Es cuando en un mismo argumento se emplean palabras o frases en más de un sentido, como ocurre en este ejemplo con la palabra igual:
- Los sexos no son iguales, los derechos no pueden ser iguales.
Aquí no se habla de la misma igualdad. Primero se emplea en su acepción de identidad (biológica) y luego en su acepción jurídica (igualdad ante la ley). La ambigüedad utiliza conceptos diferentes que comparten una expresión común.
- Toda persona que ocasiona una herida a otra es un delincuente.
- Todo cirujano ocasiona heridas a otras personas.
- Luego todo cirujano es un delincuente.
Aquí confunde la acción de matar o hacer daño y la intervención quirúrgica con el propósito, enteramente opuesto, de lograr la curación de un enfermo y salvarle la vida. Con este fundamento podría acusarse de caníbal a quien se come un brazo de gitano.
La misma falacia comete quien confunde responsabilidad penal y responsabilidad política: No asumiré ninguna responsabilidad hasta que lo pruebe un tribunal. La responsabilidad jurídica presupone la inocencia hasta que se demuestre lo contrario. La responsabilidad política se basa en la confianza de los ciudadanos y es compatible con la inocencia. Bajo el amparo de esta falacia se producen paradojas: Personas que han dimitido de su cargo porque no eran dignas de la confianza (pública), han recibido otro cargo porque eran dignas de la confianza (del gobierno)
- ¿Cómo afirma usted que sea cierto que sus latas de conserva llevan mitad de liebre y mitad de caballo?
- Porque es verdad, señor juez. Yo siempre mezclo una liebre y un caballo.
¿Qué significa mitad y mitad? Para evitar esta ambigüedad semántica, hay que precisar el significado de cada uno de los términos de las premisas y asegurarse de que no varían a lo largo del diálogo. En las conversaciones cotidianas abundan también en construcciones gramaticales que dan lugar a malentendidos por su ambigüedad, como sucede en las siguientes:
- Juan le dijo a Pedro que tenía mal aspecto.
- Juan le dijo a Pedro que debiera atender a su madre.
¿Cuál de los dos tenía mal aspecto? ¿De qué madre se trata?
Una tercera forma de equívoco se produce por sobreentendidos:
- Peláez ha llegado hoy completamente sobrio.
¿Qué da a entender esto? ¿Es algo excepcional o menciona lo que pasa todos los días?