Desde siempre, los creyentes me han transmitido que yo, como ateo, tengo una desgracia muy grande y que ese estado, nada recomendable, se me pasará cuando encuentre «el camino». Sin embargo entiendo que los que realmente están fuera de lugar son los millones de creyentes. Y esa es una de las razones que me han llevado a escribir este blog. ¿Cómo es que la evidencia de que Dios es una invención humana, no lo creen tantos y tantos millones de personas que creen en él?
Me resulta tan, tan evidente la no existencia de Dios que, dejemos a un lado las falsas modestias, me siento «privilegiado»
¿Por qué Dios se preocuparía de conseguirte a ti un empleo, o de complacerte cualquier banalidad de tu vida mientras desprecia a millones de plegarias de niños que mueren por hambrunas? ¿Por qué desde hace siglos las personas rezan por la paz sin obtener resultado alguno? ¿Por qué un Dios amoroso y omnipotente diseñaría una naturaleza tan sanguinaria y cruel en la que los leones no tienen más alternativa que estrangular gacelas? ¿Cómo explicar la existencia de la muerte súbita, el virus ébola, los tornados, los terremotos y tantas otras calamidades y desastres, si la naturaleza ha sido supuestamente diseñada por un Dios misericordioso?
Los creyentes elaboran sus propias explicaciones pero, en lugar de pensar racionalmente, hacen disparatadas piruetas mentales. Todo con el fin de evitar incómodas realidades. Por puro razonamiento, no me fiaría de un mundo en donde la mayoría de sus habitantes justifican su vida en una ilusión falsa. Un ser ajeno a este mundo lo vería, como mínimo, extraño. Los creyentes, cuanto tienen una atisbo mínimo de racionalidad lo califican como que se han desviado del camino, cuando realmente, lo que han hecho ha sido encontrarlo.
Los egipcios construían pirámides y momificaban a sus faraones y los aztecas, como ritual, extraían el corazón de una virgen y se lo comían. No conseguían absolutamente nada. ¿O sí? ¿Saben los católicos que cabe la posibilidad que la vida eterna se consiga engullendo vísceras de vírgenes vestales?
Los musulmanes rezan en dirección a La Meca y los mormones evitan tomar café porque dicen que es pecado. Cada cual tiene su «manía» que la practican porque entienden que esa es la manera de conseguir su salvación, pero no realizan las «manías» de otros porque no las entienden como salvadoras del alma.
Dicen rezar porque se comunican con Dios cuando sólo ejercen un rito supersticioso. ¿Me fiaría de una persona así?. El espejismo de la religión remplaza nuestros pensamientos racionales con mitología absurda y nociva haciendo que, por ejemplo, muchos cristianos creen que, en breve, se producirá el fin del mundo y, como ellos entienden que lo están haciendo bien y serán recompensados y los otros, los equivocados desaparecerán…. ¿Confiaría en un gobernante norteamericano que nos gobierne con esas proposiciones?.
El espejismo de la religión ha imposibilitado, a lo largo de la historia, que el conocimiento humano avance hacia soluciones eficaces que dan respuesta a los mitos religiosos. Si las cosas funcionan de forma que desconocemos, la religión propone: «No se preocuparos, Dios lo hizo así». Mientras los científicos se afanan buscando curar enfermedades o mejorar las condiciones de vida de las personas, la religión propone, en su lugar, rezar.
Cuando se piensa de una forma crítica y racional sobre la religión ésta se cae como un castillo de naipes y sólo podemos llegar a una única conclusión: Como el Ratón Pérez o Santa Claus, Dios es una superstición. Es necesario prescindir de argumentos racionales para ser creyente. ¿Ejemplos?
¿Qué creen los creyentes mormones?
A un hombre se le aparece un ángel y le habla de unos discos de oro en una montaña. Este ángel le ayuda a descifrarlo y luego esos discos van al cielo. Afirma este individuo que los judíos vivieron en USA en los tiempos de Jesús y que construyeron grandes ciudades.
¿Qué piensas de esto? Seguro que los creyentes católicos dirán que es ridícula, aunque ellos están tan errados como los mormones sólo que con otra historia distinta e igual de ridícula.
No existe evidencia de que los judíos hayan vivido en USA desde el año 600, no hay ruinas de esas supuestas ciudades. Sólo lo creen unos porque unos discos que subieron a los cielos lo decía. El señor Smith quiso hacer una religión made in USA y, qué mejor para los americanos que Jesús se «hiciera las américas».

