Ha pasado la Semana Santa. Una semana grandiosa porque año tras año, viendo las distintas procesiones y los participantes en ella, hace que mi ateísmo se muestre orgulloso. En esta semana siento un gran orgullo de no ser uno de esos «llorones de maderos».
Mi (¿futura?) nuera, que es medio francesa y medio holandesa ha ido a ver, como curiosidad, semejante muestra de pasión católica y su reacción es de los más normal:
– Es curioso y ridículo a la vez
No puedo evitar darla mi aplauso por definir tan certeramente el comportamiento de miles de personas en estas fiestas.
¡Y pensar que el cristo que adoran no sería tal cristo sin la imaginación de Pablo de Tarso!
Jesús fue uno más de los muchos pequeños «revolucionarios» contra el poder de Roma en su tierra. Sin embargo, San Pablo le dió poderes de mito sin siquiera conocerlo, es más, el libro que mejor habla de Jesús fue escrito 50 años después de muerto el protagonista. Ninguno de los evangelistas que describen de «pe a pá» lo que dijo y lo que hizo esa supuesta divinidad, NINGUNO lo llegó a conocer ni de lejos. Sin embargo los cristianos leen ese libro analizando cada coma y cada giro como si fuera cierto.
Pablo se sirvió de algo muy útil en los tiempos en los que casi nadie leía y menos aún escribía: La exageración para comunicar. Pero Pablo no fue original. Los argumentos que dio no eran únicos. A lo largo de la historia siempre se han utilizado metáforas y exageraciones para mitificar a gente que no tenían más importancia que la de otros.
En el blog he tratado ya este tema, concretamente en la entrada El gran montaje de Jesucristo, aludí precisamente a la imaginación de los antiguos para crear mitos. Ahora voy a incorporar a otro más que no mencioné en la citada entrada: Apolonio de Tiana
Voltaire llegó a decir de Apolonio de Tiana que su figura histórica superaba a la del mismo Jesucristo. Esto es una tontería. Pero creo entender que lo que quiso decir es que Apolonio, por lo menos, era un sabio reconocido en su época.
Es curioso que, mientras que de Apolonio de Tiana lo mencionan numerosos historiadores de la época, a Jesús sólo lo hace Flavio Josefo y Publio Cornelio Tácito y lo hacen como un revolucionario contra la Roma invasora. Es más, Justo de Tiberíades escribió la historia del pueblo hebreo desde Moisés a hasta el año 50 d.C. y no menciona a Jesús nunca. Séneca ni siquiera oyó de él. Curioso.
Apolonio de Tiana
Si dijera que promulgó un nuevo orden de paz, amor, de libertad. Le siguieron masas, teniendo sus propios discípulos. Se le atribuyeron milagros, curó a enfermos y revivió a los muertos. Fue condenado y murió bajo el poder romano. ¿Le suena esta historia? ¿Se trata de Jesús de Nazaret? Pues aunque sus vidas fueron análogas no se trata de Jesús de Nazaret sino de Apolonio de Tiana.
Apolonio de Tiana nació en la actual Turquía, en la Capadocia, en Tiana. Su nacimiento es extraño, como el de Jesús. Su madre tuvo un sueño durante el cual quedó embarazada de él y Filostrato se encargó de realizar su biografía por encargo de la emperatriz Julia Domna en el siglo II.
Apolonio de Tiana fue discípulo de Pitágoras y comenzó a promover en su cabeza ideas revolucionarias para la época: caminaba descalzo, comía sólo verduras, iba siempre vestido con una túnica blanca. Tras fallecer su padre, cuando tenía veinte años, heredó su fortuna y Apolonio practicó el ascetismo estando durante 15 años sin pronunciar palabra alguna. Su fama trascendió por todo el Mediterráneo y comenzó a tener muchos seguidores. Era una persona singular, viajó a oriente y no pasaba desapercibido, en su viaje a Roma resucitó a una joven recién fallecida, en Éfeso salvó a la ciudad de una plaga, en Corinto practicó exorcismos, en Babilonia hizo de vidente para adivinar el futuro de sus reyes. En Roma resucitó a una mujer muerta, al pasar por delante de él el féretro pronunció unas palabras místicas y la doncella, a quien se creía muerta, se levantó y se fue por su pie a casa de sus padres. Conoció a mil y un personajes pero no se encontró jamás con Jesús de Nazaret.
