Los seguidores del diseño inteligente se oponen al evolucionismo con argumentos disfrazados de ciencia como estrategia para infiltrarse en la enseñanza, tratándose de un argumento religioso. El argumento del diseño inteligente se está difundiendo como si fuera una gran novedad, pero se trata de una idea bastante antigua, pues ya en la antigua Grecia el filósofo Diógenes veía diseño en la regularidad de las estaciones y Sócrates no creía que fuera obra del azar la disposición, cerca de la boca, de la nariz y los ojos. La idea fue formulada como argumento teológico en la era cristiana por Tomás de Aquino, quien afirmaba que existe algún ser inteligente (Dios) que dirige todas las cosas naturales hacia una finalidad.
Cuando la ciencia estaba poco desarrollada y aún no había sido propuesta la teoría de la evolución, los científicos estaban influidos por ideas religiosas. Así, Newton afirmaba que este bellísimo sistema del Sol, los planetas y los cometas, sólo pueden haber surgido de un Ser inteligente y poderoso. Robert Boyle, fue quien introdujo la célebre comparación entre el universo y un mecanismo de relojería. Pero la idea del diseño inteligente fue reformulada por el clérigo anglicano William Paley en su libro Teología natural (1802). Elucubraba que si se encontrara un reloj en el campo, su gran complejidad denotaría una inteligencia, por lo que habría de inferir la existencia de un creador que diseñó su uso, el cual sería Dios.
El argumento del diseño ha sido criticado por los seguidores de Darwin. Esta analogía del reloj con los organismos ha sido muy bien refutada por Richard Dawkins en su libro El relojero ciego (1986) y en otros muchos ensayos. Dawkins ha desarrollado lo que hoy propugnan la gran mayoría de científicos: que la evolución por medio de la selección natural es la que cumple el papel del relojero en la naturaleza y explica la complejidad del diseño biológico sin depender de una entidad sobrenatural.
Mucho antes el filósofo David Hume arguyó contra el diseño ya que no es un criterio válido de prueba o verificación. Además, utilizando el mismo tipo de analogía y, a falta de más datos, se podría llegar a casi cualquier conclusión, diferente de la del teísmo clásico, sobre el origen del universo.
Asimismo, también se podría argumentar lo contrario, que hay mucha imperfección e injusticias y que Dios no se ha manifestado de una forma clara.
La debilidad del argumento del diseño inteligente hizo que fuera abandonado por los teólogos y los nuevos datos aportados por las ciencias naturales han dado lugar entre los cristianos a dos posturas principales. La mayoría acepta la teoría de la evolución desde que a mediados del siglo XX aparecieron gran cantidad de homínidos fósiles y fueron publicados los escritos del paleontólogo jesuita Teilhard de Chardin, considerando el relato bíblico como alegórico y simbólico, si bien consideran que de alguna forma la evolución estaría dirigida por Dios. La otra postura es la defendida por los fundamentalistas, principalmente protestantes y algunos católicos, que aún mantienen la interpretación literal del relato bíblico: creación reciente en seis días, Adán y Eva, diluvio universal, etc.
Estos adoptan una estrategia de confrontación, consideran a la Biblia como si fuera un libro científico y se autodenominan creacionistas científicos. Los creacionistas han impedido por ley la enseñanza de la evolución en las escuelas de EEUU durante más de 40 años, pero finalmente las leyes han sido
derogadas y han perdido la batalla legal. Ante el fracaso de intentar imponer la enseñanza de unas ideas tan arcaicas, que contradicen los datos científicos, ha surgido la estrategia del diseño inteligente.
EL DISEÑO INTELIGENTE EN EEUU
Uno de los pioneros del moderno movimiento del diseño inteligente en EEUU es Charles Thaxton quien escribió un libro titulado El Misterio del Origen de la Vida (1984) sobre la evolución química, sugiriendo un diseño inteligente en la naturaleza y señalando errores en el darwinismo. El argumento principal del libro es que la molécula de DNA, de diseño elaborado y complejo, es un mensaje codificado en una doble hélice y que es una inteligencia la que ha creado ese mensaje.
