Roma.- En una carta pastoral del 2 de diciembre del 2012, se anunció que de «las 105 iglesias de la arquidiócesis que están en Alemania disminuirán porque serán reducidas a 30 parroquias para el año 2020».
Los alemanes se racionalizan
Parece que estamos de uñas con los alemanes por los sufrimientos que nos afrigen. Todos los alemanes parecen ser una severa institutriz o un implacable comandante que ordena aceptar los rigores de la austeridad, caiga quien caiga. Lo que sí está claro es que, precisamente en estos tiempos es cuando los europeos más se debieran conocer para así, tener una imagen más completa y real en vez de tirar de tópicos. ¿A qué dedican los alemanes su tiempo libre?
Por lo que se ha sabido recientemente, desde luego no lo dedican a asistir a oficios religiosos, ni a rezar, ni a colaborar en ninguna causa confesional. Tanto la Iglesia católica como las Iglesias protestantes han puesto a la venta templos, casas parroquiales y terrenos. No les salen las cuentas, cada vez hay menos fieles.
Hace 100 años esto hubiera sido impensable. Los números son elocuentes, y conviene que el papa Francisco esté al tanto de los mismos. Hay quienes interpretaron su elección como una manera de reforzar la proyección de la Iglesia católica en Latinoamérica, donde muchos creyentes se están pasando a diferentes cultos evangélicos. Pero el Papa tiene también trabajo en el corazón de Europa. Según un informe anual de la Conferencia Episcopal alemana de 2011-2012, se apartaron del catolicismo 126.488 personas y se cerraron 400 templos.
Un ejemplo es la capilla de la localidad de Loitz que se vendió por 20.000 euros, e incluye un terreno de 1.057 metros cuadrados y una iglesia construida en el siglo pasado.
El destino a lo que se dedicarán estos lugares también ha levantado una fuerte polémica en Europa. Por una parte, las comunidades religiosas se han visto horrorizadas de que las iglesias acaben siendo reacondicionadas o demolidas para dar paso a restaurantes, pistas de baile, gimnasios, oficina o incluso hoteles.
Esto es lo que sucedió con la iglesia evangélica de Stephanuskirche en el acomodado barrio Eimsbüttel de Hamburgo, o con el monasterio Geistingen de Colonia, que actualmente es un condominio de lujo.
Sin embargo existe una posibilidad aún más polémica, porque pone de manifiesto el auge de algunas religiones sobre otras: que los otrora templos cristianos pasen a convertirse en mezquitas musulmanas.
Es el caso de la iglesia evangélica Kapernaum de Hamburgo, que tras venderse en 2002 para un proyecto educativo que no prosperó, fue traspasada en 2012 a la comunidad turca Al-Naour, que trabaja para convertirla en un templo dedicado al Islam.
«Lo que fue una casa de Dios, seguirá siendo una casa de Dios. La casa estará abierta a todos los que deseen visitarla», fue la aseveración del líder de la comunidad, Daniel Abdin, añadiendo que se mantendrá la fachada y que la icónica torre del templo no se convertirá en un minarete.
Pero sus expresiones de buena voluntad no fueron acogidas por una población resentida por el crecimiento de la fe islámica en Europa. Un grupo de 300 neonazis que protestaban contra la conversión del templo se enfrentaron a grupos anti-nazis, interviniendo la policía.
En tanto, las iglesias católicas y evangélicas añadieron a sus contratos de venta cláusulas que impiden enajenar un inmueble religioso para ser convertido en mezquita.
Los ánimos no pudieron ser mejor interpretados por el pastor evangélico Ulrich Rüss, al señalar que cambiar «un crucifijo por una medialuna» era contraproducente, además de desnudar las consecuencias de la secularización y los deseos de la religión musulmana de seguir expandiéndose en occidente.
A la Iglesia evangélica tampoco le va bien, incluso abrió una página web para ofrecer a la venta sus templos, a día de hoy aparecen en venta 165 edificios, 141 terrenos y 37 locales. Entre 1990 y 2010 se cerraron 340 templos y cada año dejan de creer entre 120.000 y 150.000 personas.
¿Se ha producido un cataclismo espiritual que ha apartado a los fieles de sus iglesias? ¿O simplemente ocurre que los mensajes de católicos y protestantes ya no le dicen nada al alemán de nuestros días?
Es evidente que algo está pasando. Aunque parece que ahora existe más presión mediática por parte de las confesiones religiosas, la verdad es que, los individuos, tienden hacia el rechazo de las religiones. Se pasa de confesiones dogmáticas a la espiritualidad del individuo fuera de todo tipo de credos. O eso o una total racionalización de la vida adoptando posiciones agnósticas o ateas.
Espero que poco a poco esto lo vemos más tangible en España.

Seguramente los alemanes nacen y se sienten culpables porque el cristianismo fue una de las tantas propagandas de las que hizo uso Hitler para promover el odio ante los semitas, y donde los colegios enseñaban a los niños a odiar a los judíos por haber matado a Cristo. Lo anterior sin tener en cuenta que el mismo Jesús era judío. Seguir una espiritualidad individual los ayuda a no sentirse parte de eso, pues es algo que todavía esta fresco. A pesar de eso, muchos sacerdotes también murieron por defender la vida. En fin, la culpa no es de la religión, es de la oralidad y las mentes bastante débiles que comen cuento. Los alemanes no pierden la fe, solo cambian la forma de «practicarla».
La palabra «racionalización» para con los ateos y los agnósticos no me parece adecuada, los agnósticos simplemente «tienen sus dudas», y los ateos.. bueno… el hecho de ser ateos no los hace más razonables que los que no lo son. Bueno a parte de eso, muy interesante la nota. (^_^)
Por cierto, se debería permitir el clic derecho, es molesto no poder corregir la ortografía, copiar y pegar las citas del texto que se quieran resaltar y no poder abrir otra publicación sin cerrar esta. =( …
Gracias 🙂