Mitt Romney fue candidato republicano a las elecciones norteamericanas de 2012
Un ángel mágico, discos mágicos y mágicas desapariciones. Esta historia es falsa y todos podemos darnos cuenta de ello clara y fácilmente. Lo increíble es que hay millones de personas que de verdad creen que es cierta. Incluso un candidato a la presidencia de los Estados Unidos está convencido de ello…. ¿Te fiarías de alguien así al mando de la primera potencia mundial con capacidad para una destrucción total?. Son los mormones y la persona que contó la historia de los disco era un tal Joseph Smith. Para ellos, esta historia es completamente real. Podrán responder a todas las cuestiones que les hagas. «¿Qué dónde están las ruinas y los artefactos de esa supuesta civilización judía? – En algún lugar, pero todavía no se ha encontrado»
Un iluso es una persona adulta que cuenta ensueños o les da crédito fácilmente. Esta definición describe muy bien a los creyentes. Viven en una burbuja en la que esta historia falsa la hacen cierta, rechazando la lapidaria evidencia que la echa por tierra. Sólo una persona ingenua e ilusa podría creer que la historia mormona es cierta y quienes vivimos fuera de esa burbuja podemos verlo con claridad: Los mormones están desvarían.
¿Qué creen los creyentes musulmanes?
Otra historia de fantasía:
Un hombre estaba en una cueva y un ángel se le apareció. El ángel le dijo que él sería el mensajero de Dios. Una noche, se le apareció en un caballo mágico. El hombre se subió y el caballo con alas lo llevó a Jerusalén. Luego, el caballo lo llevó al cielo donde conoció y habló con la gente estaba allí. Continuó recibiendo revelaciones de Gabriel durante 23 años y todas fueron registradas en un libro.
¿Qué piensas de esta historia? Sin duda no tiene sentido y sólo lo tiene para los musulmanes. Los sueños, el caballo, el ángel, la ascensión y las apariciones del ángel son ridículas pero los musulmanes lo creen y, nada más y nada menos, esta religión la practican 1.000 millones de personas. ¿Un caballo volador que fue al cielo? Eso es imaginario. Tan imaginario como los renos voladores de Santa Claus.
Tómate un momento para considerar una vez más las historias Mormona y Musulmana. ¿Por qué es tan fácil para ti darte cuenta de que no son más que cuentos de hadas? Pues porque estas historias involucran cosas mágicas, como caballos voladores, alucinaciones, sueños. Nada de eso es real y, sin embargo, para los musulmanes, esta historia falsa es cierta. Viven en una burbuja donde rechazan las evidencias que la echan por tierra. Habría que vivir fuera de esa burbuja para verlo con total claridad.
Los musulmanes desvarían.
¿Qué creen los creyentes cristianos?
Pues otro ángel se le apareció a una joven virgen y le dijo que pariría a Dios. La inseminó mediante un espíritu que, en realidad, también era Dios. Ese hijo nacido, que a su vez también era el mismo Dios, multiplicó panes, convirtió agua en vino y resucitó. Luego ascendió al cielo, pero está entre nosotros, en todas partes y al mismo tiempo.
¿Crees esta historia? si eres cristiano, sí. Los 4.000 millones de personas que no son cristianas ven esta historia errada. ¿Cómo saben los no-cristianos que la historia de Jesús es imaginaria? Porque es igual a todos los otros inventos: hay un ángel mágico, inseminación mágica, milagros mágicos, resurrección mágica y ascensión mágica. Nadie fuera de la burbuja cristiana cree en la divinidad de Jesús, ni en sus milagros, ni mucho menos en su resurrección.
¿Por qué los creyentes pueden detectar los cuentos de hadas tan fácil cuando éstos provienen de otras religiones, pero, cuando provienen de la propia están tan ciegos? ¿Por qué, tú cristiano, rechazaste rápidamente las historias mormona y musulmana, pero, cuando te tocan la tuya, que es tan imaginaria como las otras, simplemente la crees? Intenta sólo por un momento mirar la cristiandad con el mismo escepticismo. ¿Hay alguna razón para creer que Jesús realmente realizó esos milagros, resucitó y ascendió al cielo?
No hay más razón para creer en esto que para creer que Smith encontró los discos o que Mahoma cabalgó sobre un caballo volador. No hay evidencia alguna para nada de lo que se dice pero para los cristianos, esta historia fantasiosa es cierta. Al igual que mormones y musulmanes, los cristianos viven en su propia burbuja de ilusión, rechazando la terca evidencia que la echa por tierra. Cualquier persona racional lo ve con claridad:
Los cristianos también desvarían.
Ir por la vida creyendo una mentira es algo malo en sí mismo. La mayoría de los creyentes pasa parte importante de su tiempo rezando, convencidos de que, al hacerlo, esto les ayudará de algún modo, cuando en realidad, las personas que practican supersticiones imaginarias como la oración pierden totalmente su tiempo. Hablar con Jesús o Alá equivale a hablar con un amigo imaginario. Creer que se habla con seres imaginarios es estar delirando.
