y, por lo tanto, religiosos.- Jones en su sentencia
Además, el juez amonestó duramente a los miembros de la Junta Escolar que aprobaron y exigieron a los profesores de biología que leyeran, en sus clases a niños de noveno grado (equivalente a 3º de la ESO en España) una declaración que señala brechas en la teoría de la evolución, y les recomienda consultar un libro sobre Diseño Inteligente. Además, en los libros de ciencias de los estudiantes se había incluido un aviso que advertía a los estudiantes que la teoría de la evolución de Darwin «es sólo una teoría, no un hecho científico», y que presenta además «numerosos fallos desde el punto de vista científico».
Una de las demandantes Christy Rehm reconoció al final del juicio que el desenlace judicial fue una victoria para la Ciencia y la educación. Por su parte, Richard Thompson, responsable del gabinete de abogados (Miembro de un bufete cristiano de Michigan, el Thomas Moore Law Center) que representaba gratis a la Junta Escolar, afirmó en un comunicado que
los fundadores de este país quedarían atónitos si pudieran ver con sus propios ojos cómo este simple cambio en el curriculum escolar supone una violación para la Constitución que ellos crearon.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, quiso dejar claro que el presidente Bush (un convencido del creacionismo) pensaba «que este tipo de decisiones deben ser tomadas por las autoridades escolares locales». Sin embargo, el propio Bush declaró meses atrás, respeto a este tema, que «la buena educación de los estudiantes incluye que estén expuestos a diferentes puntos de vista», en una clara defensa de que las teorías del Diseño Inteligente fueran impartidas en las escuelas públicas.
Reuters Barry Lyn, director del grupo «Unidos por la Separación de Iglesia y Estado» calificó el fallo de Jones como un
golpe contra los intentos de los fundamentalistas por establecer sus programas religiosos en las escuelas públicas bajo la careta de ciencia. Y significa que los miembros de la Junta Escolar no tienen derecho a imponer sus creencias religiosas personales a los estudiantes.
En Kansas, sin embargo, el Consejo de de Educación aprobó a principios de noviembre de 2005, por seis votos frente a cuatro, nuevas normas para la enseñanza de Ciencias en los colegios públicos que ponen en duda la teoría de la evolución de Darwin y defienden el Diseño Inteligente.
¿Habrá algún juicio al mono en el futuro?
