En Wikipedia encontramos la siguiente definición para exorcismo:
Exorcismo es una acción sobrenatural de expulsión, realizada contra un ente maligno, utilizando un método religioso para expulsar, sacar o apartar a dicho ente de la persona o u objeto que se encuentra poseído(a) por la entidad maligna (Ver, como ejemplo, posesión demoníaca). Estos entes dependiendo de las creencias de los implicados, pueden ser demonios, espíritus, brujos, etc. El objeto de la posesión puede ser una persona o animal, objetos e incluso lugares como pueblos o casas (poltergeist). La posesión puede ser total (el ente toma control de las funciones del poseído, puede moverse, hablar, etc, a través de la víctima) o parcial (en la que el ente utiliza al poseído para alguna actividad concreta, que mantienen relaciones sexuales con la víctima mientras ésta duerme).
Pero ¿qué hay de real en todo esto?
Aún no hay una explicación racionalizada de este fenómeno, sólo tiempo al tiempo. Hay muchas cosas que el hombre a etiquetado de «milagrosas» al no poder explicarlas y las incluyen en el mundo de lo «mágico» y «sobrenatural». Antiguamente muchas conductas que anteriormente la iglesia tachaba de «manifestaciones del mal», entre ellas estaban los ataques epilépticos, la esquizofrenia y otros muchos trastornos mentales que hoy se han estudiado y ahora se ha superado esa categorización para ser tratadas como enfermedades. Actualmente, aún con toda nuestra tecnología y conocimiento, hay muchos trastornos y conductas en los cuales no existe un consenso sobre su origen o naturaleza.
Existen muchas alteraciones tanto que pueden llevar a personas a creer que están poseídas o tienen contacto con divinidades, esto puede ser resultado de «epilepsia del lóbulo temporal», trastorno de personalidad múltiple, alteraciones en el lóbulo occipital, por mencionar algunas. Incluso existen teorías psicodinámicas que ayudan a entender el porque de este tipo de conductas.
No encontraremos una respuesta 100% convincente en temas relacionados a lo «religioso-espiritual» pues existe mucha resistencia por parte de sus adeptos para aceptar diferentes puntos de vistas que pueden ser fundamentados con evidencia mientras que los suyos carecen de las mismas. Muchos pueden incluso llegar a ofenderse y molestarse.
El Jueves 9 de Diciembre de 2010 aparece un artículo en el diario El País titulado Resurge la expulsión de demonios entre los fieles.
Antes de leer esta noticia reflexiono:
- Satanás está trabajando más de la cuenta y está metiéndose en más cuerpos inocentes… El mal llega con más fuerza.
- Trabajando Satanás a un nivel habitual, los exorcistas están haciendo horas extras.
- Me doy cuenta que especifica que resurge el exorcismo entre los fieles. ¿Eso quiere decir que Satanás ataca más a los fieles?¿Significa que los fieles están más expuestos que los infieles a Satanás?
Mucho me temo que por el último punto es por donde va a deambular el artículo.
La demanda es tan grande que los obispos estadounidenses han celebrado una conferencia para ayudar a los miembros del clero a distinguir entre los que de verdad necesitan un exorcismo y los que necesitan un psiquiatra.
Lo que hacen es discernir lo que ya se conoce como enfermedad mental y lo que aún no se ha conseguido.
No todo el mundo que piensa que necesita un exorcismo lo necesita realmente», explica el obispo Thomas J. Paprocki de Springfield, Illinois, que organizó la conferencia. «Solo se utiliza en aquellos casos en los que el Diablo esté implicado de una forma extraordinaria al estar verdaderamente en posesión de la persona». «Pero es poco frecuente, es algo fuera de lo normal, y por eso el uso del exorcismo también es poco frecuente y se sale de lo normal», añade. «Aunque tenemos que estar preparados».
El exorcismo es tan antiguo como el cristianismo en sí. En el Nuevo Testamento se narra cómo Jesús expulsaba demonios.
El cura Richard Vega, presidente de la Federación Nacional de Consejos de Sacerdotes, asegura que la demanda de exorcismos podría acabar aumentando debido a la llegada de católicos hispanos y africanos a Estados Unidos. La gente de otras culturas, señala, está más en sintonía con lo sobrenatural.
¿Esto quiere decir que Satanás ataca a aquellos que están más predispuestos a creer en él? ¿Eso no constituye en sí mismo una prueba de que se encuentran en un estado psicológico de predisposición a creer en eso que sufren? ¿Hay ateos poseídos?
El Papa Benedicto XVI ha hecho hincapié en una vuelta a los rituales y a las prácticas tradicionales, y algunos observadores han comentado que el interés de los obispos es coherente con el rumbo marcado por el Papa. El Vaticano ha autorizado la reinstauración de la misa en latín, y el año que viene se empezará a utilizar en las parroquias estadounidenses una traducción revisada de la liturgia al inglés.
Sobredosis de placebo. Es como si tomando uno determinado se determine que se ha de cambiar el envase y la dosis.
El rito del exorcismo está basado en una oración en la que el sacerdote invoca el nombre de Jesús. El cura utiliza agua sagrada y una cruz, y puede modificar la oración en función de la reacción de la persona poseída, explica Matt Baglio, un periodista de Roma que escribió el libro The rite: the making of a modern exorcist [El rito: cómo se hace un exorcista moderno]. «La oración viene del poder del nombre de Jesús y de la Iglesia. No viene del poder del exorcista. El sacerdote no tiene poderes mágicos», señala Baglio, cuyo libro está siendo llevado al cine.
Nota esclarecedora.
Hay mucho cinismo en torno al exorcismo. Baglio afirma que los charlatanes se aprovechan de los creyentes vulnerables y provocan en ellos daños físicos o espirituales. Como hay tan pocos sacerdotes que practiquen exorcismos y el tema están tan estigmatizado, a los exorcistas no les gusta que se los identifique. Los intentos de entrevistarlos no han tenido éxito.
Según el obispo Paprocki, entre los signos típicos de estar poseído por un demonio se encuentran hablar en una lengua que la persona nunca ha aprendido, demostraciones extraordinarias de fuerza, una repentina aversión a cosas espirituales como el agua sagrada o el nombre de Dios, y un insomnio grave, falta de apetito y cortes, rasguños y mordeduras en la piel.
Una persona que afirma estar poseída debe pasar un examen médico para descartar que sea una enfermedad, según las directrices que publicó el Vaticano en 1999, que sustituyeron a las publicadas en 1614.
El obispo Paprocki señala que el Diablo es una fuerza real y constante, aunque poca gente necesita un exorcismo para enfrentarse a ella. «La labor habitual del Diablo es la tentación», comenta, «y la respuesta habitual es una buena vida espiritual, cumplir los sacramentos y rezar. El Diablo no suele poseer a una persona que esté llevando una vida espiritual buena.
Es curioso que cuando he estado investigando sobre estos casos, todos aparecen en programas de investigación dedicados a lo paranormal o al mundo misterioso «de lo desconocido», no he encontrado ningún aporte médico real donde se aborde estos casos en concreto. Con lo ansiosos que están los programas de televisión en encontrar noticias que hagan incrementar sus audiencias, se me hace difícil concebir que no se hagan eco de noticias de este tipo. Siempre salen en programas dedicado a temas de ocultismo y tratados de una forma que están más dedicados al espectáculo que a la investigación real.
El exorcismo es una más de los síntomas de los creyentes. La ignorancia e incultura
