¿Qué es el escepticismo?
Cuando compro un coche usado, si tengo un mínimo de sensatez, empleo el escepticismo. ¿Como?
Imaginemos que deseo comprarme un coche. Un conocido, con el que coincido en un restaurante para desayunar, le comento mi necesidad y se ofrece para decirme que desea vender el suyo. Podría tener dos posibilidades a la hora de confiarme en su ofrecimiento:
- «Este tipo que me vende el coche parece honesto. Aceptaré lo que me ofrezca.»
- «He oído que a veces hay engaños en la venta de coches usados».
Doy unas pataditas a los neumáticos, abro las puertas, miro debajo del capó. He de ser algo escéptico porque me conviene. Incluso si tengo a algún amigo que sepa de mecánica me gustaría que estuviera acompañándome en este examen antes de comprarlo. Existe un buen motivo para ello, porque si no empleo un mínimo de escepticismo, podría lamentarlo tarde o temprano. Es entonces cuando me lamentaría de no haberme molestado en su revisión cuando estaba aún a tiempo.
Esto, todo el mundo lo comprende. Lo que ocurre es que los coches usados son una cosa, los anuncios de televisión, los discursos de líderes políticos, los esotéricos de turno o las palabrerías religiosas son otra. Somos escépticos en algunas cosas, pero, desafortunadamente, no en otras.
Recuerdo el caso de un amigo cuyo padre estaba enfermo de cáncer. Llevaba un tiempo con la enfermedad y, cada vez, era más evidente su deterioro físico. Los médicos no le daban ya más de 1 mes de vida. Tanto él como su familia son personas inteligentes o se comportan dentro de los márgenes de racionalidad en las decisiones tomadas en su vida. Sin embargo, ante la perspectiva dada por los médicos determinó llevar a su padre a un pueblo alejado 100 km. al saber de un curandero que tenía éxito .
Pasado este mes que daban de margen, su padre murió.
No tengo nada que perder.Mi amigo sabía que lo del curandero era algo así como una estafa. Pero «No tengo nada que perder». Es decir, determinó dejar a un lado su racionalidad por una esperanza mal entendida. Sobre todo porque el curandero cobró por algo que dudaban que haría y que sólo la cierta cercanía de la muerte movió a esta familia a hacerlo.
Más curioso es que mi amigo se quejó de lo que él consideraba alguna mala praxis de los médicos en la medicación o en los tiempos de quimioterapia pero, curiosamente, no se quejó del curandero. ¿Por qué?
La religión, el esoterismo, la astrología… En lo que sabemos de la vida del hombre en la Tierra, han utilizado un conjunto de creencias populares, más o menos similares. Creo que es razonable preguntarse por qué. Somos Homo Sapiens . Ésa es nuestra característica diferenciadora. Se supone que somos listos.
Entonces ¿por qué nos rodea siempre todo ese placebo? Por una parte, muchos de esos sistemas de creencia tratan necesidades humanas reales que no se presentan en nuestra sociedad. Existen necesidades médicas insatisfechas, necesidades espirituales. Así, es razonable para la gente probar y hurgar en varios sistemas de creencia, para ver si ayudan en algo.
Por ejemplo, tomemos una manía de moda: La canalización
Tiene como premisa, al igual que el espiritualismo, que cuando morimos, no desaparecemos sino que una parte de nosotros continúa. Esa parte, dicen, puede retomar el cuerpo de un humano u otras criaturas en el futuro, y por tanto, personalmente, la muerte pierde mucha amargura para nosotros. Y lo que es más, tenemos la oportunidad, si los argumentos de la canalización son ciertos, de contactar con seres queridos que han muerto.
Hablando personalmente, yo estaría encantado de que la reencarnación fuese cierta. Me encantaría tener una pequeña conversación con mis seres queridos, para decirles cómo están mis hijos y asegurarme de que todo va bien. Eso toca algo muy profundo. Pero, al mismo tiempo, y precisamente por esa razón, sé que hay gente que intenta beneficiarse de las vulnerabilidades de los afligidos.