En Roma fue detenido y acusado de conspiración contra Domiciano. Ante el tribunal pronunció estas palabras:
no puedes detener mi alma, ni siquiera mi cuerpo
Y allí mismo, ante el tribunal, se desvaneció, desapareciendo ante sus ojos. Se esfumó.
Apareció en Dicearquia y continuó su vida milagrosa. Su muerte se produjo en la ciudad de Creta y tras morir fue visto en otros lugares. Se apareció a un joven que tiempo atrás no había creído en sus palabras sobre la inmortalidad del alma. Nunca encontraron su cuerpo.
¿Con esto quiero decir que Jesús no existió y que Apolonio de Tiana Sí? No. No quiero decir eso. Simplemente que los dos fueron dos personajes famosos de la época y, precisamente en ese tiempo, cuando se quería ensalzar a un personaje se le mitificaba. Gandhi o Martin Luther King, en aquella época seguramente se le atribuirían milagros, curaciones y resurrecciones.
Y mientras tanto, años tras año, seguirán llorando a maderos y escayolas. ¡Qué orgulloso estoy de ser ateo!.
Apolonio de Tiana

Me parece genial y por cierto, yo también me siento orgullosa de ser atea
Artículo muy moderado. En realidad, no hay ninguna prueba de la existencia de Jesús, pero de la de Apolonio está claramente probada. De Jesús no existe ninguna referencia fidedigna, ni siquiera Flavio Josefo, porque ha sido demostrado que el párrafo que hace referencia a Jesús es una interpolación del siglo tercero o cuarto. Incluso, al parecer,todavía en el siglo XVII el teólogo holandés Gerhard Johann Vossius poseía un manuscrito del texto de Josefo en el que no se decía ni palabra de Jesús. Jesucristo no es más que un símbolo para decir que alrededor del año 1 el cielo agotaba la era de Aries a la de Piscis. Jesús fue pescador de almas, tenía pescadores entres sus discípulos, hacía milagros multiplicando peces, mandaba a su seguidores a que encontraran monedas dentro de las bocas de los pescados, incluso pescó 153 peces para sus discípulos (igual que Pitágoras, para quien el número 153 era mágico). El pez siempre ha sido un símbolo del Cristianismo, y no es por casualidad. Ni siquiera era de Nazareth porque aún no había sido fundada. Jesucristo no tiene más probabilidades de haber existido que Hércules o Príamo, en cambio nadie duda de la existencia de Apolonio de Tiana; incluso es probable que algunas de sus proezas pasasen a engrosar la lista de milagros del nazareno.
Artículo muy moderado. En realidad, no hay ninguna prueba de la existencia de Jesús, pero de la de Apolonio está claramente probada. De Jesús no existe ninguna referencia fidedigna, ni siquiera Flavio Josefo, porque ha sido demostrado que el párrafo que hace referencia a Jesús es una interpolación del siglo tercero o cuarto. Incluso, al parecer,todavía en el siglo XVII el teólogo holandés Gerhard Johann Vossius poseía un manuscrito del texto de Josefo en el que no se decía ni palabra de Jesús. Jesucristo no es más que un símbolo para decir que alrededor del año 1 el cielo agotaba la era de Aries y entraba en Piscis. Jesús fue pescador de almas, tenía pescadores entres sus discípulos, hacía milagros multiplicando peces, mandaba a su seguidores a que encontraran monedas dentro de las bocas de los pescados, incluso pescó 153 peces para sus discípulos (igual que Pitágoras, para quien el número 153 era mágico). El pez siempre ha sido un símbolo del Cristianismo, y no es por casualidad. Ni siquiera era de Nazareth porque aún no había sido fundada. Jesucristo no tiene más probabilidades de haber existido que Hércules o Príamo, en cambio nadie duda de la existencia de Apolonio de Tiana; incluso es probable que algunas de sus proezas pasasen a engrosar la lista de milagros del nazareno.