Uno de los libros más relevantes de este movimiento es La caja negra de Darwin. El reto de la bioquímica a la evolución (1996), escrito por el católico Michael Behe, bioquímico de la Universidad de Lehigh, quien argumenta que la vida es irreductiblemente compleja. Según Behe, en la naturaleza hay muchos ejemplos, especialmente a escala celular y bioquímica, lo que indicaría un diseño inteligente y la necesidad de una entidad sobrenatural.
Otro de los proponentes del movimiento es Willian Dembski, teólogo y matemático, quien recientemente ha publicado el libro, The Design Inference: eliminating chance through small probabilities (1998), empleando lógica simbólica y matemáticas para argumentar a favor del diseño en la naturaleza y, más recientemente, ha publicado otro libro, Intelligent Design: the bridge between science and theology (1999). Los libros de todos estos autores están llenos de débiles analogías que no prueban la existencia de un diseñador inteligente.
Ahora bien, el más prominente portavoz y estratega del diseño inteligente es Phillip E. Johnson, que puede considerarse el fundador del movimiento. Este abogado ha escrito muchos libros, tales como Darwin on Trial (1991), Reason in the Balance (1995), Defeating Darwinism (1997), Evolution as
Dogma (1990), Darwinism: Science or Philosophy (1994), Objection Sustained (1998), The Wedge of Truth (2000), The Right Questions (2002). Algunos de estos libros han sido muy vendidos y traducidos a distintos idiomas y, junto con los videos que también comercializa, su ideología parece ser un gran negocio.
En estos libros, critica el mecanismo evolutivo con muchos de los argumentos empleados por los creacionistas y condena el hecho de la evolución naturalista, la cual sería muy perniciosa por ser materialista y atea, pero no presenta ninguna alternativa científica, ya que no es un científico sino un abogado. Johnson ha sido profesor de Derecho de la Universidad de California en Berkeley, está actualmente retirado y es considerado el padre del diseño inteligente, pues ha manifestado que la estrategia del movimiento es introducir en las escuelas y en el mundo académico el tema del diseño inteligente.
Para ganar afirma que hay que sacar la Biblia y el Génesis fuera del debate y formular los argumentos de modo que suenen aceptables en el mundo académico. Johnson considera que los creacionistas “científicos” han perjudicado la causa, dando la impresión de ser dogmáticos, fanáticos e irracionales. Por el contrario, su nueva estrategia pretende mostrar que los dogmáticos son los científicos, que habrían convertido la evolución en una nueva religión estatal, que no sería más que una simple teoría y que aún no estaría probada.
Johnson junto con Behe y algunos otros teístas, con ideas que varían desde cristianos conservadores a filósofos teístas sin religión, organizaron la primera conferencia anual del movimiento de diseño inteligente logrando reunir a cerca de 200 «científicos» y eruditos. Muchos de los ponentes aceptan el hecho de que la vida evolucionó a lo largo de millones de años desde simples formas unicelulares y su batalla es sólo contra la noción de que la evolución ocurrió sin estar dirigida por Dios. Sin embargo, muchos de los asociados al movimiento son creacionistas «científicos» tales como Paul Nelson y Nancey Pearcey, los cuales son fundamentalistas que defienden que la Tierra fue creada tal y como se narra en el Génesis. El común denominador del movimiento es que ha de existir un diseñador inteligente de la complejidad y que el darwinismo, entendido como que la evolución opera solamente a través de mutaciones aleatorias y de la selección natural, ha muerto.
En EEUU el creacionismo tiene muchos seguidores, ya que según las encuestas casi la mitad de la población cree que Dios lo creó todo muy recientemente, hace tan solo menos de 10.000 años y, consecuentemente, también tiene el apoyo de los políticos más conservadores.
Así son bien conocidas las declaraciones a favor del creacionismo de los presidentes republicanos Ronald Reagan y George Bush. El nuevo movimiento continúa la batalla de intentar imponer por ley la enseñanza del creacionismo en las escuelas, ahora con el diseño inteligente como si fuera una teoría científica.
Esto ocurre porque en EEUU existe separación entre Iglesia y Estado, y la Constitución prohíbe la enseñanza de la religión en las escuelas públicas. En noviembre de 2005 han tenido un gran éxito legal imponiendo la enseñanza en las escuelas del Estado de Kansas de las ideas básicas del diseño inteligente, pero los creacionistas han tenido también un rotundo fracaso en diciembre de 2005, ya que un tribunal dictaminó que el concepto de diseño inteligente que proponen como alternativa, no puede enseñarse como ciencia en las escuelas públicas de Pensilvania.
