Una de las causas principales del inicio de la Contrareforma promovida por Lutero fue el abuso de Indulgencias. ¿Veía mal Lutero el que la gente pudiera sanar de sus heridas de pecado? No. Lo que veía mal es que una interpretación «libre» de las escrituras sirviera con afán recaudatorio. La escena en la que Jesús se enfada expulsando a los comerciantes del Templo la tenía presente la mente de Lutero. Lógico.
¿Qué dice la Iglesia Católica en cuanto a las indulgencias?
Voy a exponer aquí lo que nos dice Catholic.net en cuanto a estas. En resumen la web dice:
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos.(Catecismo, 1471)
¿Qué es lo que se perdona con la indulgencia? No se perdonan los pecados, ya que el medio ordinario mediante el cual el fiel recibe de Dios el perdón de sus pecados es el sacramento de la penitencia (cf Catecismo, 1486). Pero, según la doctrina católica, el pecado entraña una doble consecuencia: lleva consigo una «pena eterna» y una «pena temporal». ¿Qué es la pena eterna? Es la privación de la comunión con Dios. El que peca mortalmente pierde la amistad con Dios, privándose, si no se arrepiente y acude al sacramento de la penitencia, de la unión con Él para siempre.
No voy a entrar a valorar las cuestiones internas de la Iglesia. Pero sí es valorable el reflejo que las indulgencias provocaron en parte de la población creyente que provocó la excisión drástica hasta la separación de la Iglesia Católica.
La doctrina de las indulgencias nació de la convicción de que Cristo, la Virgen y los Santos habrían ganado un excedente de méritos durante sus vidas, méritos que la Iglesia puede administrar en la Tierra y que los pecadores pueden adquirir evitando, así una larga estancia en el Purgatorio.
Esta práctica llegó a ser excesiva con el pontificado de León X (1513-1521) señalando uno de los momentos más sobresalientes de la corrupción.
Lanzó una auténtica política de venta de indulgencias libre de prejuicios. Auténticos corredores de comercio recorrieron Europa vendiendo Cartas de indulgencia que podían ser comprados sin grandes formalidades, lo que causó escándalo a muchos creyentes.
En 1517 se divulgó la Taxa Camarae, la indulgencia descrita: una lista de indulgencias para diversos pecados, con sus correspondientes tarifas que relaciono a continuación:
- El eclesiástico que incurriere en pecado carnal, ya sea con monjas, con primas, sobrinas o ahijadas suyas, en fin, con otra mujer cualquiera, será absuelto mediante el pago de 67 libras, 12 sueldos.
- Si el eclesiástico, además del pecado de fornicación, pidiese ser absuelto del pecado contra natura o de bestialidad, debe pagar 219 libras, 15 sueldos. Mas si hubiese cometido pecado contra natura con niños o con bestias y no con mujer, pagará 131 libras, 15 sueldos.
- El sacerdote que desflorase a una virgen pagará 2 libras, 8 sueldos.
- La religiosa que quisiera alcanzar la dignidad de abadesa después de haberse entregado a uno o más hombres simultánea o sucesivamente, ya dentro, ya fuera del convento pagará 131 libras, 15 sueldos.
- Los sacerdotes que quisieran vivir en concubinato con sus parientes pagarán 76 libras, 1 sueldo.
- La mujer adúltera que pida absolución para estar libre de todo proceso y tener amplias dispensas para proseguir sus relaciones ilícitas, pagará al Papa 87 libras, 3 sueldos. En caso análogo, el marido pagará al Papa 87 libras, 3 sueldos. En caso análogo, el marido pagará igual suma; si hubiesen cometido incestos con sus propios hijos añadirán en conciencia 6 libras.
- La absolución y la seguridad de no ser perseguidos por los crímenes de rapiña, robo o incendio, costará a los culpables 131 libras, 7 sueldos.
- La absolución del simple asesinato cometido en la persona de un laico se fija en 15 libras, 4 sueldos, 3 dineros.
- El marido que diese malos tratos a su mujer, pagará en las cajas de la cancillería 3 libras, 4 sueldos; si la matase, pagará 17 libras, 15 sueldos y si la hubiese matado para casarse con otra, pagará, además, 32 libras, 9 sueldos. Los que hubieran auxiliado al marido a cometer el crimen serán absueltos mediante el pago de 2 libras por cabeza.
- El que ahogase a su hijo, pagará 17 libras, 15 sueldos, y si lo mataran el padre y la madre con mutuo consentimiento pagarán 27 libras, 1 sueldo por la absolución.