Sí es cierto que algunos de los valores representados por algunos líderes religiosos han inspirado a muchos a actuar de una manera social responsable, tampoco es menos cierto que ha habido otros tantos cuyas influencias y diferencias religiosas han sido la causa principal de muchas guerras. Las religiones y sus Dioses han instigado la persecución, abusos, conflictos armados y muchos otros hechos sangrientos. Si bien grupos armados defienden causas diversas, cada vez es más común que el móvil sea la religión. El Jefe de Estado de una nación recibió la siguiente amenaza de un grupo terrorista:
No somos unos locos ni tenemos ansias de poder. Estamos al servicio de Dios y por eso es que nuestra postura es tan inflexible.
- Revista ¡Despertad! Edición de junio de 2011: Terrorismo, ¿por qué? ¿hasta cuándo?
Las creencias religiosas pueden ser muy perjudiciales. Muchos ofrecen sus vidas a cambio de la recompensa en el cielo, cuando en realidad, el cielo es un lugar imaginario.
Hoy, miles de personas en naciones teocráticas como Irán o Afganistán son condenadas a crueles, sádicos y abominables castigos por supuestos «crímenes» contra Dios, en virtud de leyes religiosas como la Sharia, las cuales carecen de cualquier sustento racional. Hombres y mujeres son salvajemente mutilados por sentir inclinaciones naturales hacia las personas «incorrectas», por consumir alcohol o, incluso, por cosas tan triviales como los dibujos animados.
Las leyes religiosas como la Sharia restringen los derechos humanos más básicos de las personas. La sola existencia de un gobierno basado en la religión es completamente incompatible con la libertad y dignidad de las personas, especialmente las mujeres. Este es un ejemplo extremo de lo corrupto y contraproducente que puede ser para nuestras sociedades continuar observando los crueles e inhumanos caprichos de nuestros imaginarios Dioses.
Toda religión es, en realidad, una superstición investida en un halo de teológico. La religión convence a las personas de que hay fuerzas mágicas más allá de la física interactuando y produciendo cambios en nuestro mundo. Continuar con estas irracionales creencias nos ponen a todos en peligro, ya que generan patrones de conducta sin sustento, afectando negativamente los resultados que obtenemos como sociedad.
Las personas que creen en Dios lo hacen motivadas, principalmente, por la influencia que sobre ellas ejerce el entorno en el cual fueron criadas. Es decir, fueron condicionadas desde su infancia para creer que existe un ser que vive en el cielo y que lo sabe y puede todo. Las personas no se vuelven creyentes con base en la razón o el método científico, sino que han sido sistemáticamente condicionados desde niños para aceptar una idea sin pruebas, rechazando la evidencia científica.
Si las personas reflexionaran detenidamente sobre su religión, en lugar de estar saliendo al paso con caprichosas interpretaciones; si las personas leyeran de forma racional la Biblia, en lugar de limitarse sólo a leer los pasajes convenientemente escogidos por sus pastores o sacerdotes, se darían cuenta fácilmente de las garrafales contradicciones que contiene y llegarían a la única conclusión posible:
La religión no es más que un cuento de hadas autoservicio, inventado por nuestros ignorantes y primitivos antepasados.
Arcaicos textos mitológicos como la Biblia o el Corán son totalmente anacrónicos. Es hora de que utilicemos nuestra inteligencia para librarnos de esta farsa. Es tiempo de que comencemos a pensar como seres racionales del siglo XXI en lugar de seguir aferrándonos a los amigos imaginarios y las fantasías infantiles del pasado. Vivimos en un mundo de leyes predecibles donde la razón, la lógica y la investigación científica nos llevan a resultados reales y generan cambios en nuestras vidas. En el mundo tecnológico y científico actual ya no existe base alguna para que las actividades humanas y sus consecuencias sean influenciadas por la superstición, los mitos y las prácticas rituales arcaicas irrelevantes de la religión.
Si piensas racionalmente sobre tu fe, verás que no es un más que un cuento de hadas. Si reflexionas sobre ella, su espejismo se volverá obvio para ti. Hazte estas preguntas:
- ¿Por qué todas las investigaciones sobre la eficacia del rezo demuestra que es completamente inútil?
- ¿Cómo es que yo, siendo una persona racional, puedo tener otra concepción y estar tan convencido de tener la idea de que no existe una vida más allá de la muerte, por ejemplo?
- ¿Por qué habría yo de creer en un ser llamado «Dios» para el cual no existe absolutamente ninguna evidencia?
Como señalé al comienzo, mi intención es que reflexiones racionalmente y te des cuenta de tus disparatadas creencias. Te invito a reflexionar, en forma racional, sobre la fe. Al hacerlo, tu castillo de naipes se caerá, y ya no tendrás necesidad de seguir autoconvenciéndote con enmarañadas e ilógicas interpretaciones. Verás lo absurdo que resulta seguir justificando lo irracional con rebuscadas e irracionales excusas.
La burbuja de superstición que te rodea y condiciona desde tu infancia se romperá y podrás ser una persona racional de siglo XXI, libre de tu espejismo y su influencia contraproducente.
¿Estás dispuesto a ello?