Pensando mucho sobre formaciones geológicas Uri Geller decía adivinar dónde hay depósitos de mineral o petróleo. Sin embargo, si soy ejecutivo de una compañía de exploración de mineral o petróleo, y mis lentejas dependen de que encuentre minerales o el petróleo, el gastar pequeñas cantidades comparadas a lo que gasta una explotación minera podría tener la tentación de hacerlo. ¿Por qué no lo hacen?
¿Y los OVNI? El argumento de que nos están visitando continuamente seres de otros mundos en naves espaciales lo encuentro muy emocionante. Pero algo que, por el momento, no me cuadra es el porqué se gastan tanto dinero y esfuerzo para contactar con seres de otros mundos cuando, parece ser, nos están visitando.
Continúo con la canalización. Hay una mujer en el Estado de Washington que afirma entrar en contacto con alguien que tiene 35.000 años de edad: Ramtha (quien, por cierto, habla inglés con acento indio).
Si fuera realmente alguien de hace 35.000 años, podríamos aprender mucho de esos tiempos. Por tanto, si Ramtha es realmente alguien de hace 35.000 años, podríamos saber algo sobre ese periodo, o es un farsante y se equivocará. ¿Cuáles son los idiomas indígenas, cómo es la estructura social, cuál es el ciclo de vida, la mortalidad infantil, qué ropas lleva, cuál es su esperanza de vida, qué armas, plantas y animales hay?. Sin embargo, lo que oímos son las homilías más banales, indistinguibles de las que los supuestos ocupantes de los OVNI les dicen a los pobres humanos que afirman haber sido abducidos por ellos.
Ocasionalmente científicos escépticos son retados por los que contactan con extraterrestres invitándoles a preguntar lo que sea. Así que hay una lista de preguntas. Los extraterrestres están muy avanzados, recordemos. Por tanto preguntan cosas como: «Por favor, denme una demostración simple del último Teorema de Fermat o de la Conjetura de Goldbach. Y luego tienen que explicar qué son estas cosas, porque los extraterrestres no las llamarán último Teorema de Fermat…

También sabemos lo cruel que es la verdad a menudo, y nos preguntamos si el engaño no es más consolador.- Henri Poincarè
El científico francés Henri Poincarè hizo una observación sobre por qué la credulidad está tan extendida: «También sabemos lo cruel que es la verdad a menudo, y nos preguntamos si el engaño no es más consolador.»
En resumidas cuentas, nos encontramos con el dichoso placebo. Pero no creo que ésa sea la única razón por la que la credulidad está extendida. El escepticismo desafía a instituciones establecidas. Si se enseña el hábito de ser escépticos, quizá no limiten su escepticismo a los canalizadores de 35.000 años. Puede que empiecen a hacerse inoportunas preguntas sobre las instituciones económicas, o sociales, o políticas o religiosas. ¿Luego dónde estaremos?
El escepticismo es peligroso. Ésa es precisamente su función, en mi opinión. Tiene que ser peligroso. Si un político es entrevistado por unos periodistas valoramos que las preguntas sean inquisidoras y escépticas, de otra forma sería una entrevista a gusto del político de turno.
Quiero decir algo más sobre la carga del escepticismo. Se puede coger un hábito de pensamiento en el que te diviertes burlándote de toda la gente que no ve las cosas tan bien como tú. Esto es un peligro social potencial. Tenemos que protegernos cuidadosamente de esto.
Me parece que lo que se necesita es un equilibrio entre dos necesidades conflictivas: el mayor escrutinio escéptico de todas las hipótesis que se nos presentan, y a la vez, una actitud muy abierta a las nuevas ideas. Obviamente, estas dos maneras de pensar están en cierta tensión. Pero si sólo puedo ejercitar una de ellas, sea cual sea, tengo un problema.