Durante seis semanas, el tribunal escuchó a testigos de ambas partes en un juicio seguido en todo EEUU. En el extenso dictamen se afirmaba: «se ha encarado la cuestión de si el diseño inteligente es ciencia y hemos llegado a la conclusión de que no lo es. Los proponentes del diseño inteligente sólo han tratado de disfrazar bajo una supuesta teoría científica sus creencias religiosas de que Dios creó la vida».
EL CREACIONISMO EN EUROPA
En Europa, el creacionismo americano ha llegado principalmente a través de las sectas fundamentalistas: Testigos de Jehová, Mormones, etc., si bien existen algunas sectas autóctonas de católicos fundamentalistas que han tratado de imitarles, tales como el CESHE en Francia y Bélgica. La nueva ola creacionista también está llegando y teniendo una cierta influencia como lo demuestran algunos incidentes.
En Italia en febrero de 2004 el Gobierno de Silvio Berlusconi por decreto ley excluyó el evolucionismo de la enseñanza a los alumnos de 13 y 14 años, pero pronto tuvo que rectificar ante la avalancha de protestas. En Servia la ministra de Educación tuvo que dimitir tras rechazar la teoría de la evolución en sus declaraciones a un periódico y proponer que en las escuelas se enseñara en la misma proporción lectiva el creacionismo.
En mayo de 2005 la Ministra de Educación holandesa comentó favorablemente el diseño inteligente, afirmando que la teoría de la evolución no está completa y que es necesario un debate amplio sobre su enseñanza en las escuelas y universidades ahora que los musulmanes también rechazan la teoría de la evolución.
Por otra parte, los creacionistas americanos han buscado el apoyo explícito del Vaticano y el cardenal de Viena, Christoph Schönborn, considerado próximo al actual Papa Benedicto XVI, afirmó en The New York Times en 2005 que el Vaticano sólo puede aceptar una evolución dirigida por algún tipo de propósito o inteligencia superior. El nuevo Papa, el conservador Ratzinger, no ha desautorizado a Schönborn, si bien un portavoz jesuita del Vaticano ha afirmado que el diseño inteligente no es ciencia aunque lo pretenda y ha acusado a Schönborn de enturbiar las relaciones entre la Iglesia y la ciencia.
El creacionismo también llega a España a través de las sectas fundamentalistas americanas como ocurre en todos los continentes. En Barcelona existen algunos grupos que difunden por los medios de comunicación el creacionismo. Además, existe un Servicio Evangélico de Documentación e Información, cuyo promotor, Santiago Escuain, se dedica a traducir la bibliografía creacionista de los fundamentalistas americanos.
Tradujo el libro de Phillip Johnson Proceso a Darwin (1995) para uno de los pocos debates que se han celebrado en España. Este debate tuvo lugar en una enorme carpa situada en la ciudad universitaria de Madrid donde asistieron unas 600 personas. La asociación IUVE, subvencionada por la Universidad Complutense, logró reunir a los principales creacionistas y a algunos científicos evolucionistas, tales como Stanley Miller y Joan Oró. También fue invitado Francisco J. Ayala para debatir con Johnson, pero no pudo —o no quiso— venir. La conferencia de Johnson titulada Mito y base científica de la hipótesis darwinista, versó sobre los argumentos antievolucionistas de su libro que había sido muy vendido en EE UU. Sus argumentos se basan principalmente en afirmaciones de científicos sacadas de contexto y en interpretaciones no plausibles de los datos científicos.