- La mujer que destruyese a su propio hijo llevándole en sus entrañas y el padre que hubiese contribuido a la perpetración del crimen, pagarán 17 libras. El que facilitare el aborto de una criada que no fuere su hijo, pagará 1 libra menos.
- Por el asesinato de un hermano, una hermana, una madre o un padre, se pagarán 17 libras, 5 sueldos.
- El que matase a un obispo o a un prelado de jerarquía superior pagará 131 libras, 14 sueldos, 6 dineros.
- Si el asesino hubiese dado muerte a muchos sacerdotes en varias ocasiones, pagará 137 libras, 6 sueldos, por el primer asesinato y la mitad por los siguientes.
- Al obispo o abad que cometiese homicidio por emboscada, por accidente o necesidad, pagará para alcanzar la absolución 179 libras, 14 sueldos.
- El que por anticipado quisiera comprar la absolución de todo homicidio accidental que pudiera perpetrar en el futuo, pagará 168 libras, 15 sueldos.
- El hereje que se convirtiese, pagará por su absolución 269 libras. El hijo de hereje quemado o ahorcado o ajusticiado en cualquier otra forma, no podrá rehabilitarse sino mediante el pago de 218 libras, 16 sueldos, 9 dineros.
- El eclesiástico que no pudiendo pagar sus deudas quisiera librarse de ser procesado por sus acreedores, entregará al Pontífice 17 libras, 8 sueldos, 6 dineros y le será perdonada la deuda.
- La licencia para poner puestos de venta de varios géneros bajo el pórtico de las iglesias, será concedida mediante el pago de 45 libras, 19 sueldos, 3 dineros.
- El delito de contrabando y defraudación de los derechos del príncipe contará 87 libras, 3 dineros.
- La ciudad que quisiera alcanzar para sus habitantes o bien para sus sacerdotes, frailes o monjas, licencia para comer carne y lácticos en las épocas en que está prohibido, pagará 781 libras, 10 sueldos.
- El monasterio que quisiere variar de regla y vivir con menor abstinencia que le prescrita, pagará 146 libras, 5 sueldos.
- El fraile que por su mejor conveniencia o gusto quisiere pasar la vida en un ermita con una mujer, entregará al tesoro ´pontificio 45 libras, 19 sueldos.
- El apóstata vagabundo que quisiere vivir sin trabas, pagará igual cantidad por la absolución.
- Igual cantidad pagarán los religiosos, tanto seculares como regulares, que quisieran viajar vestidos de laico.
- El hijo bastardo de un sacerdote que quiera ser preferido para suceder en la parroquia a su padre, pagará 27 libras, 1 sueldo.
- El bastardo que quisiera recibir órdenes sagradas y gozar de sus beneficios, pagará 15 libros, 18 sueldos, 6 dineros.
- El hijo de padres desconocidos que quiera entrar en las órdenes, pagará al tesoro pontificio 27 libros, 1 sueldo.
- Los laicos contrahechos o deformes que quieran recibir órdenes sagradas y poseer beneficios, pagarán a la cancillería apostólica 58 libras, 2 sueldos.
- Igual suma pagará el tuerto del ojo derecho; mientras el tuerto del ojo izquierdo pagará al Papa 10 libras, 7 sueldos. Los bizcos pagarán 45 libros, 3 sueldos.
- Los eunucos que quisieran entrar en las órdenes, pagarán la cantidad de 310 libras, 15 sueldos.
- El que por simonía quisiera adquirir uno o muchos beneficios, se dirigirá a los tesoreros del Papa, que le venderán ese derecho a un precio moderado.
- El que por haber incumplido un juramento quisiera evitar cualquier persecución y librarse de todo tipo de infamia, pagará al Papa 131 libras, 15 sueldos. Además entregará 3 libras para cada uno de los que habían recibido garantías.
El dominicano Tetzel recorrió Alemania vendiendo cartas de indulgencia. Así es como describía Lutero lo que hacía este recaudador de impuestos:
… Le habían estado ampliados por el papa poderes y gracia en tal cantidad que, si alguien hubiese violado o dejado embarazada a la virgen María, él habría perdonado aquel pecado, apenas se hubiese depositado en su faltriquera una suma suficiente de dinero… Redimió más ánimas él con las indulgencias que san Pedro con sus prédicas; cuando ponían en su faltriquera una suma para el purgatorio… el alma se elevaba irremediablemente hacia el paraíso; no había necesidad de experimentar dolor o arrepentimiento por un pecado, si se podían comprar indulgencias o cartas de indulgencia. Tetzel vendía incluso el derecho de poder pecar en un futuro… cualquier cosa podía garantizarse a cambio de dinero.
- Martín Lutero
¿Algo más se puede decir de la indulgencia?
