¡Nuestro Rouco! ¡Qué haríamos sin él! ¡Tiene cada ocurrencia!
La verdad es que el hombre está en su lugar: defender sus intereses. Y para ello, como cualquier político de turno no importa que lo que diga no sea cierto o no diga toda la verdad.
Ya llevamos tiempo, con esto de la crisis que nos inunda, escuchar que el número de parados no para de crecer y muchos de ellos ya pasan a ser de larga duración o que hay familias cuya totalidad de sus miembros están en esta situación. Esto hace que muchos ya utilicen los servicios dados por las organizaciones benéficas para poder, simplemente, llevarse un bocado que calme su hambre.
Es de alabar y agradecer la fantástica labor que hacen todas las entidades benéficas y, claro, la más destacada de todas ellas es Cáritas. Sí. Si en este blog tengo la intención de ser razonable he de decir las cosas como son y, aunque esta entrada increpa a la Iglesia y a nuestro valeroso señor Rouco, al mismo tiempo defiendo los intereses de Cáritas. ¿Puede ser esto así?
Sin duda admiro a Cáritas
Como suele ser normal en mi. No me quedo con lo primero que creo, sino con lo que puedo evidenciar. Si fuera así no me hubiera cuestionado las tradiciones y estaría aún en la oscuridad de la religión. Así que indagué sobre cuál es la financiación de Cáritas.
Hay dos confusiones muy extendidas entre los contribuyentes españoles sobre qué pasa con su aportación del 0,7% de la casilla de la declaración de la renta: al marcar la casilla de la Iglesia, la aportación NO va a Cáritas ni a ninguna otra ONG de la Iglesia. Para aportar dinero a Cáritas del IRPF realmente hay que marcar la casilla de «Fines sociales». Ellos mismos lo reconocían este año pidiendo que se marcaran ambas casillas. La segunda confusión es comparar el marcar esa casilla con «lo estoy pagando de mi bolsillo»: esto no es cierto ya que en ningún caso se nos descuenta nada más por marcar una o ambas casillas.
Como este estado de confusión favorece los intereses de la Iglesia, pues para qué menearlo. El sr. Rouco se dirá, «vamos a aprovecharnos de ello». Así que ahora que se insinúa que los bienes de la Iglesia que no están destinados a culto sino que son negocio, pues han de pagar sus impuestos como cada hijo de vecino. Entonces, muy listo él, nuestro Rouco dice:
La Iglesia está dentro de la legislación general
Por lo que no
Tendrá ningún problema en pagar si así lo establece la ley
Aunque ha señalado que ese desembolso podría afectar a «otras actividades» como la desarrollado por Cáritas, aunque en este punto ha confiado en la «generosidad de los fieles» para mantener la actividad solidaria. ¡Muy bien Rouco! Amenazando con hacer desaparecer algo que hace creer que la Iglesia es el principal benefactor. Y no es así.
Cuando escuchamos la publicidad de la Iglesia Católica para que pongamos la crucecita en el lugar destinado a la Iglesia aparecen imágenes de ayuda a los demás… En la mente de todos aparece de forma inmediata la labor de Cáritas. Pues a esta ONG se le financiaría mejor marcando la otra casilla. Luego Rouco va contra los intereses de la propia organización con tal de beneficiar a su Iglesia.
La partida de dinero público que va al Fondo Común Interdiocesano por IRPF, son el 94% de los fondos disponibles para sus presupuestos anuales.
Descarga Libro Conferencia Episcopal
¿Cuánto de esto se destina a Cáritas? Como veremos abajo, como mucho dos millones de euros en 2008. El grueso del presupuesto, sobre un 60%, se destina a pagar el sueldo de los 20.000 sacerdotes seculares (incluyendo el pago de su Seguridad Social como debe hacerse con cualquier trabajador). Sinceramente, no sé cuánto se aporta directamente a ONGs o beneficencia porque no encuentro una partida con ese concepto en sus presupuestos.
Pero, curiosamente, en el libro de la Conferencia Episcopal sobre la financiación de la institución se muestra la labor de Cáritas como ejemplo del ahorro que la Iglesia supone para el Estado al realizar tareas de apoyo a las clases desfavorecidas. Pero no menciona de dónde se financia Cáritas, pudiendo el lector confundirse y asumir implícitamente que es la Iglesia quien financia la ONG.
Y ahora, paso a los datos.
Como podéis ver, la Iglesia, como institución, no aparece. Es chocante que entre tanta transparencia, no se diga claramente cuánto aporta. Asumiré que es solo mi ignorancia y que el «Fondo Interdiocesano» y los «Organismos diocesanos» sí que sean fondos aportados de alguna forma por la Iglesia. Ello solamente sumaría un 0,15% + 0,76% = 0,91% de los ingresos. Los bancos y cajas de ahorro aportan cuatro veces más.
La Iglesia entregó a Cáritas un 1% de su presupuesto, cantidad que eso sí, en 2012 aumentó hasta el 2% del presupuesto de la ONG.
Cáritas está soportado por aportaciones de gente que se siente parte de la iglesia (comunidad, que no institución). Pero ese argumento chocaría con la idea preconcebida de que financiar la Iglesia (institución) es fundamental para mantener la de Cáritas, como a la Iglesia conviene que se crea, ya que aparentemente su aportación económica es casi insignificante.
Agrupando por la naturaleza de los ingresos, entre públicos (ayuntamientos, Comunidades Autónomas, el Estado y la Unión Europea), privados y de la Iglesia, el reparto queda así:
Como he dicho al inicio de la entrada, la labor de Cáritas es encomiable y su ayuda a toda esta gente necesitada de auxilio, encuentra en esta organización todo un apoyo fundamental.
Dicho lo dicho, y siendo cierto, no puedo dejar de hacer destacar la amenaza velada y la mentira institucionalizada que provoca la figura del Arzobispo de Madrid con sus declaraciones, hace que la mentira sea, de nuevo, parte fundamental de la Iglesia Católica.