En España, existe poco debate porque la religión católica predominante se ha acomodado al evolucionismo, tratando de integrar los datos científicos y religiosos. Muchos científicos después de la guerra civil española eran seguidores del finalismo de Teilhard de Chardin y trataban de integrar los
datos científicos y las ideas religiosas, pues el finalismo no atacaba la teoría de la evolución a diferencia del diseño inteligente que la ataca ferozmente. Algunos como el profesor Indalecio Quintero, en su artículo Adán y Eva fueron verdad (1986) en la revista Conocer, realizaron una integración de tipo extremo, tratando de identificar a las especies de homínidos con personajes bíblicos. Actualmente, la mayoría de los científicos evolucionistas españoles no son religiosos y los que lo son tratan de encontrar vías de diálogo entre ciencia y religión. En España la evolución es aceptada con muchas reticencias por los sectores del Opus Dei que constituyen la versión autóctona del creacionismo fundamentalista. En este sentido, en 1988 el profesor Rafael Jordana afirmaba que es el alma humana quien gobierna pasivamente —utilizando los mismos medios de la selección natural— el propio destino morfológico del hombre. Asimismo, el doctor José Alcazar Godoy, en un libro titulado Cuando Adán salió del Paraíso (1988), recomienda intentar conjugar armónicamente toda la ciencia paleoantropológica con todas las verdades transmitidas por el Génesis.
Sin embargo, Mariano Artigas, uno de los ideólogos más destacados del Opus Dei, en su libro Las Fronteras del Evolucionismo (2004), cuestiona algunos aspectos del evolucionismo y marca unos límites muy estrechos a la ciencia, afirmando que si el evolucionismo pretende dar respuesta a los interrogantes básicos de la existencia humana se convierte en una ideología seudocientífica idea que viene defendiendo en sus libros desde hace muchos años. En todo caso son los religiosos quienes hacen pseudociencia cuando tratan de manipular la evolución de una manera creacionista, pues los científicos se limitan a investigar y ocasionalmente a defender nuestro campo de los ataques antievolucionistas. De todas formas, los científicos también tienen una base sólida para evaluar qué hay de cierto en las afirmaciones religiosas. En este sentido, si no fuera por los descubrimientos científicos sobre el origen de la Tierra y la evolución de los organismos, todos los cristianos aún estarían predicando la creación en seis días, Adán y Eva y el diluvio universal.
La editorial EUNSA de Pamplona, además de los libros de Artigas, ha publicado otros titulados: Tras la evolución (1999), Agonía del cientificismo (1999), El evolucionismo y otros mitos (2004) del profesor de filosofía de instituto Carlos Javier Alonso, quien veladamente cuestiona muchos aspectos de la teoría evolutiva.
Por tanto, los creacionistas del Opus Dei tienen una estrategia de ataque al evolucionismo muy sutil, creando una serie de interrogantes para cuestionar la validez de la teoría evolutiva. A pesar de que la jerarquía católica española procura no atacar al evolucionismo, el obispo auxiliar de Oviedo, Raúl Berzosa, ha interpretado conflictivamente los hallazgos paleontológicos y arqueológicos en su libro Una lectura creyente de Atapuerca. La fe cristiana ante las teorías de la evolución (2005) y ha comparado al codirector de Atapuerca, Eudald Carbonell, con una «célula cancerígena» durante la presentación de su libro. Además, en una conferencia posterior ha apoyado el diseño inteligente al afirmar que es imposible todo el desarrollo de la vida sin que una mente inteligente lo haya ordenado, pues existe un «guionista» que ha escrito la historia de la evolución del universo y del hombre. Este obispo parece manifestar lo que otros religiosos ultraconservadores no se atreven a afirmar y da una idea de la gran afinidad entre el movimiento de diseño inteligente y la ideología de ciertos religiosos españoles.
CONCLUSIONES
El diseño inteligente es un movimiento religioso, que cuando se disfraza y pretende ser enseñado como si fuera ciencia, se convierte en pseudociencia. El argumento del diseño no es un criterio válido ni científico. La teoría de la evolución es un hecho tan bien probado como pueda ser que la Tierra es redonda y gira alrededor del Sol, y lo que aún se discute son detalles del mecanismo evolutivo. La narración bíblica de la creación no concuerda con la historia de la Tierra y la evolución de los organismos documentada con numerosos datos biológicos, geológicos y paleontológicos. Sin embargo, existen científicos que no aplican la teoría de la evolución con todas sus consecuencias, teniendo una postura agnóstica. En España el movimiento del diseño inteligente no tiene ninguna influencia en el ámbito científico y resulta insignificante e innecesario en el ámbito religioso, porque es un país con una sociedad bastante creacionista, pues en la época franquista se enseñaban los mitos creacionistas como si fueran hechos históricos.
