Muchos creyentes argumentan que, ante la gran improbabilidad de que ocurran ciertos sucesos que acontecen, existe una mano inteligente que mueve los hilos. Las causas iniciales que pudieron darse para el surgir la vida en la Tierra, las de células, la existencia del hombre, etc. les da pie a pensar que alguien hizo algo así: PLUM y nos creó…
No entiendo el porqué les resulta más lógico pensar en que todos los acontecimientos inexplicables son fruto de decisiones «inteligentes» en vez de discurrir que las cosas son porque se iniciaron en circunstancias apropiadas, simplemente.
Argumentaré para razonar que existe la improbabilidad siempre, continuamente, rodeándonos por donde vamos y sentimos: Todo es infinitamente improbable y, sin embargo, existe.
Ejemplos simples para una explicación racional de que la improbabilidad sólo depende de la perspectiva que tomemos como medida.
¿Qué probabilidades hay de que toque el Euromillón ?
- (5+2) 1 entre 76.275.360
- (5+1) 1 entre 5.448.240
- (5+0) 1 entre 3.632.160
- (4+2) 1 entre 339.002
- (4+1) 1 entre 24.214
- (4+0) 1 entre 16.143
- (3+2) 1 entre 7.705
- (3+1) 1 entre 550
- (2+2) 1 entre 538
- (3+0) 1 entre 367
- (1+2) 1 entre 102
- (2+1) 1 entre 38
UNA DE
Pero la gente juega y deja su buen dinero en estos juegos. ¿Por qué? Creo que es evidente. Porque sabe que toca. ¡A alguien, seguro!
Pero sabiendo que la probabilidad de que toque a una persona en concreto es tan mínima, ¿por qué juega? Respuesta: Pues, porque con solo jugar 1€ no pierdo nada con ello y alguna probabilidad hay de que sea yo y no otro el agraciado: Siempre hay posibilidades… EXACTO
Alguna vez nos hemos asombrado de la casualidad de algún suceso en nuestra vida ordinaria. O de una serie de casualidades, tan grandes, tan asombrosas que hace que los creyentes de todo tipo se fascinen con las artes del destino. Al decir creyentes incluyo no solo a los seguidores de alguna religión, sino también a aquellos que se declaran más o menos supersticiosos, artes adivinatorias y todo tipo de fetiches mágicos y parafernalia esotérica.
Deseo argumentar mi lógica con un ejemplo que podríamos hacer nuestra como cualquier otra, según nuestra propia experiencia en la vida:
E
G
S
Pido excusas por lo tedioso del cuento, pero creo que todos tenemos una historia similar equiparable o nos hemos puesto a reflexionar sobre la casualidad de nuestros encuentros. ¿No?
Ahora una serie de reflexiones. Puede ser que las veáis repetitivas pero he querido detallarlas para que pudierais comprobar lo casual del encuentro entre Juan y Gina.
¿Qué posibilidades había de que Gina de Alemania y Juan de España se encontraran en Salamanca y naciera Luis?
Un ejercicio sobre la imposibilidad de existir
- Si Gina hubiera ido a Argentina, no hubiera existido Luis.
- Si Eugenio no hubiera sido amigo de Juan, no hubiera existido Luis.
- Si Eugenio se hubiera ido de viaje, no hubiera existido Luis.
- Si Eugenio no reconoce a sus amigos en la fila del cine, no hubiera existido Luis.
- Si Eugenio no presenta a sus amigos (estaba comprando palomitas), no hubiera existido Luis.
- Si la amiga de Gina no la hubiera animado, no hubiera existido Luis.
- ……………………………………………………
La lista de eventos ocurridos y no ocurridos podría alargarse infinitamente. Pero destaco que todos estos eventos los estoy enfocando solo en el espacio y tiempo concreto de la historia en donde se conocen Juan y Gina. Pero quiero que dejen volar su imaginación y su afán de asombrarse si remontamos esta lista a todas y cada una de las circunstancias que posibilitaron que Eugenio, Juan, Gina y María se conocieran.
¿Los padres de Eugenio no tendrían una historia que contar a propósito de su vida y el nacimiento de su hijo? ¿Y los de Juan? ¿Y los de María? ¿Y los de Gina? ¿Y los abuelos respectivos? ¿Y los bisabuelos?
La serie de acontecimientos sería innumerable e infinita.
Ahora centrémonos en Juan y Gina. ¿Habéis pensado en la infinita imposibilidad de que Luis sea como es, con sus características genéticas propias y únicas?. No solo son las huellas dactilares las que son únicas, es todo él irrepetible.
Los mellizos son totalmente distintos aún siendo concebidos en el mismo momento. Distintos espermatozoides fecundaron a distintos óvulos.
- Si en el momento de la fecundación no hubiera sido ese espermatozoide concreto y hubiera sido otro de los millones que le acompañaban, Luis no hubiera existido como tal.
- Si en vez de ese día, hubiera sido otro, Luis tampoco sería.
Es decir, hay pocas, poquísimas, extremadamente ínfimas posibilidades de que Luís exista tal y como es…. Pero existe.
¿Y cómo es que ante tan ínfima, tan leve posibilidad de que Luis exista, existe. Y no sólo eso, es que ahora mismo hay 7.000 millones de improbabilidades viviendo.
La solución de este laberinto mareante es fácil, sencilla, simple: Habituamos a observar las cosas desde la posición incorrecta. Siempre lo miramos desde el final y, claro, todo es improbable, «mareantemente» laberíntico y ante tal perspectiva aparecen las explicaciones esotéricas, religiosas y metafísicas.
Hemos de verlo desde el inicio hasta el final, hasta la consecuencia final. De esta forma desarrollamos los acontecimiento de menos a más… las cosas se van desarrollando poco a poco, sin prisa pero sin pausa.
Eugenio decide no viajar y sí ir al cine (Eugenio decide entre dos posibilidades 50%). Si hubiera viajado, la historia se desarrollaría de otra forma y Luis no existiría pero, posiblemente, daría pie a que Juan tuviera ahora un hijo con otra mujer distinta.
Luis existe, es evidente, pero él no es un fin en sí mismo. Alguien existe.
Sé que esta última frase es la conflictiva y la que da pie a los creyentes a no entender que la vida es tan efímera, TAN MARAVILLOSAMENTE EFÍMERA, que nos hace inmortales.
Somos maravillosamente improbables. Y el existir es evidente.
