Alrededor del 90% de los cristianos nunca han leído la biblia y muchos ni siquiera van a la iglesia ni practican su religión. Solo leen los pedacitos que les da el cura respectivo, debidamente elegidos y exentos de todo contenido antipático para promover la visión teológica de la secta particular que profese. La mayoría ni sabe que su dios acepta, por ejemplo, sacrificios humanos, entre otras estupideces.
Entonces Jefté hizo voto a Jehová, diciendo:«Si entregas a los amonitas en mis manos, cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová y lo ofreceré en holocausto.»
Jefté fue a pelear contra los hijos de Amón, y Jehová los entregó en sus manos. Desde Aroer y hasta llegar a Minit conquistó veinte ciudades, y hasta la Vega de las viñas los derrotó con gran estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.
Cuando volvió Jefté a Mizpa, a su casa, su hija salió a recibirlo con panderos y danzas. Ella era sola, su hija única; fuera de ella no tenía hijo ni hija. Cuando él la vio, rasgó sus vestidos, diciendo:
—¡Ay, hija mía!, en verdad que me has afligido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor, porque le he dado mi palabra a Jehová y no podré retractarme.
Ella entonces le respondió:
—Padre mío, si le has dado tu palabra a Jehová, haz conmigo conforme a lo que prometiste, ya que Jehová te ha permitido vengarte de tus enemigos, los hijos de Amón.
Y añadió:
—Concédeme esto: déjame que por dos meses vaya y descienda por los montes a llorar mi virginidad junto con mis compañeras.
Jefté le respondió:
—Ve.
La dejó por dos meses. Fue con sus compañeras y lloró su virginidad por los montes. Pasados los dos meses volvió a su padre, quien cumplió el voto que había hecho. La hija de Jefté nunca conoció varón.
- Jueces 11:30-39
Solo saben repetir el estribillo de que dios es amor y el único verso que todo cristiano debe saber:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.
- Juan 3:16
En muchas ocasiones los cristianos me lanzan este versículo aprendido como si fuera una ristra de ajos para alejar al vampiro. Como si citando esto aportaran la prueba definitiva de la veracidad y autoridad del librote repleto de leyendas de la Edad de Bronce.
Siempre vienen con el cuento de que Jesús se sacrificó por mí, y que ese versículo, representa lo hermoso de ese sacrificio de amor que hizo dios por mí.
Irracional es si consideramos la «razón» por la que «necesario» ese «sacrificio». Dios nos crea defectuosos, aborrece nuestra condición humana, nos tilda de pecadores, nos acusa y nos condena a todos por un pecado original que no cometimos a una eternidad de sufrimiento, ardiendo en un lago de fuego y azufre, a menos que nos creamos este cuento y le demos cariño a su hijo Jesús (que de alguna manera es el mismo dios, pero en otra persona, lo que sea que eso signifique). O sea, dios crea el problema, y la única manera que se le ocurre resolverlo es proponiéndose él mismo como solución, a manera de «sacrificio» (humano – que no se nos olvide) para saciar su sed de sangre. En otras palabras, la única solución del señor es sacrificarse el mismo, para complacerse a sí mismo para resolver el problema creado por él mismo de una creación defectuosa y pecaminosa.
Además, ninguno de nosotros había nacido antes del supuesto pecado original y el «sacrificio». ¿Significa eso que dios nos está prejuzgando antes de nacer? No tiene ningún sentido. Más que una hermosa historia de sacrificio por la humanidad, es un relato perverso e inmoral que no sirve más que para promover el autodesprecio y manipular emocionalmente a los creyentes.
Por otro lado, si de lo que se trata es de ver la historia desde el punto de vista mitológico, identificando la moraleja de la fábula en el desprendimiento del héroe al sacrificarse por el bienestar humanidad, un mejor ejemplo sería el de Prometeo y no Jesús.
Mientras que el supuesto sacrificio de Jesucristo fue uno de mera autocomplacencia, el de Prometeo fue uno verdaderamente valiente y que demostró su humildad, desprendimiento y amor por la raza humana.
En la mitología, no olvidemos que son mitos igual que las historias contadas en la Biblia, Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Nos dio las herramientas que necesitábamos para desarrollar nuestra civilización, engañó a Zeus para nuestro beneficio lo que costó que nos quitaran el arte del fuego.
Urdió un engaño contra Zeus al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió en dos partes: en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres queman en los holocaustos huesos para ofrecer a los dioses, pero la carne se la comen.
Indignado por este engaño, Zeus privó a los hombres del fuego.Prometeo decidió robarlo, así que subió al monte Olimpo y lo consiguió devolver a los hombres en el tallo de una cañaheja.
Prometeo luego se sacrificó al robar el fuego de los dioses para nosotros. Por esta afrenta, Zeus lo condenó a pasar la eternidad encadenado a una piedra en el Cáucaso, donde todos los días un águila venía y le comía el hígado. El hígado volvía a crecer por la noche y el águila volvía a comérselo al otro día. Así estuvo miles de años hasta que Heracles pudo librarlo de tan espantoso sufrimiento que gustosamente aceptó como consecuencia de su amor, desprendimiento y colaboración para con nosotros.
Esto si es una hermosa historia de sacrificio desinteresado por la humanidad. Una historia digna de admiración, aunque ya nadie cree ni le rinde culto a Prometeo. Éste ha caído en ese gran panteón de la mitología. Algún día el mundo verá de igual manera a Jesucristo, como un personaje mitológico más.
Jesucristo como mito

2a. avenida sur oriente No. 830
centro