En un principio pensé limitarme a exponer la imagen y traducir el texto que aparece en ella. Pondría un Sin palabras y así dar lugar a una libre interpretación de la imagen y quizás «mover» la inteligencia del lector para que lo interprete: Quizás fuera así como eran tan prestigiosos personajes o, quizás, sólo era un despiste del pintor. ¿Dios embarazado?
Se dice que cuando Miguel Ángel pintaba la Capilla Sixtina le preguntó al papa por esta cuestión: Si Adán y Eva tenían ombligo. Si Dios los creó desde una placenta. El papa le dijo que no, pues «No nacieron de madre alguna, y no tenían por qué tener ese defecto en el cuerpo», pero días después, corrigió y le dijo que sí, ya que «Todos fuimos creados a imagen y semejanza de dios y como Jesucristo nació de una madre tenía ombligo, por lo tanto, Adán y Eva, lo tenían»
Finalmente el asunto se resolvió en un Concilio dictaminando que Adán y Eva SÍ tenían ombligo. (Pueden imaginarse qué situación tan ridícula: Los sesudos obispos y la curia Vaticana discutiendo semejante «gilipollez» sobre un libro de cuentos y leyendas)
Pero no. No es así. El tema tiene mucho de que hablar. Pero sólo deseo en esta entrada exponer una reflexión y que los lectores «hablen» consigo mismos y, si lo desean, lo expongan como comentario.
Que el pintor reproduzca en sus figuras de Adán y Eva con sus respectivos ombligos es el obvio reflejo de la actitud de los creyentes ante su misma religión: es un acto irreflexivo que un día le contaron, enseñaron y digirieron y no hay más que decir. Pero si realmente indagaran en lo que siguen como camino a su posible «salvación» se darían cuenta de que no hay más que incongruencia sobre incongruencia sólo ligada con tradición y miedo a descubrir que es una farsa su base emocional.
Dios con dolores de parto
¡Es que este pintor que expone a Adán y Eva en el Edén no se da cuenta que el ombligo no tendría que existir ya que Dios no tiene placenta! (Por lo menos no nos describe la Biblia a Dios con sus correspondientes dolores de parto)… Pero ¡Hay tantos y tantos contrasentidos que los creyentes deberían plantearse si están apostando por un engaño! Por un autoengaño, que es aún más sangrante.
Y no son sólo incongruencias como la que ilustra esta entrada. Es que son incongruencias de base.
- ¿Es que creen que alguien o algo les ayuda porque se lo pidan?
- ¿Es que creen que la Biblia fue escrita por inspiración divina y no por hombres con intereses concretos?
- ¿Es que creen que hay vida tras la muerte?
- ¿Es que creen que existe esa justicia divina por encima de la justicia humana?
- ¿Es que…?
¡Hay tantos «Es que…» que no llego a entender cómo desean continuar con el autoengaño!
Unos por no mover sus cimientos vitales, otros por dejar inmóvil la tradición, otros por inseguridad personal que les hace abrazar lo que sea y sienta que otros están en el mismo barco y, finalmente, los que están por negocio.
