El pulpo Paul acertó en sus pronósticos. ¿Alguien le daba poderes más allá de la mera suerte?
Ya mencioné en una entrada anterior el pronóstico de Radio Family de que el 21 del pasado mes de Mayo finalizaría el mundo. Estamos aquí, yo escribiendo y tu leyendo. Así que me animo a contar algo de esto de las profecías y lecturas del futuro, tanto por parte de las artes esotéricas como de las religiones.
Hay una fórmula efectiva que los mediums y las religiones aplican desde tiempo inmemorial y que ahora se ve favorecida por las tecnologías.
En las religiones existe la figura del profeta. Este personaje realiza pronósticos (profecías término usado para darle una connotación más importante y hacer ver que no puede haber error en dicho pronóstico) sobre sucesos futuros que pueden ocurrir tanto en un futuro próximo como en uno lejano.
La figura del profeta prácticamente no existe en la institución eclesiástica, pero se mantiene el “vidente”, “tarotista” o “medium”. Estas personas usan el mentalismo engañando a los mas crédulos o desesperados haciéndoles ver que poseen poderes que el resto de personas no tienen. Estas personas basan toda su parafernalia en bases religiosas. El vidente o “psíquico” es la misma figura que el “profeta”, pero alude a poderes distintos.
La teoría de como realizar pronósticos es muy simple y está basada en las probabilidades…
Aplicación matemática:
PRONÓSTICO Número 1
Envías un email a 100.000 personas con un pronóstico.
A 50.000 personas le envías un pronóstico negativo y a otras 50.000 uno positivo.
PRONÓSTICO Número 2
Cuando se produce el resultado, sea negativo o positivo, vuelves a enviar otro email.
El email lo envías a los 50.000 con los que acertaste dicho pronóstico anterior.
A 25.000 le envías un pronóstico negativo y a los otros 25.000 un pronóstico positivo.
PRONÓSTICO Número 3
A los 25.000 con los que acertaste vuelves a mandarles otro pronóstico.
A 12.500 le envías un pronóstico negativo y a los otros 12.500 un pronóstico positivo.
Nota: Esta operación se puede hacer varias veces hasta reducir el número de personas a las que envías el email. A mas operaciones, menor número de personas pero personas con más confianza en tus pronósticos.
OFRECIMIENTO
Una vez acabado el pronóstico, esas 12.500 personas habrán visto como acertabas 3 pronósticos seguidos.
Envías otro email a esas 12.500 ofreciendo tus servicios como pronosticador.
Nota: Una probabilidad es que de esas 12.500, 1000 conozcan o mantengan contacto con las personas con las cuales erraste y a las cuales descartaste anteriormente. Eso hará que el número de personas que confíen en tus pronósticos caiga a 11.500 personas.
RESULTADO
Tendrás entre 11.500 y 12.500 personas que habrán visto como realizaste 3 pronósticos correctos consecutivos (en este caso) como seguidores.
Estos seguidores, además darán publicidad indirecta hacia ti como persona capacitada a dar pronósticos.
Aplicándolo a la religión:
A diferencia del pronóstico aplicado a clientes, en la religión también afectan varios factores que hacen que esa probabilidad se multiplique o las personas restantes confíen aun más en tus pronósticos.
El pronosticador (denominado así mismo profeta) usa como base a sus pronósticos la religión a la que ha decidido pertenecer o la que está más extendida socioculturalmente allá donde vive.
La desesperación de la gente ante las catástrofes y las desgracias es una buena ayuda para el pronosticador.
Todos los profetas o pronosticadores surgen casualmente cuando surgen las catástrofes. La manera más fácil de ganar adeptos es hacerles ver que existe un problema, que tendrá unas consecuencias desagradables, pero que tienen solución o respuesta.
Catástrofes o hechos negativos siempre tendrán lugar para el hombre dando igual la época. Jugar con la evidencia y las probabilidades es lo más efectivo. Un profeta puede decir que sucederán terremotos en un futuro, algo obvio ya que este planeta esta compuesto por placas tectónicas en constante movimiento. Aunque alguien con un mínimo de inteligencia sepa a cerca de esto, siempre habrán ignorantes que acepten que esta persona conocía el futuro. Al producirse dichos terremotos el creyente podrá alegar que dicho profeta tenía razón al decir que se producirían muchos terremotos.
El profeta asegura siempre ser el único medio o el más efectivo para conocer dicho futuro.
El miedo es una buena herramienta, que unido a la desesperación ante las desgracias ocurridas, es una herramienta común usada por los profetas. Solo con decir que un fin del mundo se aproxima y presentar una serie de “evidencias” ocurridas durante la época actual para afirmar y hacer creer a la masa crédula y miedosa que todo se está produciendo tal cual se dijo.
Las fechas clave son muy comunes para los profetas religiosos. Números tan sonoros como 3, 4, 7, 10, 12 o 40 son empleados tanto y para tantos y distintos usos, que ya solo basta con narrar una historia con uno de esos números y esa historia adquiere importancia y credibilidad.
También los cambios de época, milenio o era son herramientas eficaces para los religiosos. Al igual que el pánico surgido durante este cercano 1999, en el 999 ocurrió un hecho detallado de histeria y pánico colectivos. Este pánico produjo una campaña de marketing que causo un aumento de cristianizaciones justo en la víspera de año nuevo.
Dar pronósticos generalizando es la solución más usada.
A la hora de dar pronósticos, la mayoría son muy generalizados y ambiguos. Así, el pronosticador se asegura de varias cuestiones:
- Los pronósticos se pueden aplicar a cualquier época.
- Si no se cumplen con el tiempo en sentido literal (el cual sería su propósito original), los creyentes pueden alegar que esos pronósticos pueden aplicarse en el sentido simbólico.
Como cada creyente tiene un concepto distinto de su religión dependiendo de su criterio y su intelecto, unos creen en esos pronósticos como simbólicos y otros como literales y futuros. De ahí que los “Testigos de Jehová” hayan predicho el fin de este mundo en tantas ocasiones.
Si las profecías no se cumplen literalmente, siempre nos quedara el simbolismo.
En el caso bíblico, al no cumplirse el 98% de sus pronósticos, los creyentes han optado por alegar que la biblia tiene un simbolismo oculto, o como segundo argumento en defensa de estos pronósticos errados afirman que, al no estar expuesta la fecha de cuando se cumplirán (algo muy conveniente para los religiosos y típico en las “profecías” religiosas), esos pronósticos aun tienen que suceder en un futuro.
También aprovechan cualquier suceso actual, dando igual la época, para afirmar que uno de esos pronósticos se ha cumplido (aunque no sea el significado buscado por su pronosticador originariamente). Sucesos que se han repetido constantemente incluso antes de la aparición de esa religión: terremotos, catástrofes climáticas y ambientales, guerras, pobreza y hambruna (esta es constante durante todas las épocas, y aunque no afecta a todos, si a la mayoría de personas. De ahí también que los creyentes siempre sean los mas pobres y desesperados)
La biblia contiene un gran numero de profecías
La mayoría de ellas son generalizadas y contienen un carácter catastrófico pero dejando siempre una ventana abierta: La esperanza en la salvación, eso si, mediante suscripción a su religión y la adoración de su dios en particular.
Concluyendo. Dada su expansión, la aceptación sociocultural sin cuestionarse los hechos y al marketing eclesiástico, todas estas profecías han sido admitidas como tales a pesar de no haberse cumplido o haber sido refutadas al estudiarse objetivamente los escritos.