Si sólo soy escéptico, entonces no me llegan nuevas ideas. Nunca aprendo nada nuevo. Me convierto en un viejo cascarrabias convencido de que la estupidez gobierna el mundo. Pero de vez en cuando, una nueva idea resulta estar en lo cierto, ser válida y maravillosa. Si tengo demasiado arraigado el hábito de ser escéptico en todo, la pasaría por alto, y en ningún caso estaría en la vía del entendimiento y del progreso.
Por otra parte, si soy receptivo hasta el punto de la mera credulidad y no tengo una pizca de sentido del escepticismo, entonces no puedo distinguir las ideas útiles de las inútiles. Si todas las ideas tienen igual valor, estoy perdido, ya que no decidiré con criterio.
Algunas ideas son mejores que otras. Es necesario distinguirlas para movernos en este mundo.
Los científicos interiorizan las elecciones:
- Razonan consigo mismos
- Suman nuevas ideas
- Comparan implacablemente.
A veces ocurre que las ideas aceptadas resultan ser erróneas total o parcialmente, o al menos son reemplazadas por ideas de mayor generalidad. La ética colectiva hace que cada vez que una idea así es derribada y reemplazada por algo mejor, se admite que la beneficiada es la ciencia. Suele ocurrir que los científicos admiten su error y cambian su mentalidad no volviendo a salir de sus bocas esa vieja opinión si no plantea respuestas oportunas. No soy capaz de recordar la última vez que pasó algo así en la política o en la religión. Es muy raro que un senador, por ejemplo, responda: «Ése es un buen argumento. Voy a cambiar mi afiliación política.»
En la historia, los cambios en la concepción de ideas como base de conceptos, a veces ha sido drástico.
Debido a la religión, antes de Copérnico, el hombre era el centro del universo. Esa idea le gustaba a muchos porque les daba una posición central en el Universo. El mero hecho de estar en la Tierra te hacía privilegiado. Eso te hacía sentir bien. Luego se probó que la Tierra era sólo un planeta y que los puntos brillantes en movimiento eran también planetas. Decepcionante. Incluso deprimente. ¡Mejor cuando éramos centrales y únicos!
- Pero al menos nuestro Sol está en el centro del Universo. ¿No? Pues no. La realidad es tozuda. No es lo que creamos nosotros. Es lo que es. Esas otras estrellas también son soles, y además estamos en las afueras de la galaxia. No estamos nada cerca del centro de la galaxia. ¿Deprimente?
- Bueno, al menos la Vía Láctea está en el centro del Universo. ¿No? Pues no. Se tardó algo más de tiempo en descubrir que no existe el centro del Universo. Lo que es más, hay millones de galaxias más. Ésta no tiene nada de especial. Completamente deprimente.
- Bueno, al menos nosotros, los humanos, somos el vértice de la creación. ¿No? Pues aparece Darwin con su Evolución y propone que estamos estrechamente relacionados con chimpancés y, de una manera más alejada, con el resto de animales y vegetales.
- Al menos somos las criaturas más inteligentes de todo el Universo. ¿No? Por ahora no sabemos de vida en otros planetas así que, por el momento, nos queda algo especial.
¿Estamos solos en el universo?
Ahora vamos a centrarnos algo más en la búsqueda de inteligencia extraterrestre por radio. ¿En qué se diferencia de la pseudociencia?
A principios de los sesenta, los soviéticos dieron una rueda de prensa en la que anunciaron que una fuente distante de radio sufría variaciones en períodos constantes de unos 100 días. ¿Por qué convocaron una rueda de prensa para anunciar que una fuente distante de radio estaba variando? Porque pensaban que era una civilización extraterrestre de inmenso poder. Eso se merecía convocar una rueda de prensa. Hoy sabemos que esta señal es la producida por un Cuásar. No sabemos muy bien lo que es un cuásar: y existe más de una explicación para ellos. No obstante, pocos consideran seriamente que un cuásar sea una civilización galáctica extraterrestre, porque hay un número de explicaciones alternativas de sus propiedades que son más o menos consistentes con las leyes físicas que conocemos sin evocar a la vida alienígena. La hipótesis extraterrestre es una hipótesis de último recurso. Sólo si falla todo lo demás se acude a ella.
Otro ejemplo.
Científicos británicos encontraron una fuente de radio cercana que fluctuaba en un periodo de tiempo mucho más corto. ¿Qué era? Su primera conjetura fue que era algo como un mensaje que se nos estaba enviando, o un faro de navegación interestelar para las naves espaciales. Incluso le dieron, entre los de la Universidad de Cambridge, el pervertido nombre de LGM-1 (Little Green Men, u Hombrecillos Verdes). Sin embargo no convocaron una rueda de prensa, y pronto se hizo claro que lo que tenían era lo que ahora se llama un Púlsar. De hecho fue el primer púlsar, el púlsar de la Nebulosa Cangrejo. ¿Qué es un púlsar? Un púlsar es una estrella comprimida hasta el tamaño de una ciudad, soportada por las fuerzas nucleares. Es, en cierto sentido, un núcleo atómico del tamaño de una ciudad.
Luego está la cuestión de los falsos positivos. Muchas veces los astrónomos reciben señales que consideran, por un momento, que han captado una señal genuina. Unas veces no se sabe lo que es ya que las señales no se repiten. La noche siguiente apuntan el mismo telescopio al mismo punto en el cielo con la misma modulación y la misma frecuencia y no se oye nada. No publicas esos datos. Puede ser un mal funcionamiento del sistema de detección. Puede ser un avión militar emitiendo en canales de frecuencia supuestamente reservados para la radioastronomía. No se declara inmediatamente que has descubierto inteligencia extraterrestre sólo porque has encontrado una señal anómala.
Y si se repitiere, ¿lo anunciarían? No. Puede ser una broma. Puede ser algo que le pasa a tu sistema y que no eres capaz de descifrar. En cambio, llamarías a los científicos de otros de radiotelescopios y les dirías que en ese punto particular del cielo, a esa frecuencia, modulación, banda, etc. Sólo si obtienen la misma información varios observadores independientes del mismo punto del cielo se piensa que se tiene algo. A pesar de todo, sigues sin saber si ese algo es inteligencia extraterrestre, pero al menos has podido determinar que no es algo de la Tierra. Este es el primer plan de acción que se requiere para asegurarse de que realmente tienes una señal de una civilización extraterrestre.
Hay una cierta disciplina implicada. El escepticismo impone una carga.
En mi opinión, hay muchos lugares donde podría haber vida y me sorprendería que no existiera inteligencia extraterrestre. Pero no hay pruebas de ello. Lo que no voy a hacer nunca es pensar con mis entrañas.
Porque esto no funciona con que uno sienta o no. Algunos dicen que no son supersticiosos, por ejemplo, pero tienen un San Cristóbal en el coche para protegerle.
Prejuicio es hacer un juicio antes de considerar los hechos. Postjuicio es hacer un juicio después de considerarlos. El prejuicio comete injusticias y graves errores. En el postjuicio se pueden cometer errores pero es permisible enjuiciar tras examinar la evidencia.
Lo que mueve a la ciencia es el ansia de descubrir.
Si la ciencia se explicase a la gente de a pie de una manera accesible y excitante, no habría sitio para la pseudociencia. ¿Culpables? Seguro que la propia comunidad científica por no saber transmitir y a los medios de comunicación por no elegir en su parrilla de programación espacios de divulgación científica. Bien es cierto que, últimamente hay programas y cadenas que se dedican a ello. Espero que esto se vea reflejado en un medio plazo y se consiga que la gente piense por sí misma.
Hay mucha más maravilla en la ciencia que en la pseudociencia. Y además, la ciencia tiene como virtud adicional, su rigor.
